Desestigmatizando el VPH

¿Es el VPH una película de terror de la que no queremos hablar? ¿Por qué si recibimos información, parece que no le hacemos caso? Esa es una respuesta subjetiva y posiblemente haya personas que tampoco han recibido información en algún lugar de nuestro país. Sin embargo, una cosa sí sabemos, y es que hablar de nuestra “intimidad” o de la sexualidad, es un tabú: a pesar de la información, a pesar de cómo queramos vivirla, y sobre todo, el contexto en el que vivimos nos ayuda a entender esto.

Es por eso que hablar de estos temas aún genera angustia; ya sea por no sentirnos avergonzades o juzgades por alguien más, y es ahí donde comienza la película de terror: ¿Cómo me pasó? ¿A quién le cuento que me salió algo en la vagina o alrededor del pene? ¿Cómo le digo a mi pareja? ¿Le contaré a mi madre o padre? ¿Qué van a pensar de mí? ¿Volveré a tener sexo sin transmitírselo a alguien? ¿Me estarán engañando?

Estas son solo algunas preguntas que he recibido en consulta de sexología y en consejería; el lado B del VPH, la experiencia de las personas que atraviesan por un diagnóstico y el mar de emociones durante el proceso de atención médica y la interacción con las demás personas. Suena a mucho, ¿no?

Es fuerte pensar que todavía existe violencia y discriminación alrededor del tema y las personas que lo viven: no importa si el panorama parece ser el más favorable o el menos, puede resultar toda una batalla para aquellas que lo están viviendo, ya que a pesar de que existe información, atención especializada sobre el cuidado y prevención, parece ser más dura la etiqueta social sobre la vida sexual, las decisiones que tomes sobre ella o incluso la falta de empatía en situaciones en las que alguien sufre violencia sexual, sin importar la identidad de género, el sexo y la edad.

Muchas veces la poca sensibilidad por parte de los profesionales de la salud, familiares, amistades e involucrades sexo-afectivamente puede aumentar la angustia, culpa, inseguridad y el temor de acudir a espacios de atención debido a comentarios negativos, invalidación de las situaciones o al prejuicio. Así es que, si alguna vez has pasado por esto, tranquile, todes podríamos pasar por ello, el Virus del Papiloma Humano es más común de lo que pensamos o nos han dicho, por eso es importante recordar lo siguiente:

Todas las personas que inicien y mantengan una vida sexual activa estamos expuestas.

¿Habrá alguna manera de prevenir el VPH por completo?

Claro, pero estamos hablando de que debimos haber recibido la vacuna contra el VPH desde una edad temprana (11 a 12 años), esto debido a que a esa edad se estima que aún no se inicia la vida sexual.

Es posible vacunarse unos años después -a los 18 años- y recibir las dosis indicadas por el médico, sin descartar edades más avanzadas una vez iniciada la vida sexual. El principal objetivo es evitar aquellas cepas de mayor riesgo y que puedan provocar daño en los tejidos que posteriormente podrían volverse cancerígenos.

Nota: no se vuelven cancerígenos de un día para otro. La detección oportuna va a prevenir que esto ocurra.

¿Es más común en mujeres que en hombres?

No es que sea más común en una persona u otra: puede ser más fácil detectarlo en mujeres debido a que por diversas razones, mujeres o personas con vulva acuden a un servicio de salud ginecológica en algún momento del desarrollo o de la vida, sin embargo, hay que recordar que pueden o no existir síntomas o signos como las verrugas o condilomas que con mayor facilidad nos dan una alerta de que hay que acudir al médico.

El VPH no tiene preferencia sobre el sexo, la identidad o la edad de las personas, es por eso que promover el autocuidado en Salud Sexual y Reproductiva sin prejuicios será siempre el mejor aliado para vivir nuestra sexualidad de manera plena.

Y ¿se pueden tener prácticas sexuales viviendo con VPH?

Por supuesto. Solo hay que tomar en cuenta la situación en la que te encuentras; si estás atravesando por un retiro de condilomas o una alguna intervención quirúrgica que necesite de reposo y cuidado, tómalo en cuenta y descansa. De lo contrario, mantener un seguimiento con tu médico y el uso de métodos de barrera puede ser una excelente forma de prevenir la transmisión a otras personas o hacia ti misme.

Ten en cuenta que el uso de juguetes sexuales también puede ser una vía de transmisión, así es que si compartes juguetes, procura su higiene o utiliza el método de barrera que más se adapte a tus prácticas sexuales y no olvides de disfrutar.

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No temas hablar sobre VPH o buscar orientación. Para todas esas dudas que vemos y vivimos en el día a día, desde Inspira Cambio estamos por lanzar una guía del cuidado de la sexualidad femenina ¡No te la pierdas! Síguenos para más contenidos de Género y Sexualidades en @inspiracambioac