AT103 ES UN DESPACHO MEXICANO DE PROYECTOS ARQUITECTÓNICOS SIEMPRE EN CONSTANTE EVOLUCIÓN, (ASÍ PODRIAMOS DESCRIBIRLO). NOS SENTAMOS A HABLAR CON SUS FUNDADORES JULIO AMEZCUA Y FRANCISCO PARDO, CÓMO COMENZARON Y HACIA DÓNDE MARCHAN.

Lunes 16/06 2014

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FOTOS: René Enríquez

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La capacidad de crear y establecer proyectos en México que involucren el desarrollo arquitectónico siempre ha estado latente en este país, sin embargo, son pocos «pero cada vez más crecientes» las firmas que terminan por alcanzar la consolidación y que construyen el prestigio necesario para hacerse notar de manera internacional, es decir, estar en la mira y volverse un referente, las puntas de lanza de lo que está sucediendo en el área de manera real.

Hace tiempo que venimos escuchando del trabajo de dos mexicanos que, con un particular punto de vista, están generando e intentando establecer un tipo de arquitectura que funcione de acuerdo a las necesidades que una ciudad como el Distrito Federal realmente requiere, dejar de lado el tema del “autor” para cumplir la función, hablamos de Francisco Pardo y Julio Amezcua ambos «egresados de la Universidad Anáhuac» y quiénes actualmente conforman y dirigen AT103, una firma y oficina con más de 15 personas trabajando para distintos proyectos desde la Ciudad de México.

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La historia del inicio de esta firma comenzó cuando Julio y Francisco se conocieron trabajando para Ten Arquitectos y luego de re-encontrarse al realizar la maestría en la Universidad Columbia en Nueva York «hace alrredor de 12 años» fue que decidieron unirse y fundar lo que ahora es AT103, que en su haber cuentan alrededor de 100 proyectos firmados, a lo largo de todos estos años. Hace algunos días nos sentamos a hablar con ellos, ¿qué les interesa expresar a través de su arquitectura?

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Julio Amezcua (Izq.) y Francisco Pardo

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Julio, Francisco ¿cómo comenzó AT103?

[Francisco] Julio y yo vivíamos en Nueva York y necesitábamos un lugar para enviar correspondencia en México, así que de ahí viene el nombre Azotea Atelier 103.

[Julio] Empezamos haciendo concursos y asociándonos con otros despachos, podemos decir que AT103 comenzó formalmente en el 2002.

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¿Cómo terminarían de definir el despacho?

[J] No hay definición, se va transformando.

[F] Cuando te piensas que ya la armaste, vuelves a empezar. Además, es un despacho que se va metiendo en una circunstancia social a diferencia de muchos, que pretenden tener una condición internacional, nosotros sí hacemos arquitectura en México para México. Claro que si existe algo internacional lo hacemos, pero nos gusta poder controlar ciertas cosas, sobre todo en diseño y materialidad, y eso nos lo permite México. Mantenemos esa coherencia de llamarnos un despacho de arquitectura mexicano.

[J] Sí, es una transformación continúa, tratamos de mantener una escala de oficina, más no una escala de proyectos, te vas adaptando dependiendo el proyecto y las circunstancias.

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Para cada uno, ¿cuáles son los 3 proyectos que consideran más importantes en el trabajo realizado hasta ahora por AT103?

[F] Para mí, los 3 proyectos que definieron el despacho y hacia dónde va «porque cuando empiezas un despacho realmente no sabes bien para dónde vas, sabes qué te gusta  y qué no te gusta en ese momento, pero tiempo después puede ser otra posición» son:

  • Archivo General de la Nación– Un proyecto que, cuando ganamos el concurso, marcó claramente un antes y un después del despacho en la sensibilidad de cómo atacar un proyecto y quitarnos muchas cosas que venían de la maestría de cómo teníamos que hacer las cosas.
  • Edificio Lisboa– En el que invertimos 6 años de trabajo, y que además documentamos en un libro. Ese proyecto nos consolidó en temas de vivienda.
  • Havre 69– Un proyecto de rescate. Al ganar este concurso entre una gran cantidad de despachos impresionantes, nos dimos cuenta que ese es el camino que nos gustaría seguir. Es un proyecto que consolida muchos años de premios en vivienda. Justo ahora tenemos este discurso de construir más con menos, de rescatar las ciudades.

