QUE TODOS USEMOS DINERO DIGITAL... ¿ESO ES BUENO O MALO?

Parece abrumadora la cantidad de avances tecnológicos que brotan de la superficie, y tal vez, la idea de tener dinero 100% digital sea el tema más curioso y resonado de los últimos meses, especialmente cuando vemos que monedas como el Dogecoin (inspirado en un meme) existen y son tan reales como nuestros billetes de veinte pesos en la cartera.

La verdad es que ya son pocas las cosas que nos asustan en pleno 2021, tanto así que nos emocionan los viajes espaciales comerciales, y estamos seguros de que algunos tenemos a ese amigo obsesionado con invertir en criptomonedas. Pero, ¿cuál es el potencial de estas monedas y hasta dónde pueden llegar?

Hay países escandinavos donde es bastante común que pasen meses enteros sin que sus habitantes tengan la necesidad de usar billetes o monedas, tanto es así que una organización caritativa de Estocolmo ha repartido lectores de tarjeta a personas en situación de pobreza extrema para que puedan vender pañuelos de papel o prensa solidaria. En Suecia, por ejemplo, el 95% de sus operaciones bancarias se utiliza el dinero digital; lo mismo con Noruega donde sólo el 3% de su dinero es en efectivo. 

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Un estudio de Bloomberg Economics de este año reveló que ya existen seis países que cuentan con su propia moneda digital y hay otros 46 que buscan crear la suya. Uno de estos países es Bahamas y la creación de su Sand Dollar; también está China con su famoso CiberYuang; en el Caribe, San Cristóbal y Nieves, Antigua y Barbuda, Santa Lucía y Granada igual cuentan con una moneda digital llamada DCash. La mayoría de ellas funcionan como el Bitcoin y se les consideran monedas seguras. Incluso Europa ha estado trabajando en la fabricación de un Euro Digital; sin embargo hay países como Alemania e Italia que todavía se oponen a este cambio inminente. Y se entiende, no todas las personas cuentan con los recursos o siquiera acceso a internet para aguantar este cambio. 

Ahora que casi todo es posible, Estados Unidos se está planteando la eliminación del dinero físico. Con ello se pretende erradicar la evasión de impuestos y limitar la corrupción al dificultar las actividades de mafiosos y traficantes. De hecho si lo analizamos por un momento, en una sociedad utópica sin efectivo, todo el mundo estaría obligado a tener su dinero digital, por lo que todos los pagos se realizarían con tarjetas o a través de celulares. ¿Y qué implicaría esto? Que todos seríamos más rastreables. 

Hay dos discursos en este tipo de cambio: los que creen que la digitalización resultará benéfica para una mayor claridad en los bancos mundiales, y quienes no se sienten tan cómodos con dar explicaciones de en dónde, cuándo y cómo gastan su dinero. Si lo analizamos: digitalizar el dinero implicaría una pérdida de libertad y cierta “amenaza” a la intimidad. Que, bueno, eso ya está sucediendo con nuestros mismos celulares…

Y en lo que se refiere a la seguridad: si el efectivo desaparece también lo harían los asaltos y robos; pero otra realidad es que el crimen cibernético ya existe desde hace muchos años, limpio y sin violencia, pero pasa. Incluso hay expertos que aseguran que el robo digital supera al que es en efectivo… y por mucho. Entonces, ¿es bueno o malo que se digitalice el dinero? Depende mucho de a quién le preguntes, pero lo que es seguro es que la digitalización pasará eventualmente en todo el mundo, solo que probablemente no nos tocará verlo porque se trata de un cambio que durará muchísimas décadas. 

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Es emocionante pensar en este futuro cibernético, donde el papel desaparezca y nos encontremos intercambiando bienes por un dinero que no podemos ver pero que sabemos que está ahí. Somos los ojos que están viendo el cambio, pero también está para pensarse a quiénes les beneficia más este tipo de acciones. 


  • TEXTO: Andrea Araujo via TuMoney

Fecha de Publicación:
Viernes 27/08 2021