UN LUGAR QUE ES PARTE DEL BARRIO DE POLANCO, QUE PRESENTA JAZZ EN VIVO, UNA DELICIOSA COMIDA Y UN AMBIENTE ACOGEDOR EN EL QUE LOS ASIDUOS PUEDEN CONVIVIR DENTRO DE UNA ATMÓSFERA RELAJADA Y SIN PRETENSIONES.
Martes 06/05 2015
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FOTOS: Rene Enríquez
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El barrio de Polanco es una de las zonas más populares del Distrito Federal, esto debido a la gran cantidad de tiendas y establecimientos que con el tiempo han ido dejando de ser nuevos para convertirse en sitios de tradición y culto para los habitantes y visitantes de este territorio ubicado al poniente de nuestra ciudad.
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Ya sean nuevas o viejas, las marcas que regularmente encontramos en este espacio tienen como constante tres particularidades: diseño, calidad y prestigio. Ingredientes que son difíciles de ignorar cuando decidimos caminar por esta parte del área metropolitana, que además cuenta con una increíble oferta culinaria, en la que podemos señalar a Brassi.
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Brassi se encuentra en el corazón de Polanco. Su menú está compuesto en forma de platillos sencillos inspirados en la comida que ha estado presente durante la vida de sus asiduos: sin pretensiones. Un espacio que surge a partir de un concepto que pretende emular un lugar cálido en el que todos se sientan parte de él, devolviendo la intimidad y el cuidado que muchos otros restaurantes ignoran a la hora de la ingesta y que en definitiva marca una pauta para diferenciarlo del resto.
Convierte a sus clientes en elementos clave de todo el establecimiento, pues son ellos los que le dan vida a este #hotspot en el que se celebran los buenos momentos de la vida por medio de la degustación de vino, mientras al fondo se puede escuchar auténtico jazz en vivo.
Localizado entre Presidente Masarik y Emilio Castelar, esquina con Oscar Wilde, Brassi es el lugar para pasar un excelente rato (nosotros recomendamos los jueves y domingos) dentro de sus paredes de adobe y bajo su iluminación a 3/4, mientras disfrutas de alguna de sus deliciosas entradas, como lo son: el carpaccio de pulpo, su muestra de lomo ibérico, el calamari fritti, su famoso pulpo braseado o simplemente unas papas fritas con aceite de trufa que se convertirán en tu nueva adicción.
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Pero si lo tuyo es cenar, podemos sugerirte probar el Osobucco de ternera, un plato grande que satisface de lleno o el róbalo en hoja santa, acompañado de puré de zanahoria rostizada; platillos que no podrán ser pasados en alto y que seguro querrás volver a probar.
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Sin más que decir, ¿reservamos para esta noche?
