SCRIBE SE VOLVIÓ UN CLÁSICO EN MÉXICO, NO SÓLO POR LO DISTANTE DE SU DISEÑO RESPECTO A LO QUE OCURRÍA EN EL MERCADO DE CUADERNOS Y LIBRETAS ANTES DEL 62, SINO TAMBIÉN POR SU VERSATILIDAD EN CUANTO A TAMAÑOS Y A SU CALIDAD.

Martes 28/03 2017

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FOTOS: Cortesía
TEXTO: Aldo Solano Rojas

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Uno de los pocos sobrevivientes del México pre-TLCAN es Scribe, el fabricante de libretas y cuadernos que equipó a los niños por poco más de 3 décadas.

Fundada en 1962 por Claudio González Laporte, Scribe fue adquirida rápidamente por la transnacional Kimberly-Clark, sin embargo, la fábrica no solo conservo el nombre de Scribe, sino que también su modo de producción con papel de bagazo de caña, y desde luego, el peculiar diseño y nombre que la caracterizan.

Su novedoso diseño gráfico y soluciones prácticas de rotulación, tamaño y personalización de cuadernos hicieron que se volviera un favorito de los mexicanos.

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Scribe apuntaba directamente al público escolar, y se insertó rápidamente en un sistema educativo que todavía presentaba los rasgos de la otrora educación nacionalista del México posrevolucionario.

El diseño de las portadas de Scribe es poco común, se trata del logotipo de la marca que atraviesa transversalmente la portada, haciendo dos secciones separadas, la de arriba intervenida por el logo de Kimberly-Clark, y la de abajo que se asigna para la información del estudiante y del cuaderno en sí. Todo en una sobria combinación de rojo y ocre, una paleta cromática que si no fuera por el blanco del fondo, bien podría tener connotaciones ideológicas que nada tendrían que ver con Kimberly-Clark. La portada de las libretas Scribe se inserta en el panorama de diseño gráfico de los años sesenta de manera perfecta, se podría decir que es la libreta de la era espacial.

Las portadas de Scribe permanecieron sin cambios prácticamente 3 décadas, volviéndose un componente básico de las escuelas, varias generaciones utilizaron exactamente el mismo producto, los mismos cuadernos con la misma portada. Lo que llevaría a los niños y adolescentes a personalizarlas con estampitas, dibujos, etc.

La portada de Scribe ha sido reinterpretada y actualizada, se conservaron los colores y la forma peculiar de reloj de arena, la marca se independizó de Kimberly-Clark recientemente y se erige como un producto ecológico y mexicano.

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