El mezcal es el cómplice perfecto

Desde una copita previo a lanzar el tradicional bolo en un bautizo, una probadita antes de admirar el tradicional vals de una quinceañera, bodas, graduaciones, divorcios y hasta funerales. Muchas personas afirman que “para todo mal, mezcal; para todo bien, también; y si no hay remedio, litro y medio”. 

El mezcal representa una herencia histórica y cultural, que si bien ha tenido un auge en los últimos años, su historia data de 400 años antes de Cristo e inició como industria en el siglo XVI. Esta bebida es producida en lugares como Durango, Guanajuato, Guerrero, San Luis Potosí, Tamaulipas, Zacatecas y Oaxaca. Debido a su gran tradición y procesos artesanales, este último estado es considerado como la capital mundial del mezcal. 

En este contexto oaxaqueño, de la mano de Julio Fernández, nace Mezcal Cómplice, un destilado tradicional que está dispuesto a no sólo embotellar una bebida de calidad, sino anécdotas, amor, confianza y espontaneidad en cualquier ambiente, geografía o sociedad. 

Los cómplices galardonados 

La búsqueda constante por los mejores agaves y maestros mezcaleros han posicionado a Mezcal Cómplice como un referente internacional de sabores, aromas y texturas. Por ello en múltiples ocasiones han sido premiados por los “SIP Awards”, organización dedicada a conocer las preferencias de los consumidores.

Estos son los 4 protagonistas de esta historia: 

• Mezcal Cómplice de Amor; de Aventura; de Orígenes; y de Orígenes-Ensamble.

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El mundo está repleto de matices y sabores, y los de este mezcal están abriendo paso hacía contemplarlo como una bebida de lujo y no solo como una moda del mercado.