Augusto Mora: Muerte Querida

Ilustrador e historietista, Augusto Mora, gustaba de leer cómics a muy temprana edad. A los 15 años nació su interés por dedicarse de lleno a esta labor: “Mi primer gran acercamiento al mundo de las historietas viéndolo desde un punto de vista profesional «comenta Augusto» fue gracias a un par de convenciones de cómics  que se hacían en la Ciudad de México  en las cuales conocí de cerca a personas que se dedicaban a esto, vivían dé y para los cómics: La Conque y la Mecyf“.

A partir de ahí, comenzó a relacionarse más con el medio y a tomar algunos cursos de dibujo, por lo que se considera un ilustrador e historietista autodidacta, «Estudié un par de años una carrera técnica de Diseño gráfico y he hecho algunos cursos y diplomados que complementan la parte gráfica pero ninguna de estas ha sido determinante para mi labor Después de algunos años de práctica, conseguí mi primer trabajo como historietista publicando mis cartones en el periódico Milenio. Ahí me pagaron mis primeros cómics y me seguí por esa línea».

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Augusto,  ¿cómo defines el trabajo de ilustración-cómics que realizas?

Bueno por un lado separaría la labor del ilustrador y por otra la del dibujante de cómics para recalcar sus diferencias y explicarlos desde estas características particulares de cada uno. La labor del ilustrador consiste en acompañar textos ya escritos con elementos visuales que lo redondean o lo explican desde un punto de vista gráfico.

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La función más básica de la ilustración desde su nacimiento es explicar con elementos que pueden percibirse con el sentido de la vista una idea abstracta. Es decir, tender un puente visual entre una idea explicada con letras y palabras y el receptor de esa idea. Una ilustración principalmente puede acompañar un texto, un artículo para una publicación, un cuento infantil, un manual de usuario, una enciclopedia, un libro de texto, etcétera.

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“La ilustración sirve para representar una idea. En este sentido muchas editoriales, revistas o agencias de publicidad buscan mi trabajo para resolver estas necesidades gráficas que el medio requiere”.

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El dibujante de cómic es un narrador de historias, un “cuenta cuentos” que se apoya en la secuencia de imágenes estáticas las cuales una tras otra van formando una línea narrativa de tiempo, se vale de varias herramientas como los globos y cartelas de texto, las viñetas, las onomatopeyas y las mismas páginas para poder contarnos un suceso o una anécdota de corto  tiempo, cómo podría ser una tira cómica.

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La historieta tiene varios formatos de presentación, puede ser una obra íntegra de inicio a fin o puede ser presentada en varios capítulos de una misma serie. Las agencias de publicidad y editoriales mexicanas muchas veces requieren de las historietas para resolver sus necesidades gráficas, pero aun en México es una industria que se encuentra en una importante crisis.

Yo reparto mi tiempo entre estas dos disciplinas. En parte porque hoy en día no existe como tal el trabajo de creador de cómics remunerado en México. Muchos autores se tienen que dedicar a ambas profesiones. A diferencia del cómic la ilustración tiene una mejor remuneración y es más constante la cantidad de trabajo que puedes recibir como ilustrador para alguna agencia de publicidad, de diseño gráfico o alguna editorial.

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¿Cuál es el eje principal en la narrativa de tus gráficos?

Me gusta mucho analizar el comportamiento de la sociedad. Ver el mundo a través de las masas y en particular me gusta mucho el comportamiento del mexicano en distintas áreas. Me ha maravillado por mucho tiempo la tradición mexicana y su colorido. Su arte popular, sus fiestas tradicionales, sus carnavales, sus costumbres, sus leyendas, sus personajes, sus bailes, su música, su vestimenta y su historia. En muchos de mis cómics y tiras hablo de las tradiciones mexicanas. Tengo historias que están inspiradas en danzas indígenas y costumbres mestizas. Tengo otras que están inspiradas en leyendas populares, en mitología prehispánica y también una serie de personajes basados en juguetes tradicionales mexicanos.

