A SEMANAS DE LAS ELECCIONES, EMERGE MX LANZA SU QUINTA EDICIÓN IMPRESA DEDICADA A REFLEXIONAR SOBRE EL PAPEL DEL DISEÑO EN LA POLÍTICA, LA POLÍTICA, LOS SISTEMAS DE ORGANIZACIÓN SOCIAL, ASÍ COMO EL ROL DE LA RELACIÓN DEL DISEÑO Y LAS REDES (DIGITALES Y OFF LINE) EN EL DESARROLLO DE LA PROFESIÓN A NIVEL SOCIAL. AQUÍ UNO DE LOS TEXTOS QUE PODRÁS ENCONTRAR EN ESTA PUBLICACIÓN:

Tengo un problema, no sé cuál es la izquierda y cuál la derecha. De niño me decían que la derecha es con la que escribo pero la verdad es que ni eso podía recordar. Opté por memorizar que leemos de izquierda a derecha y eso me ha funcionado más o menos bien. Hace poco decidí dar otro paso y mandé hacer 2 anillos, uno para el pulgar izquierdo grabado con la palabra left y otro para el pulgar derecho grabado con la palabra right. Todo iba bastante bien, hasta que pasó lo inevitable y me los cambié de mano. Llevaba al menos una semana con los lados al revés y sin embargo había llevado mi vida con normalidad. Tal vez perdí en la ciudad a algún visitante dándole direcciones erróneas, confundí a algunos conductores de uber o mandé a las visitas al patio en vez de al baño, nada grave. Por suerte no dirijo la construcción de un puente o el lanzamiento de un cohete, pero hay otra área en la que sigo sin saber cuál es la derecha y cuál la izquierda; voy a votar en las próximas elecciones y no tengo ningún anillo que me ayude a identificar las direcciones del espectro político así que decidí investigar qué podía hacer para orientarme y en el camino descubrí que el diseño tiene mucho que hacer en los asuntos del estado. ¿Qué lugar ocupa el diseñador en el plano cartesiano de la política? A continuación cuatro puntos de los que desprendo algunas preguntas que pueden representar áreas en los que el diseño puede actuar en la política.

Atención

Simplificando, las elecciones son un concurso en el que ganar depende de convencer a millones de personas de usar su tiempo para marcar una cruz en un área determinada de un papel y depositarla en una urna el mismo día. Para lograr eso hay que ganar su atención a toda costa aunque eso signifique ser incongruente con los supuestos valores propios de un partido. Para ponerlo en términos diseñísticos, sería como armar tu portafolio: si estás desesperado por obtener un empleo seguramente estás dispuesto a presentar, por un lado, un portafolio que muestre una faceta de artista a una firma de arquitectura interior y aparte mostrar una faceta de investigador a una empresa de tecnología, según te convenga.

De modo similar los políticos pueden presentar facetas distintas y mensajes contradictorios si al final pueden ganar la atención y el tiempo de más votantes, sin importar si sus acciones están alineadas a su espectro político. Esto explica en parte la ausencia de divisiones claras entre izquierdas y derechas en México y, más importante aún, refleja lo valioso que es el voto.

Si es cierto lo que dicen filósofos como Hanzi Freinacht y estamos en una transición hacia una economía de la atención, el voto se puede entender como un tipo de capital que otorga poder de manera directa al que posea más. De hecho ya funciona como capital cuando se cambia por víveres o tarjetas ¿Cómo podemos hacer que el voto se perciba como más valioso que una despensa? ¿Qué pasaría si el voto sustituyese el dinero? ¿Cómo se aplicarían procesos electorales a la vida cotidiana? ¿Qué tanto sucede ya en el mundo de las redes sociales y los likes?

Planos

Como diseñadores aprendemos que nuestras creaciones se conciben en un plano cartesiano. Los ejes X y Y se usan para visualizar en plano los objetos tridimensionales que se elevan en el eje Z. En el plano existen a una escala manejable y son susceptibles de ser iterados en colores, texturas o funciones infinitas sin estar atados a la fuerza de la gravedad o a los límites espaciales de los que el software o el lápiz están exentos. Pero una vez fuera del plano quedan a la merced de estas limitantes y de muchas otras que a veces no contemplamos: interactúan con su contexto, se ponen a prueba, y el proceso de diseño continúa, entrando y saliendo del plano.  

