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PARTICIPAN ELVIRA ACOSTA, MARIO ALBERTO BRAVO, ANTONIO CASTILLO, SAMARA COLINA, YATINI DOMÍNGUEZ, DANIEL C. FERNÁNDEZ, FERNANDA FARJEAT, ANDRÉS GUADARRAMA, ALEJANDRO OLAZO, SUSANA OLIVEROS AMAYA Y ALMA CAMELIA

En Laguna, once artistas presentan “Contar los pasos para medir una distancia”, la exposición final del Programa Educativo SOMA 2023–2025. Un recorrido que trasciende la muestra tradicional para convertirse en una experiencia colectiva sobre los procesos, vínculos y aprendizajes que surgen al caminar juntxs.

Más allá de su carácter expositivo, esta propuesta marca el cierre de un ciclo formativo que ha sido clave en el ecosistema del arte contemporáneo mexicano. El Programa Educativo SOMA, fundado en 2010, se ha consolidado como un espacio que impulsa la reflexión crítica, el pensamiento interdisciplinario y la colaboración entre artistas emergentes. En cada generación, la exposición final no solo muestra obras, sino los resultados de un proceso intenso de diálogo, experimentación y construcción comunitaria.

El arte como trayecto compartido

Más que una exposición, “Contar los pasos para medir una distancia” se lee como un mapa emocional y simbólico. Cada obra dialoga con la idea del desplazamiento físico, afectivo o conceptual, reconociendo que el proceso es parte esencial del hacer artístico.

Participan Elvira Acosta, Mario Alberto Bravo, Antonio Castillo, Samara Colina, Yatini Domínguez, Daniel C. Fernández, Fernanda Farjeat, Andrés Guadarrama, Alejandro Olazo, Susana Oliveros Amaya y Alma Camelia (ERISH), quienes durante dos años compartieron un espacio de experimentación y pensamiento crítico dentro de SOMA.

El título mismo, Contar los pasos para medir una distancia, funciona como metáfora del proceso creativo: una práctica que requiere paciencia, constancia y escucha. En un contexto donde la inmediatez domina la producción cultural, esta generación apuesta por la pausa, por el arte que se construye desde la observación y la experiencia compartida.

Un programa público que activa las distancias

La exposición se expande a través de un programa público que invita a la interacción, la reflexión y el juego. Actividades como Stop, declaro la guerra en contra de mi peor enemigo que soy yo, con Carolina Berrocal, abordan los procesos creativos desde la vulnerabilidad, cuestionando las narrativas del éxito y la productividad.

En “Naranja dulce limón partido”, Sofía Olascoaga propone un ejercicio culinario que reflexiona sobre las afinidades y tensiones entre las obras, utilizando los ingredientes como metáfora de los vínculos humanos y artísticos.
Además, el ciclo incluye la presentación editorial Cambio, vendo y compro, con Vivian Abenshushan y Nicolás Pradilla, que examina la relación entre economía, creatividad y colectividad; y Club Massage, un espacio de relajo, chisme y cuidado mutuo con So Cabrera, que transforma el arte en un acto cotidiano de acompañamiento.

El cierre, Contar los papelitos para medir una panza con Piolinda Marcela, convierte la clausura en un ritual festivo que celebra la gestación simbólica de nuevas ideas, proyectos y amistades. En este gesto final, la exposición se despide de su formato para transformarse en una fiesta compartida.

Entre comunidad y creación

Desde su fundación, SOMA ha sido un laboratorio de pensamiento artístico que fomenta la colaboración y el diálogo crítico. En su sede en la Ciudad de México, artistas, curadores y teóricxs se reúnen para repensar los límites del arte y su papel en la sociedad. Esta exposición final refleja esa filosofía: el arte como un ejercicio de escucha, construcción colectiva y acompañamiento.

Esta expo muestra cómo una generación joven se enfrenta a los retos del presente la precariedad, la crisis ambiental, la saturación digital con propuestas sensibles, materiales diversos y narrativas que mezclan humor, intimidad y política. Cada pieza es una respuesta posible a la pregunta de cómo crear desde la incertidumbre, sin perder la dimensión humana.

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En un mundo acelerado, medir la distancia a través de los pasos es un gesto de resistencia. SOMA propone detenerse, observar y compartir el trayecto: un arte que se construye en comunidad, paso a paso.
La exposición recuerda que el futuro del arte contemporáneo no depende solo de la innovación formal, sino de la capacidad de construir redes afectivas, de transformar los procesos en espacios de encuentro y de reconocer que el verdadero aprendizaje ocurre mientras caminamos juntxs.


Fecha de Publicación:
Miércoles 22/10 2025