Uno de mis temas recurrentes también es la sátira. México en la vida política y social. Me gusta hablar y retomar temas que suceden en el hábito de la vida pública y los utilizo para hacer humor, mi título “Muerte Querida” es humor político. También y de manera un poco más seria me interesan mucho los movimientos sociales, cómo y porqué circunstancias se van dando, pero también recurro mucho a los personajes solitarios que cuestionan a esa sociedad y su conducta.

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Entre sus trabajos más importantes de Augusto, se encuentran: El Maizo, su primer novela gráfica de largo aliento, inspirada en una danza ritual del estado de guerrero y de la mitología médica, que ganó el Primer Concurso Nacional de Novela Gráfica convocado por Editorial Jus.

Muerte Querida «su obra más conocida», es una tira cómica que  se ha publicado desde 2003 en distintos formatos, la cual trata de un pueblo mexicano representado con un toque de humor y sátira, en donde se narran acontecimientos que suceden en la vida pública del país. Este cómic se ha publicando en diferentes medios pasando por periódico, revista, libro, webcómic o cómic digital y la animación.

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¿Qué te mantiene haciendo cómics?

El gusto y las satisfacción que me produce el dibujar principalmente, la necesidad de hablar de temas que me inquietan y que creo tener una opinión sobre ello, la necesidad de expresar mis sueños, mis gustos pero también mis incomodidades e inconformidades con el mundo que me rodea. También me mantiene haciendo cómics la necesidad de contar historias que se me ocurren gracias a las cosas que veo diariamente en la vida. Las ganas de que la gente disfrute un buen rato leyendo historietas. Creo que la labor de crear cómics es parte esencial de mi vida y tal vez uno de los propósitos principales que tengo.

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¿A qué retos te has enfrentado con el público mexicano?

El público Mexicano es muy raro. Le gustan mucho los cómics que vienen del extranjero (de Japón o de Estados Unidos en particular). Historietas que contienen mensajes, temas y estereotipos muy distintos a los que vemos y vivimos a diario en nuestro país pero sin embargo los consumen y tienen mucho éxito aquí. Pero si algún autor mexicano presenta un personaje o una historia con esos mismos estereotipos pero adaptados a nuestro país es muy probable que el público no lo acabe de aceptar y no tenga mucho éxito. Sin embargo a mucha gente le gusta que se hable de las cosas que tenemos y que suceden en  México. A los mexicanos les gusta mucho la sátira política, por ejemplo. El humor es un tema que tiene mucha popularidad sobre todo en Internet y redes sociales. Creo que el público mexicano quiere reírse.

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Desde tu perspectiva, ¿cuál es la labor de un “creador” de cómics en México?

El creador de cómic en México hoy en día tiene que hablar de México. De lo que está pasando en su país. De las cosas de la vida cotidiana y de las cosas que pasan en la sociedad y en la política. México es muy rico en temas.

Por otro lado el autor mexicano de cómic de estos tiempos tiene en parte el deber histórico de sacar adelante este medio. Ya que a diferencia de generaciones pasadas, en la actualidad no hay una industria real que soporte lo que hacemos, ha desaparecido. Se puede decir que nosotros mismos como autores independientes tenemos que darle una forma y un sentido a nuestras obras. Tenemos que tomar en parte el papel de empresarios, editores, productores y agentes de ventas en ciertos casos, sobre todo cuando son autores que publican su obra de manera independiente. Si queremos sacar adelante nuestro trabajo como historietistas nosotros mismos tenemos hacernos responsables del rumbo que tomarán nuestras obras, es decir, ser constantes, puntuales en nuestras entregas, mantener una calidad competitiva y cumplir con lo que se anuncia, de otro modo el público dejará de creer en nosotros como creadores, si uno mismo no se hace responsable de su obra, nadie va a venir a hacerse responsable de ella.

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Augusto Mora, publica cada semana Muerte Querida y tiene preparados una serie de proyectos, entre ellos publicaciones y secuelas de cómics anteriores, que bien merece ser admirado por su contenido y calidad de dibujo.