iLatina : anitaLi

Jueves 10/10 2013

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FUENTE: CREAM.MX

FOTOS: Alvaro Arguelles

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La Avenida Inglaterra en la Ciudad de Guadalajara, es una de las vías más extensas de la zona «tal vez actualmente no se una de las más bonitas», pero debido a su ubicación se han tratado de construir diversos proyectos viales en el área para aprovecharla; sin embargo, todos han sido rechazados debido al gran potencial que los ciudadanos encuentran en ella: –Un espacio prometedor para convertirse en un corredor metropolitano sustentable, con áreas verdes, movilidad no motorizada, viviendas, transporte público y sobretodo comercios–. Eso fue lo mismo que Lorena, Jorge, Jerry y Pepina «dueños del restaurante i-latina» vieron en la zona.

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i-Latina comenzó como un proyecto familiar basado en la experimentación de las profesiones de cada uno de sus creadores «arquitectura y administración», así lograron una propuesta gastronómica que integraría cuestiones no muy presentes en la ciudad, convirtiéndose en la primera vez de muchas personas —primera vez comiendo un platillo de orientación tailandesa, primera vez tomando un vino de Sudáfrica—, teniendo presentes los escenarios en donde la gente comía sus platillos y pensando en cómo se sentirían.

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A lo largo de los años i-latina se ha ganado un lugar en la preferencia de los tapatíos, pues todos los días recibe a quienes buscan un servicio de calidad, festejar con sus seres queridos y hasta distraerse de lo cotidiano.

Muchas historias se pueden encontrar ahí, la gente asiste porque se ofrece toda una experiencia. Teniendo todas las herramientas para un buen local, Lorena, Jorge, Jerry y Pepina decidieron expandir su éxito con Anita Li (léase al revés).

Un concepto gastronómico que  apoya a los productores locales, impulsando las responsabilidades ecológicas, como: reciclar grasas para convertirlas en biodiesel, sembrar su propia hortaliza, entre otras.

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¿Qué es lo que les ha hecho tomar decisiones inusuales, como elegir avenida Inglaterra para abrir un restaurante?

Hay decisiones que se toman, sin duda, inconscientes. El lugar lo descubrieron Jorge y Lorena. Entraron por la puerta de atrás y no prestaron atención al entorno. Sin querer estamos en el ombligo de la ciudad, es lo que siempre digo. Pero en aquel tiempo no le dimos importancia a la ubicación, a que fuera una bodega, sino a qué queríamos hacer en ella.

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¿Cómo fue la acogida de la gente en la ciudad?

Se habla mal de la gente de Guadalajara: que es difícil, que es mala onda. Creo que a nosotros nos abrieron muchas puertas que no fácilmente abrirían. Yo estoy muy agradecido. Por eso hicimos el libro de aniversario, para decir gracias, nos agarraron la onda, nos dieron chance, y se pudo hacer algo que no era necesariamente fácil.

El aspecto social fue un punto de expansión muy importante en la i Latina. Cuando la gente de cierto grupo social nos dio el sí, y dijo sí voy a la vía, sí voy con mi coche de millones de pesos, lo estaciono ahí, sí me como mi foie gras, aunque sea en un platito de peltre. Todo eso fue como un esquema que ayudó a que esta aureola, un poquito de culto de la i Latina, se inventara.

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¿A quién te gustaría servirle?

Supongo que a alguien que me habría gustado conocer.

Idealmente pienso en locuras: me hubiera gustado atender a mis papás hace cuarenta años; verlos recién casados.

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Gracias al éxito de sus dos restaurantes en Jalisco, este equipo de emprendedores se han aventurado a llevar algunos de sus nuevos conceptos a nivel internacional, como a San Francisco, California, en donde podemos encontrar a Loló, un lugar en donde el factor social no existe, se enfocaron a dirigir sus propuestas a paladares muy educados.

Y próximamente abrirán Agave Bar, que, con el propósito de reposicionar que en México no sólo queda lo rústico, si no que tiene un sin fin de maravillas que pueden demostrar.

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