CREANDO UN SISTEMA SUSTENTABLE PARA EL CULTIVO DE HONGOS Y SETAS PARA LA AGRICULTURA URBANA

¿Diseñadores cultivando hongos?

Escribir este artículo fue un proceso de introspección para nosotros como plataforma; siempre estamos cuestionando el por qué de los proyectos que decidimos abordar, y la respuesta suele ser la misma, la curiosidad y el querer tomar un camino distinto o menos tradicional. Este proyecto no fue la excepción; para contextualizar un poco somos una joven plataforma que nació en Guadalajara. Nuestro espacio, al que llamamos el pequeño oasis dentro de la ciudad, se encuentra en Santa Tere, lleno de plantas y pequeños experimentos de cultivos.

Dentro de aquellas preguntas que nos hacemos a diario, surgió la de ¿qué pasaría si generamos un cultivo poco convencional dentro de la ciudad? Uno que sea capaz de convertirse no solo en una producción local sino en un proyecto de agricultura urbana con un alcance mucho mayor.

Es ahí donde entra nuestra capacidad como diseñadores de hacer tangible esa curiosidad, abordarlo desde nuestra perspectiva y experimentar con algo desconocido para nosotros: el cultivo de hongos y setas dentro de un contexto urbano. Elegimos a los hongos como primer acercamiento a ese cultivo porque nos pareció un alimento con mucho potencial en todos los aspectos, y un reto en cuanto a su proceso de producción; en realidad se conoce muy poco de ellos, existen más de 200,000 especies de hongos y solo se conocen el 3.2% de las que crecen en el país. Es un producto que tiene aplicaciones muy diversas desde lo medicinal, hasta lo recreativo y aún así pareciera estar infravalorado. En nuestro caso nos enfocaremos en los comestibles.

Sobre la agricultura urbana

El mundo de los hongos ya es por sí solo un tema sumamente interesante que vale la pena ser investigado con más profundidad, así mismo, la fungicultura (cultivo de hongos) se vuelve aún más interesante en un contexto urbano. Y es que la agricultura urbana puede llegar a ofrecernos bastantes bondades si se aplica correctamente, desde la oportunidad de reciclar materiales y residuos orgánicos de la propia comunidad, hasta ser una alternativa a nuevas fuentes de alimentos frente a las sequías por el cambio climático. Al ser un ambiente controlado no depende de las temporadas que normalmente rigen a la agricultura tradicional, y la cercanía nos permite poder tener un mejor control del proceso.

La realidad es que la agricultura urbana no tiene escala y eso nos encanta, podemos tener en alguna esquina de nuestra casa un huerto vertical o podemos tener un jardín lleno de cultivos, nuestra intención con este proyecto es que la disponibilidad del espacio no sea un factor que defina el alcance y la capacidad de un sistema y sus resultados; así como poder alentar a cualquier persona que tenga la curiosidad de generar algo en su contexto pero crea que el espacio o los recursos no son suficientes.

Como amantes de todo lo que tiene que ver con plantas y cultivos, nos pareció una idea muy interesante y un reto a su vez, el poder tener la oportunidad de transformar nuestro espacio para dar pie a un proyecto como este.

Utilizar nuestro contexto como oportunidad

Queremos llevar la producción de estos hongos y setas, que normalmente se cultivan en grandes espacios, a las afueras, al corazón de las ciudades, que es donde se comercializa y se consume; ¿Cómo lo estamos haciendo? Desarrollando un sistema de cultivo que se beneficie de su entorno y que utilice principalmente los desechos de productores locales como base para hacer la composta que es esencial en el proceso de cultivar hongos. Estos desechos son, por ejemplo, los desperdicios de café que generan las tantas cafeterías del barrio, rastrojo de maíz que generan nuestros vecinos de Xokol al trabajar con maíz criollo, el bagazo de caña que se genera todos los días en el Santuario (un barrio cercano a Santa Tere) y la viruta de madera que generan a diario los carpinteros cercanos, principalmente.

La naturaleza del proyecto es ser un proceso que se alimente de materiales que son considerados desperdicio o que no tienen una segunda vida; al terminar nuestro cultivo es posible reutilizar de nuevo esa composta y residuos orgánicos para hacer abono y darle un cierre a ese material para que termine por descomponerse y beneficiar los suelos. Es obvio que siempre habrá desperdicios y materiales que no podremos reciclar y que llegar a ser completamente sustentables es tal vez una utopía, aún así para nosotros como diseñadores es importante seguir en esa exploración de generar productos que no continúen dañando ese mismo ecosistema que nos da tantas cosas.

Así mismo, es importante para nosotros como espacio de diseño siempre explorar y conocer los beneficios, ya sea de producción o de materias primas, que trae el estar ubicados en un barrio con tanta riqueza ya que de cierta manera el mismo lugar se vuelve parte de nuestra identidad y viceversa.

Residencia PAD 

Hasta ahora todo suena muy bien, pero se preguntarán, ¿en donde entra el diseño? La realidad es que todas nuestras decisiones se toman a partir de un proceso de diseño, todo el tiempo estamos pensando qué se puede mejorar a través de este, desde la manera de estructurar la investigación hasta la distribución del producto final, considerando puntos como el desarrollo de marca, el empaque, el mercado y el usuario final.

Queremos dividir nuestra residencia en la Plataforma Activa de Diseño en tres etapas principales: la de investigación, para comprender mejor lo que estamos cultivando; la experimentación con los materiales que mencionamos anteriormente; y el desarrollo y diseño del sistema dentro del espacio. El proceso para obtener un hongo del micelio se puede traducir a 3 etapas: la de composteo, la de población del micelio y la de crecimiento del cuerpo fructífero. Cada una de estas etapas es diferente y el espacio se tiene que adecuar a cada una de ellas. Por ejemplo, en la etapa de composta las temperaturas son elevadas por la reacción química que ocurre en la mezcla así como en la pasteurización. En la etapa de población del micelio se deben mantener niveles de iluminación muy bajos a diferencia de la etapa final, en la que crecen los frutos y se deben tener niveles más altos.

Este sistema incluye el diseño de todo lo que sea parte de este proceso, como los contenedores en los que se van a cultivar los hongos contemplando el control de temperatura, humedad e iluminación de forma automatizada. Buscamos que estas consideraciones hagan del espacio una narrativa convirtiendo el proceso en una experiencia que nos gustaría transmitir a cualquier persona que visite y sea parte del espacio, para nosotros es importante que este sea un lugar abierto a colaboración, al igual que los hongos, nos encontramos en un ecosistema en el que es casi imposible no colaborar o tener contacto directo con otro tipo de perfiles, de las tantas características que compartimos con los hongos, la que creemos más importante es esta relación que mantienen con su entorno, la capacidad que tienen para nutrir y nutrirse, de transformar completamente su contexto, quisiéramos de cierta manera, ser como ellos. 

Si te interesa conocer y ser parte de nuestro proceso puedes seguirnos, aquí.


Fecha de Publicación:
Viernes 27/05 2022