'MALAMÉN' ES EL MÁS RECIENTE ESPACIO DE 'GRUPO BELLO PUERTO', UN LUGAR DE COMIDA 'COLLAGE' UBICADO EN POLANCO, E INTERIORIZADO POR RICARDO CASAS Y LA PLUMA DE MARCO COLÍN.

Martes 08/10 2013
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Fotografías: Jaime Navarro

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Emilio Castelar 121, Polanco

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Proyecto Arquitectónico: Ricardo Casas
Imagen Gráfica e ilustraciones: Marco Colín
Ambientación: Ricardo Casas y Andres Ocejo
Diseño: Ricardo Casas, Leonel Terres, Erick Muciño

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Malamén es un nuevo restaurante, auto-descrito como: Un oasis de originalidad y desfachatez en Polanco.

Un lugar que recupera fragmentos de la historia de la mujer que le da nombre, «también conocida como La Mala, era uno de esos personajes que deja huella y cuya vida tuvo un toque de misterio que inspiró la fantasía de muchos».

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Se dicen muchas cosas de Malamén. Por ejemplo, que vivió 107 años y nació un 23 de agosto. También se dice que era zurda, con un olfato privilegiado y ojos color miel. Pocas personas saben quién es en realidad. Un mito, una leyenda: la tía de uno de los socios, la amante del bisabuelo de otro. Pero eso sí, todos coinciden en un libro de recetas que encontraron, en un ático oscuro en una vieja casa de Reforma. Y en los platillos que de ahí salieron y dieron a luz a este lugar y a su menú.

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El menú de “La Señora” (como le llaman sus allegados y los cercanos que aparentemente tuvieron contacto con ella) está compuesto de comida collage que rescata episodios de la vida de La Mala; sus aventuras, sus amores, sus recuerdos un tanto nebulosos han inspirado platillos que, con su particular mezcla de sabores y olores, transportan al comensal a ese mundo de su pasado tocado por la leyenda.

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El ambiente del restaurante fue creado por Ricardo Casas, quien echó mano de los escasos recuerdos que conservan los descendientes de Malamén, entre ellos un posible retrato aún en duda, que los combinó con objetos de su época bajo una iluminación puntual para evocar los viajes que hizo por el mundo.

Como nadie tiene la certeza absoluta de cómo era realmente Malamén, porque sabía eludir las cámaras fotográficas desde edad muy temprana, los más de 150 dibujos creados por Marco Colín que adornan el lugar, son simplemente aproximaciones a la definición de una leyenda. [R.C.]