¿CÓMO SE VERÍA UNA PELÚCULA DE DISNEY PIXAR SOBRE MÉXICO? ¿SOBRE EL DÍA DE MUERTOS? TAL COMO LA IMAGINAMOS. INCREÍBLE.
La semana pasada se estrenó en México “Coco,” la película sobre Miguel, un niño del pueblo de Santa Cecilia que, sin querer queriendo, se aventura a La Tierra de los Muertos en vísperas del 2 de Noviembre.
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En una primera lectura, el pueblo mexicano que Disney Pixar decide simular, Santa Cecilia, es hermoso y también, predecible, tanto en estilo de representación como en objetos representados; imaginemos un juego de México en Disneylandia, clichés incluídos.
En un segundo momento, después de recuperarnos del estímulo visual, ajustamos la mirada y los detalles empiezan a aparecer: el color exacto del cempasúchil, el verde de la playera de la Selección, el patrón exacto de la tela, hasta el moreno apiñonado de la tez de Miguel, todo está en su lugar y bien iluminado.
El verdadero regalo, sin embargo, es La Tierra de los Muertos, un mundo con aires de steampunk mexicano, con una mezcla de cosmogonías indígenas e imaginario Disney Pixar. En este mundo, los muertos cruzan un puente de pétalos de cempasúchil que cada 2 de Noviembre aparece para ir a visitar sus ofrenda y pasar tiempo con sus vivos. Para esto los muertos necesitan un permiso especial para cruzar al otro lado (cualquier parecido con la realidad es casualidad).
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En este mundo, personajes como Frida Kahlo, El Santo, Pedro Infante, Jorge Negrete, entre otros íconos, aparecen. Camilo Lara del Instituto Mexicano del Sonido, consultor musical en la película, hace una aparición especial, con todo y bombín, como Dj en un fiestonón de los Muertos.
Es en los detalles que se notan los 6 años de producción y la investigación exhaustiva de los estudios. Se encariñaron. El arte de la película, los recursos narrativos y el desarrollo de los personajes de la película hacen justicia a la precisión, fueron diseñados para su reponsabilidad cultural (Un tema que en la conferencia de prensa los directores recalcaron una y otra vez), pero sobre todo, se sienten como un regalo, una ofrenda.
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Hasta el momento la película ha sido bien recibida tanto que ya comienzan a verse nuevas interpretaciones. Como lo son los murales inspirados en la película, creados por artistas del colectivo TUYI y están ubicados en distintos puntos CDMX ( Nápoles, Condesa, Roma Norte, San Miguel Chapultepec y Escandón). La intervención es parte de las iniciativas del programa “Comex por un México Bien Hecho,” que por medio de intervenciones de arte busca el fortalecimiento del tejido social y la recuperación de espacio público.
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Sin duda, la película está causando furor en México y podemos esperar más. Esta ofrenda, visual, cultural, musical y emocional llega también un un momento político y social muy particular con nuestro vecino del norte. Hay que prestar atención a su reacción cuando salga la película unos días antes del Día de Acción de Gracias a finales de este mes.