[J] Yo mencionaría la estación de Bomberos Ave Fénix.

  • Estación de Bomberos– Por la calle y la importancia. Porque antes de “Bomberos”, eran puros renders, y lo único que teníamos construido era otro render en colaboración con un amigo austriaco. Con este proyecto ganamos credibilidad y confianza en los clientes.

[F] Es cierto, Bomberos fue un parteaguas en cuestión de credibilidad.

[J] Éramos jóvenes arquitectónicamente, dejamos de ser los “Render Boys” (lo vi en una revista), después de eso, curiosamente nos alejamos, como medio creativo y de expresión, de los renders.

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¿Qué es lo que les interesa mostrar o mejorar con la trabajo de AT103? a partir de su concepto de arquitectura y de lo que necesita México.

[F] Hay desde la inquietud de un arquitecto romántico (que crees que con tu trabajo contribuyes a que la gente viva mejor o se desarrolle mejor), que sí se logra, pero no todo lo construido es arquitectura.

Nos interesa que lo que se construya esté realmente pensado, estudiado y analizado.

Vemos que hay muchas cosas que necesitan ser re-interpretadas y aprovechar su ubicación e infraestructura. La oportunidad está en esos espacios de pseudo crisis.

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¿Cuándo tenían 15 años se imaginaban siendo arquitectos?

[J] Sí, desgraciadamente sí (risas). Mi papá es arquitecto y de ahí viene la pasión.

[F] No, yo me veía viviendo la vida. Hasta los 18 me entró la paranoia de que tenía que hacer algo con mi vida, pensé más en diseño industrial o alguna ingeniería.

No tenía ninguna referencia de arquitectura, así que no lo tenía presente.

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Francisco, ¿cuándo descubriste entonces quién es o qué hace un arquitecto?

Todavía no estoy muy seguro de eso, pero sí recuerdo el día en que decidí que esto era lo que quería hacer.

Fuel el primer día de propedéutico en la universidad, y me mandaron a comprar todas las cosas de dibujo y demás entonces fui a la papelería y me encanta el olor a papel, las tintas, el restirador, las reglas… era muy sensorial, me emocionó mucho y decidí que quería rodearme de eso siempre.

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México está en un punto interesante, cuéntenme su visión acerca de todas las iniciativas y talento que existe en el país.

Siempre ha estado en un punto interesante. El país está en un punto propositivo y creativo. La Ciudad de México está cambiando radicalmente la manera de ver y vivir la ciudad urbanamente (más bicicletas, menos autos, por ejemplo). El país está en un punto también complicado, porque a pesar de todas las ideas no fluyen, por el tema de economía, es decir: no se materializan las “cosas”.

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¿Cuál es su edificio favorito de la ciudad?

[J] Me gusta mucho Ciudad Universitaria como conjunto, creo que es lo más bonito que tenemos

[F] Tengo muchos, pero no sé cuál es el edificio favorito. Tlatelolco, la obra de Pani o la de Barragán.

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¿Qué planes tienen en el siguiente par de años?

[J] Edificios de vivienda, de escala pequeña clase media baja, que es un poco el nicho que nos interesa. Que involucre otro tipo de situaciones, más de corte social, esa es la visión y partes de las metas.

También en la Ciudad de México hay muchas intensiones por diseñar Centros de Transferencia Multimodal –CETRAM– que involucra transporte público con comercio, oficinas y espacios públicos.

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Finalmente ¿a dónde quieren llevar AT103?

[F] Queremos hacer vivienda masiva y espacio públicos.

[J] Nos gusta que el trabajo sea referido bajo un pensamiento de que la arquitectura como herramienta sí ayuda al desarrollo, social, económico y político de México.

[F] En esa línea concuerdo con Julio, nos interesa hacer arquitectura que no sea frívola, que sea arquitectura que trascienda y que no tenga que ver con formas, colores o el “wow-factor” , sino arquitectura que funciona, envejezca y que en 50 años digan: “¡Qué buen espacio!”.

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AT103 es una de esas referencias en cuánto a propuestas, una visión joven y alejada de los convencionalismos, hacer más, pretender menos, actuar a favor de mejores espacios y una ciudad más vivible. Conoce todos sus proyectos en:  at103.com