Café Katsina

Fco. I. Madero #15
Centro de Tlalpan
Entre Hidalgo y Allende
México D.F., C.P. 14000

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El café es un producto tropical que se cultiva en zonas montañosas y cerca de un 60% de los pequeños productores son de comunidades indígenas. En México tenemos una producción promedio de 4 millones de sacos de café verde y ocupamos el sexto lugar en la producción mundial. Hay más de 400 mil productores, de los cuales, el 90% son pequeños con extensiones de tierra menores a las 5 hectáreas y un 30 % son mujeres. En pocas palabras, es la base económica de 3.2 millones de personas

Bajo estos número, en nuestro país contamos con granos de la más alta calidad, sin embargo muchos factores determinan la calidad de un buen café, como son: las características del grano, la altura, humedad, suelo, vegetación o la sombra (también existe un estricto control en las labores culturales y de cosecha) el control en el proceso de industrialización (beneficio húmedo y seco), el tueste y molido adecuados y por último la preparación en taza.

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Katsina  es precisamente un productor cafetero desde hace más de 50 años en la comunidad de Coatepec, Veracrúz  a 1,250 msnm, una herencia de familia que ha trabajado con el café en México desde hace 4 generaciones; por un tiempo produjo café para dos marcas propias y en otro momento se vendía para exportación.  Sin embargo siempre se siguió vendiendo café verde para mantener las fincas.

El café de Katsina viene de estas fincas, “es una selección especial la cual ha obtenido la certificación Q (Coffee Quality Institute) de calidad de exportación, aunque nosotros hemos decidido ofrecer nuestro café en México“, comenta Edgar Orlaineta.

Café Katsina viene a nutrir esta nueva generación de espacios conceptuales que ofrecen al consumidor un sitio que pueden comprender muy fácilmente a través de su imaginación,  que les permite desplazarse con soltura, creando una experiencia enriquecedora.

Alejandra Martínez Gama y Edgar Orlaineta son los propietarios, productores, tostadores y baristas de Café Katsina, el cual inicia hace más de un año como idea y desde un poco más de 4 meses se inaugura como Barra de Café y Expendio.

“Pensamos en un nombre que se pareciera a nosotros a cosas que nos gustan e interesan, no queríamos un nombre comercial, ni tratar de parecernos a algo que ya existiera. Pusimos un nombre divertido y que nos dio ideas para desarrolla una imagen interesante”, nos cuenta Omar al preguntarle el por qué del nombre.

Las “katsinas” son representaciones de dioses en las cultural Hopi y Zuni, entre otras. Un tipo de Katsinas son muñequitas de diferentes formas, las cuales son cuidadas por los niños y sirven de mensajeros con los dioses.

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“Nos gusta su aspecto formal y su íntima relación con la naturaleza”.

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El lugar cuenta con un sentido de folklore mexicano que evoca aquellas costumbres y tradiciones de nuestro país a través de su interiorismo (a cargo de  Edgar Orlaineta) y de sus peculiares máscaras de Katsinas, dándole ese toque que demandan los clientes de un lugar «especial» en donde puedan pasar  un agradable momento

Para Alejandra y Edgar, el mayor reto al que se han enfrentado con Café Katsina es cambiar la forma en que se consume el café en México. “La gente por un lado está acostumbrada al café ácido, quemado y recalentado de los restaurantes de cadena y ahora por cafeterías de cadena que ofrecen todo tipo de sabores y aditamentos para ocultar el sabor de su café y que hacen todo menos fomentar el consumo de buen café”, nos platican.

“Sin embargo, la gente aprende y aprecia lo que estamos ofreciendo y se da cuenta de la diferencia, no queremos competir con nadie, en realidad queremos hacer nuestra clientela propia y mantener nuestro café como ahora y
esto es el reto”.

Además de ofrecer café de calidad, son una empresa responsable con el medio ambiente  pues se cultiva bajo sombra lo que ayuda al ecosistema de la zona y provee un hábitat perfecto para miles de Aves y otras especies.

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Café con causa

Katsina también apoya a través del FISANIM  (Fideicomiso para la Salud de los Niños Indígenas de México) a la educación y alimento de los niños indígenas de México, así que cuando tomes una taza de su café, además de fomentar el consumo de buen café mexicano y su tradición, también estarás ayudando a preservar nuestro medio ambiente y ayudar a nuestros niños Indígenas.

“Nuestra ayuda es a través de donativos, es algo que hacemos desde antes pero ahora con el café lo podemos hacer con más continuidad, destinamos un pequeño porcentaje de las utilidades y así poco a poco iremos siendo capaces de donar cada vez más. Por otro lado también hacemos exposiciones de arte, en las que el artista dona un porcentaje de sus ventas, el café se beneficia por el consumo de las visitas”.

A propósito de sus exposiciones, cuentan con un espacio destinado a las mismas, que plantean ser por lo menos 4 al años, “vamos a inaugurar la primera en un par de semanas con una pintura de Edgar Orlaineta, luego viene una muestra de Alejandra España y después una de Ruben Ortíz”, agregan.

Entre sus planes a futuro, está promover la marca, “queremos vender nuestro café en algunos restaurante y hacer una ruta para entregar café en grano a domicilio, queremos cuidar nuestra calidad así que lo queremos hacer despacio y ordenadamente y que el negocio crezca de manera orgánica”, finaliza Edgar.

Una buena propuesta y un modelo a seguir en el desarrollo de espacios conceptuales en México.