LILIANA OVALLE ES UNA DE LAS CREADORAS MEXICANAS MÁS JÓVENES Y NOTABLES EN EL EXTRANJERO. EGRESADA DE LA UNAM Y CON ESTUDIOS Y FORMACIÓN EN PARÍS, MILÁN O LONDRES, ES UNA REFERENCIA OBLIGADA AL HABLAR DE DISEÑO EN LOS CÍRCULOS MÁS ESPECIALIZADOS.

Lunes 30/06 2014
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FOTOS: Cortesía

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El diseño industrial en el panorama nacional cuenta con nombres que desde hace años han comenzado a escribir una historia de cómo está cambiando y evolucionando y en la que podemos encontrar inspiración, conceptos, identidad, ideas y originalidad. Dentro de este rubro hay nombres que destacan y logran que el alcance de su firma involucre trabajo en el extranjero, co-working con colegas que persiguen las mismas metas, bajo estas ideas, uno de los nombres más destacados es Liliana Ovalle, una de las mexicanas más notables por su trabajo en el área.

Liliana Ovalle es quizá una de las creadoras más internacionales. Afincada en Londres y con una basta lista de proyectos, Ovalle es recurrente entre las referencias más especializadas y su trabajo se ha publicado alrededor del mundo haciendo eco entre la crítica por su visión y particular manera de ver el mundo a través de sus proyectos.

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Hace algunas semanas estuvimos en Londres «dónde radica actualmente y desde hace ya varios años», nos encontramos con ella en un pequeño café el en distrito de Shoreditch para hablar de diseño, de sus inicios y de cómo se está transformando a través de sus proyectos. Te te presentamos la charla:

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Liliana, hagamos una  especie de TimeLine, ¿cuál ha sido el curso que tu carrera hasta el día de hoy?

Soy Egresada del CIDI en la UNAM, «fue el lugar en el que aprendí a elegir y trabajar con diversos materiales y en el que tuve la oportunidad de realizar un intercambio a Les Ateliers, en Paris, dónde reforcé todos mis conocimientos teóricos, mientras cursaba la carrera». Después de terminar la Universidad, mi visión se amplió de una manera que llegué al un punto en el que pensé que el diseño industrial se puede insertar para apoyar a un sistema de producción, al mismo tiempo en el que al diseñar expresas tu cultura, el lugar del que provienes, haciendo de un objeto portador de identidad. Entendí el diseño de manera más integral.

Cuándo regresé a México logré entonces conseguir trabajo en una firma de arquitectura con Jorge Mdahuar y Andrés Mier y Terán, y ahí estuve desempeñando la parte de producción y mobiliario, cuando partí de este lugar comencé un proyecto independiente con algunos amigos mientras realizaba mi tesis y de ahí me empezaron a caer trabajos, entre ellos un proyecto con Andrés Mier, el cual después de finalizar me inspiro a lanzar mi primera colección, la cual me condujo a lo que sería mi primera exhibición a nivel profesional en el 2003, celebrada en el Centro Histórico junto con otros colegas como Ariel Rojo, la cuál se llamo ‘Espacios de Ocio’ en el Colegio Vizcanias.

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¿Este fue un punto de “inflexión”, cierto?

Si, la verdad me sentí con el poder de proponer y dejar de elegir a mis clientes, pues en ese momento yo ya estaba por comenzar mi maestría en el Royal College of Art, aquí en Londres.

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¿Con qué piezas te graduaste del Royal College?

Hice tres piezas que surgieron de una exploración fotográfica que lleve a cabo en el centro histórico de la Ciudad de México, en las cuáles cuestionaba mis orígenes, el entorno que rodea al país, entre otras cosas. El nombre de una de ellas es “Mugroso”, un proyecto que me abrió muchas puertas y que surgió como un experimento, en realidad quería hablar de identidad y hasta la fecha sigue dando de qué hablar y hace no mucho una variación de él estuvo en el Museo Poldi Pezzoli, por ejemplo.

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Mugroso (2006)

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¿Qué ocurrió a tu regreso a México?

Decidí volver para dar clases en CENTRO, y tomar una decisión en cuanto hacia donde iba a dirigir mi carrera.

Estando acá comencé a tener publicaciones que me dieron un impulso que en el pasado no había tenido. También comencé analizar sobre el momento en el qué me gradué, fue una época en la que se creó todo un nuevo círculo de jóvenes diseñadores.

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A fuego lento (2006)

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¿Cuáles son los temas más recurrentes en tus colecciones? ¿qué te interesa plasmar?