En cierta forma la ciencia política también tiene planos cartesianos, con direcciones opuestas -izquierda y derecha- que enfrentan concepciones distintas sobre la libertad y que enaltecen o minimizan valores como la tradición, el progreso, el orden o la desobediencia. Una forma de visualizar este panorama es el gráfico de Nolan, un plano en el que podemos orientarnos entre las distintas concepciones del espectro político. Este plano puede actuar como una guía que le da forma a los entregables de un político.

Si situamos las creaciones de un político en el plano cartesiano podremos ver que algunas se orientan más hacia la izquierda y otras a la derecha: derechos al matrimonio que no incluyen a todos los ciudadanos estarían situados a la derecha, políticas de proteccionismo económico estarían a la izquierda. Pero ¿Por qué hacia un lado o hacia el otro, por qué la derecha tiene que ser conservadora y la izquierda progresista? Más importante para los fines de éste texto ¿Cómo podemos los diseñadores clarificar el plano cartesiano político? ¿Cuál sería el faltante eje Z?

Materiales

¿Cuál es el entregable de un político? Sin adentrarme en debates contemporáneos sobre el diseño, puedo decir que el entregable del diseñador es más o menos concreto, podemos partir de lo abstracto y diseñar un sistema de iluminación, pero al final terminaremos con una lámpara que tiene un peso y una forma determinadas (además de los valores y servicios intangibles que también forman parte de su diseño). A diferencia de los diseñadores que, por lo general, partimos de lo abstracto y aterrizamos en lo concreto, los políticos trabajan con abstractos y terminan con abstractos de modo que es difícil “ver” su entregable. Y sin embargo estamos sumergidos en él, como los peces que no se dan cuenta que están mojados, los humanos no nos damos cuenta de que nacemos en el entregable de los políticos porque no lo podemos “tocar”. Un ejemplo claro es el estado, aunque nacemos en uno, se nos asigna una nacionalidad y se libran guerras en su nombre, es difícil apuntar con un dedo a el estado. Y sin embargo su “existencia” nos permite tener cosas súmamente útiles como los derechos humanos que nos permiten desarrollarnos libremente. Pero los derechos humanos, de nuevo, son intangibles, como dice el historiador Yuval Noah Harari: “si abres a una persona no le encontrarás ningún derecho dentro”. A los humanos nos gustan las cosas, incluso a los dioses se les materializa, y los diseñadores somos expertos en cosas ¿Cómo podemos materializar los derechos humanos o el estado?

Claro que existen elementos visibles de un estado y fueron diseñados: banderas, escudos, pasaportes, curules, sillas presidenciales, el sistema electoral; pero en la historia de la creación de estos objetos y sistemas reina la casualidad, las leyendas y la tradición ¿Qué pasaría si se reconociera el valor que el diseñador puede aportar y fuese este el encargado activo de materializar más de los abstractos que genera un político?

Prueba y error

Cuando un producto industrial llega a la gente los resultados no suelen ser catastróficos. Los diseñadores tenemos métodos para evitar que una silla que se rompe al sentarse se produzca por millones. Podemos poner a prueba casi cualquier creación antes de que se reproduzca y cause problemas. En la política también existen métodos similares pero suelen ser lentos y propensos a salir mal. No existe un software en el que se puedan iterar propuestas políticas hasta obtener la mejor versión. De modo que suelen implementarse como prueba y error. A los Países Bajos por ejemplo les ha ido bastante bien siendo punteros al implementar medidas progresistas. Pero ¿Cómo le iría a Rusia? ¿Como podriamos los diseñadores trasladar nuestros métodos a la política para acelerar cambios sociales o para probar medidas controversiales antes de implementarlas?

Al final, hasta el mejor diseño puede fallar. Las personas somos propensas al error y hay soluciones que dependen más del usuario/ciudadano y otras tantas que una vez implementadas llegan demasiado tarde. En mi caso, ni un anillo me salvó de mi propia estupidez y si tuviera un par que indique cual es la izquierda y cual es la derecha en la política mexicana sería inútil si en la realidad los lados son iguales. Por eso creo que el lugar del diseñador en la política implica crear y materializar, pero no para solucionar, si no para hacer las preguntas indicadas que puedan servir como guía para generar mejores políticas.  

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  • FOTOS: Cortesía

  • TEXTO: Alejandro Álvarez para Emerge MX

Fecha de Publicación:
Viernes 08/06 2018