Bárbara Sánchez-Kane en i-D Kitchen 2017


¿DEBERÍA EL DISEÑO INCIDIR EN CUESTIONES DE GÉNERO?

Hacer diseño es plantear soluciones y partiendo de esta premisa, en el proceso de diseño, hay enfoques que ponen al ‘usuario’ como lo más importante. Seguramente habrás escuchado o practicas el “diseño centrado en el usuario”. Es entonces que surgen las interrogantes: ¿Qué actividades realizará? ¿Qué edad tiene? ¿Cuál es su género? ¿Será algo que usará una mujer? ¿Un hombre? Se indaga ampliamente hasta conocer estos perfiles y por ende, establecer de manera clara sus necesidades y cómo atenderlas. Esto sin embargo, en otras circunstancias puede cambiar y puede decantar en diseñar para quienes son mayoría en un contexto determinado; en lugar de diseñar para un amplio espectro de comunidades. Diseñar para las personas con alguna discapacidad, diseñar para minorías en estado de vulnerabilidad, diseñar para tallas grandes, diseñar para la diversidad. Y además, no sólo diseñar el estereotipo: Azul/rosa, niño/niña, femenino/masculino ¿sólo para dos géneros?

Bajo estas normas del pensamiento crecimos muchxs. En palabras de Judith Butler ¿qué es lo primero que quieren saber de nosotres antes de nacer? Niña o niño, no hay más. “Es por lo tanto que la gente imagina nuestro futuro mucho antes que nosotres”. Y es principalmente que esta estructura social y de pensamiento se ven reflejados en cómo se diseñan los espacios y a su vez, reforzados en los arquetipos de la publicidad. Entonces, ¿cómo sería diseñar para la diversidad y los matices que existen cuando por ejemplo hablamos de lo queer? Si entendemos lo queer como una identidad en constante construcción –veáse aquí una explicación más amplia del término–. ¿Cómo se puede accionar desde una perspectiva queer en el diseño?

Platicamos con creativos involucrados en el tema. Un ejemplo de esto es Tony Macarena, duo cuiratorial de diseño con ojos en todo aquello que hable más allá del género, sin barreras y sin miedos. Sabor Suave ilustrador y tatuador involucrado en las prácticas creativas queer. Y Maximiliano Fernández, estudiante de diseño y quien ha estado al frente del movimiento LGBT+ y la aprobación del matrimonio igualitario en la ciudad de San Luis Potosí. También tomamos como referencia una joven publicación neoyorkina que vino a México en la pasada edición de Zona Maco 2019. Facadomy habla desde los ojos de aquellxs perfiles que abordan lo queer en el arte contemporáneo y la arquitectura. Una joven publicación neoyorkina basada en el trabajo de la sexóloga Esben Esther P. Benestad ¿Y en México?

En el ámbito de la moda en México hay más propuesta en este sentido, desde el “Macho Sentimental” de Bárbara Sánchez Kane. Barragán, quien no marca un género definido en las prendas que diseña; el fotógrafo Dorian Ulises López, quien representa lo queer desde lo local, anteponiéndose a los estándares europeos de belleza. También la agencia de modelos Güerxs, donde apuestan por la diversidad ante un esquema tan cerrado como lo es el mundo del modelaje. Y si entendemos el diseño en una concepción más amplia ¿qué podría suceder si se hacen objetos, mobiliario o sistemas?

¿Cómo sería hacer diseño bajo una línea queer?

SS. Lo importante de hacer diseño queer sería pensar para todos aquellos que no entran dentro de las comunes estructuras de género. Lo importante sería darnos cuenta que estos siguen siendo parte de nuestra sociedad y se deben de incorporar.

¿Qué principios o características podría tener el diseño queer?

SS: La libertad. No caer en etiquetas. Ser totalmente libres de explorar la sexualidad a través del diseño. Bajo las líneas “Yo soy, yo me represento así”.

MF. Ser NO binario y transgresor, salir de lo heteronormativo y escandalizar.

TM. Ahora, podemos jugar otro tipo de juegos y se más estratégicos…usar humor…recursos pasados presentes y futuros para generar conversaciones y avanzar en el tema de romper estas barreras de género.



  • Texto: Diana Nájera

Fecha de Publicación:
Jueves 27/06 2019