UNO DE LOS PROBLEMAS ES QUE LIMITAN EL POTENCIAL DE LAS HISTORIAS QUE PODRÍAN SER NARRADAS EN SU LUGAR.

Las representaciones de las personas negras en los medios no sólo se limitan al blackface, comentado en un texto anterior, sino también en los personajes estereotipados que se repiten una y otra vez. Existen nombres específicos para referirse a cada arquetipo¹ , y si bien estas son categorías para referirse al caso estadounidense, también se encuentran presentes en películas y series mexicanas. A continuación se mostrarán algunos de estos estereotipos y su razón de ser en el imaginario colectivo:

La mammy: de acuerdo con el Dr. David Pilgrim, de la Universidad de Ferris State, la mammy es descrita como una mujer:

…negra, gorda con senos enormes, la cabeza cubierta con un pañuelo para esconder su cabello enredado, fuerte, amable, leal, sin sexo, religiosa y supersticiosa. Habla mal el idioma, no le importa su apariencia. Era política y culturalmente cómoda, segura. Era claro, un figmento de la imaginación blanca, una añoranza nostálgica de algo que nunca había ocurrido. Las trabajadoras domésticas negras de la vida real durante la era de Jim Crow eran mujeres pobres a quienes les eran negadas otras oportunidades. Llevaban a cabo muchas de las labores que hacían las mammies de la ficción, pero a diferencia de la caricatura, estaban dedicadas a sus propias familias, y frecuentemente estaban resentidas por el estatus social bajo al que estaban relegadas.²

Pilgrim propone que esta caricaturización de las mujeres negras surgió como intento de las personas blancas esclavizadoras para contrarrestar algunos argumentos de los abolicionistas de la esclavitud; en primer lugar, la violencia sexual que ejercían los hombres blancos hacia las mujeres negras esclavizadas. Luego entonces, la mammy fue creada con atributos que eran considerados feos e indeseables; su peso, el tono oscuro de su piel y ser de mediana edad. Este mito buscaba retirar todo atractivo sexual de las mujeres negras para argüir que los hombres blancos no ejercían violencia sexual contra ellas por no considerarlas atractivas. Esta caricatura también resulta dañina porque reitera que el único rol adecuado para las mujeres negras es el de trabajadoras domésticas, de esta manera normalizando la discriminación laboral que sigue presente en la actualidad.

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En México, esta representación se encuentra en primer lugar en la serie de historias de Memín Pinguín creado por Yolanda Vargas Dulché. La mamá de Memín Pinguín es una trabajadora doméstica, con todos los atributos descritos anteriormente que definen a la mammy. Gran parte de los diálogos de “Ma linda” son bromas que aluden a su fealdad o ignorancia. Además, cuando aparece en portada también es objeto de burla por ser poco atractiva o torpe.

En el cine, esta imagen se muestra en películas como Angelitos negros (1948 y 1970) a través del personaje de la nana Mercé, que tiene una hija con su patrón como resultado de “un amorío” y decide ocultarle el secreto a la joven para que esta pudiera acceder a una clase social más alta. La nana Mercé aguanta sin resistencia el desprecio de su hija, está dedicada enteramente a la familia blanca a la que sirve e incluso muere de manera trágica por un berrinche de su hija. Además, las actrices que interpretan a nana Mercé en ambas películas están caracterizadas en Blackface, oscureciendo el color de su piel y hablando con un acento afrocaribeño, en contraste con los demás personajes de la película.

Un personaje muy parecido se encuentra en la película El derecho de nacer, que fue recreada a lo largo del siglo XX en varios países latinoamericanos. En este caso la mammy es una mujer llamada Mamá Dolores, que salva la vida del nieto de su patrón, criándolo como su hijo para mantenerle a salvo. También se trata de una mujer abnegada que se desvive por la familia blanca a la que sirve, completamente asexual y es de piel oscura. En todas las versiones en las que fue recreada la historia por lo general sí fueron contratadas mujeres negras, aunque también actrices en Blackface³. La versión más reciente de este personaje se encuentra en la novela producida por Televisa en 2001, protagonizada por Kate del Castillo y Francis Laboriel en el papel de Mamá Dolores.

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Aunque la discusión sobre estas representaciones problemáticas ha dado pie a que se cambie la imagen de productos como la de Aunt Jemima⁴, una de las primeras imágenes de la mammy en circular y exportarse de Estados Unidos, también ha habido resistencia a estos cambios de personas que preguntan — ¿Pero qué tiene de malo la imagen de la mujer de la harina para hotcakes? Si son mujeres que trabajaron mucho y fueron la imagen pública de productos que ahora se venden en todo el mundo.

La tía Jemima y los personajes creados a su semejanza son invenciones de personas blancas, es decir, las mujeres así no existieron en la realidad. Fueron fantasías cuyo propósito era reconfortar la conciencia de las personas blancas que las habían esclavizado, tratando de hacer parecer que eran ellas quienes querían servirles, que eran felices en su rol de cuidadoras. Además, a pesar de tener niños a su cuidado o de ser madres, nunca son mostradas como seres sexuales, ni siquiera como mujeres en la plenitud de la palabra. Nunca se enamoran, no tienen sueños ni deseos propios, su existencia se limita a satisfacer las necesidades básicas de las personas a las que sirven. Rara vez tienen familias propias, pues se entiende que sus familias son las personas blancas que las contratan.

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En el contexto mexicano, esto se une a una manera de retratar a las trabajadoras domésticas que las muestra como “parte de la familia” y al mismo tiempo les niega derechos laborales básicos. Incluso valdría la pena explorar en qué medida se han transformado y adaptado estos estereotipos a otras mujeres racializadas, como en el caso de personajes como La India María o Cleo de la película Roma (2018).

El problema con estas representaciones es que el único valor que tienen las mujeres mammy es de cuidadoras, de trabajadoras domésticas, son personas cuya existencia está dedicada únicamente a las personas blancas que le rodean. No tienen deseos ni planes propios y el hecho de ver a las mujeres negras representadas únicamente de esta manera produce en el imaginario de las personas que consumen estas películas y series que el único ámbito adecuado para las mujeres negras es el doméstico. El problema no es que existan papeles de trabajadoras domésticas para las mujeres negras, sino que sólo sean retratadas de esta forma, limitando el potencial de las historias que podrían ser narradas en su lugar.

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² https://www.ferris.edu/jimcrow/mammies/

³ https://elblogdelahormiga.blogspot.com/2017/06/las-actrices-negras-de-el-derecho-de.html

⁴https://verne.elpais.com/verne/2020/06/17/mexico/1592426809_908594.html


  • TEXTO: Jumko Ogata

Fecha de Publicación:
Lunes 26/10 2020