HACE MÁS DE 20 AÑOS LA CASA ITALIANA DE JOYERÍA BULGARI, SE SUMERGIÓ EN LA BÚSQUEDA DE UNA FRAGANCIA QUE FUERA MÁS ALLÁ DE LOS GÉNEROS, ALGO ABSTRACTO QUE CAPTURARA LA GRAN RIQUEZA DEL MUNDO DEL TÉ.

Viernes 21/08 2015

FOTOS: Rene Enríquez

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En sus más de 5,000 años de historia, la planta del ha jugado un particular papel dentro de la cultura, especialmente en el oriente donde crece en China, Japón, India y Sri Lanka; adquiriendo en el tiempo y con sus dinastías un carácter espiritual, celebrado en ceremonias únicas que se regocijan en el arte de prepararlo, compartirlo y beberlo.

Su color verde, blanco, negro o azul, depende de su grado de oxidación, mismo que define su sabor. A esta variedad se suman las hojas rojas de una planta acacia que crece en el sur de África llamada Roobois. Cada uno además de sus diversas propiedades benéficas, entre las más conocidas los antioxidantes, se describe a través de sus notas de fondo, notas de cabeza y notas de corazón; de la misma manera en que se describe un perfume.

Fue a principio de los noventa que la firma italiana Bvlgari, imaginó que el té podría ser perfume. A partir de esta innovadora idea la casa de joyería de lujo incursionó en el mundo de la perfumería presentando en ese entonces una fragancia creada exclusivamente para clientes y amigos cercanos, el Eau Parfumée au Thé Vert.

Desde entonces el producto fresco y elegante, se perfilaba para ser parte de una de las tendencias más importantes en los últimos años, la nula distinción entre géneros; además de simbolizar el deseo de conectar nuevamente con la naturaleza, regresar a las raíces del mundo y encontrar felicidad en lo esencial, principios de ésta nueva generación.

A la colección se han sumado las creaciones de varios maestros perfumeros que han logrado traducir con precisión la elegancia del arte del té, su personalidad zen, sus colores y por supuesto su aroma y esencia en una experiencia para los sentidos.

Este año se ha presentado Eau Parfumée au Thé Bleu de Daniela Andier, quien al recorrer las míticas tierras donde la ceremonia del té se considera religión, se sumergió en una taza de té azul Fujian donde percibió las notas de violeta, lavanda y toronja que inspiraron su fragancia.

 

Las notas de un té contienen la esencia de lo mejor de una civilización. Un reino poético, con líneas sutiles donde los tonos son todo y donde el tiempo no se mide. La cultura del té es muy similar al mundo de la perfumería.

Daniela Andrier

 

La nota de cabeza es la lavanda, que se acompaña de hojas de shiso, símbolo japonés de vitalidad considerada altamente estimulante. La nota corazón es la violeta con un toque de madera que da paso al té azul y sus notas de fondo delicadas pero profundas, para cerrar con las inesperadas y generosas notas de iris y almizcle.

A la dinastía de té-perfumeros se ha unido también recientemente el Eau Parfumée au Thé Blanc de Jacques Cavallier y el Eau Parfumée au Thé Rouge de Olivier Polge, éste último en un potente color rojo, símbolo antiguamente del dios Marte, el Imperio Romano, el amor, la vitalidad la belleza y la riqueza.

La historia del Eau Parfumée au Thé Rouge nos lleva hasta Sudáfrica donde tiene origen en el rooibos, una planta de propiedades hidratantes, antioxidantes y relajantes, popular en la medicina tradicional africana, que por sus cualidades ha ganado notoriedad en el resto del mundo.

Además de la colección de fragancias desarrolladas para aquellos que buscan el bienestar en su estilo de vida, Bvlgari ha complementado la colección con una variedad de productos que siguen la misma línea, disponibles en tiendas departamentales.