VISIBILIZAR QUE EL CINE LATINOAMERICANO ESTÁ PROVISTO DE MUJERES TALENTOSAS EN LA INDUSTRIA.

La filmografía latinoamericana hecha por mujeres han tenido un peso que quizá, en otras latitudes, pudiera parecer inusual. En un país como Venezuela, por ejemplo, sus únicos premios de Cannes son gracias a dos directoras: Margot Benacerraf y Fina Torres. En Perú, por ejemplo, el nombre de Claudia Llosa es referencia de logros y destreza tras la cámara; mientras que en el cine argentino destaca la reina solitaria Lucrecia Martel. 

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Durante los últimos años, la salvadoreña Tatiana Huezo o la costarricense Nathalie Álvarez Mesén se han convertido en nombres obligados entre críticos y festivales. Tempestad es ya una pieza que va camino a ser un título de culto gracias a que su directora, Tatiana Huezo. Trae la conmovedora historia de dos mujeres que a pesar de las inmensas adversidades de la violencia sistematizada de México; son capaces de resistir y mantenerse en pie. Todo con un abordaje poético impresionante. 

La directora peruana Patricia Wiesse Risso trae el film Mujer de soldado y con él, el relato de varias mujeres de los pueblos originarios cuyos testimonios y vivencias de abuso por parte de militares son invisibilizados. Una herida que el país no quiere afrontar. Es de paso una película en lengua quechua. 

Río Turbio es una película que visibiliza a un grupo de mujeres sin otra opción que el silencio, capturada por la cámara de Tatiana Mazú. También desde El Salvador alza su voz Marcela Zamora, con su documental El cuarto de los huesos. La película aborda la historia reciente y cruenta de El Salvador y su tratamiento se ha comparado con Nostalgia de la luz de Patricio Guzmán. 

Camila Rodríguez Triana, de Colombia, labra un híbrido entre ficción y no ficción para ofrecernos una especial perspectiva sobre la vida de una serie de personajes que bajo otro lente serían irrelevantes. Gracias a su ojo, terminan siendo casi enigmáticos en la película Interior

Desde Colombia, la artista e ilustradora PowerPaola ofrece su novela gráfica Virus Tropical para una adaptación cinematográfica de animación. La ilustradora asume la responsabilidad de la dirección de arte con una pieza visual rica y destemplada, como la personal historia que relata el film. Ecuador puede ser redescubierto in-media-res por ojos cautivos gracias a la amable y cautelosa aproximación de la directora Alexandra Cuesta en su película Territorio; donde ese descubrimiento logra convertirse en cuestionamiento. 

También hay historias que aunque no hayan sido dirigidas por mujeres, sus ejes temáticos sí giran en torno a la mujer. Ejemplo de ello es el filme Todavía nos queda la inmensidad de la noche (Gustavo Galvão, 2019; en donde Ayla Gresta —ganadora en la categoría de Mejor actuación en el BAFICI 2021—. Encarna a una trompetista cuya fuerza es casi telúrica en un Brasil que lo necesita y reclama a voces.

La utilidad de un revistero (Adriano Salgado, 2014) es una comedia argentina. Los únicos personajes de todo el metraje son dos mujeres de distintas generaciones. Bajo las pieles de las actrices María Ucedo y Yanina Gruden, se encuentran y terminan abriéndose la una a la otra en medio de juegos y destrezas formales que plantean preguntas sobre el dispositivo narrativo. 

La industria del cine en Latinoamérica le debe mucho al talento de las mujeres de la región. Algunos filmes pueden encontrarse en Guayaba, una nueva plataforma de cine latinoamericano vía streaming que durante todo marzo tendrán un catálogo con enfoque de género. 


  • TEXTO: Valentina Hidalgo

Fecha de Publicación:
Viernes 18/03 2022