Me atrae mucho la idea de que cualquier persona que observe mi trabajo «o quien llega a ver lo que hago» haga su propia interpretación sobre lo que yo presento. En todas mis propuestas está reflejado cierto concepto de “comunicación” que intenta generar con la gente un sentido de conexión; me gusta crear cosas que al ser vistas puedan dar pie a preguntas y a cuestionamientos, ofrecer cierta ficción alrededor de ellas, así mismo.

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“El otro” (2010)

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Como diseñadora mexicana viviendo fuera del país¿es difícil presentar tu trabajo de manera independiente? 

Obviamente es padrísimo hacer tu propio trabajo, pero a la hora de generarlo se tiene que tener un balance, la idea principal es que lo que uno haga genere más trabajo.

Tengo una práctica mixta, trabajo con una sociedad que produce mis prototipos, al mismo tiempo se encargan de la promoción y por supuesto la venta y por otro lado hago proyectos por mi cuenta, el año pasado trabaje en un taller que hace vidrio, también estuve envuelta en un proyecto con AHEC (American Hardwood Export Council) al cual fui invitada junto con Okay Studio, un grupo de diseñadores con quienes genero un co-working muy padre.

Actualmente me gustaría enfocarme únicamente al diseño, porque eso es lo que me apasiona, me encanta ‘meter las manos en la masa’ e involucrarme con todo, para que cuando se me ocurra algo al futuro pueda experimentar con procesos que he utilizado antes.

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En tu caso ¿cómo has generado un modelo de negocio exitoso? 

Por medio de espacios en los que puedas experimentar alguna inquietud que tengas.

En Londres se cuenta con una estructura muy grande que se encuentra impulsada por muchos diseñadores. Si quieres generar tu propia empresa primero tienes que crear una identidad, la cual toma forma través de la difusión de tu trabajo en exhibiciones y posicionando productos en diferentes canales como tiendas o galerías. Aquí hay un mercado para las piezas de diseño de autor, mientras sean elaborada con la mejor calidad y presenten un valor agregado interesante. Básicamente es eso.

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Colour me (2011)

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Tienes una pieza favorita, ¿si mañana viniera una publicación para hablar de tu trabajo, cuáles serían las piezas qué elijirías?

Las vasijas de Oaxaca (Sinkhole), el proyecto Color me y Mugroso.

Todas estas piezas tienen un trasfondo y fueron creadas en un momento en el que me entregue completamente, son proyectos que quiero mucho y recuerdo el proceso y la forma en la que se difundieron. La controversia, la manera en la que presento una solución por medio de una pieza que al final termina en una galería, me hace pensar en como es que algo que un inicio comienza como un experimento termina por mostrarle al mundo ese todo que te unifica como diseñadora. A veces pienso ¿cómo es que se da toda esta variedad de conexiones?

En mi trabajo hay ocasiones en las qué hablo de mi país y parte de ser diseñador es elaborar tu propio discurso.

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Háblanos sobre el proyecto que presentaste en colaboración con el colectivo 1050º

Fue un proyecto increíble. La idea en general fue hablar sobre esa idea del vacío, los llamados “hoyos negros”, un retrato de esos vacíos que surgen abruptamente desde el suelo, la disolución de su entorno en un espacio irrecuperable.

Sinkhole Vessels para mi fue un proceso muy interesante en el tema de modelo general; es decir, generar un proyecto que inició en Tlapazola en Oaxaca trabajando con las artesanas durante días y en un contexto muy particular, con muchos factores sociales y económicos palpitantes e históricos, lo curioso fue que en un lapso de dos meses estas piezas ya estaban en Basel, en la feria de arte, con una audiencia brutal y en un contexto totalmente diferente.

Hay un no–balance muy grande. Las vasijas cuando salieron del aeropuerto y llegaron a Londres tomaron otra dimensión, tuvieron otro valor y se comenzaron a convertir en algo diferente, fue disruptivo.

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En este momento ¿qué es lo que te ilusiona? 

Mi ilusión es seguir generando más trabajo, fortalecer los lazos con México y vivir siempre de lo que me gusta y crecer a la par de mis proyectos y al mismo tiempo gestionar proyectos con otros diseñadores, eso me gustaría mucho.

Me gustaría seguir haciendo crecer mi despacho y parte académica me gusta mucho. Encontrar un modelo en el que las firmas especializadas se encargen de producir mis diseños.

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Liliana es una creadora que tiene una visión muy especifica de nuestro país y que en cada proyecto siempre intenta expresar las raíces que lleva consigo a todos los sitios en los que presenta su trabajo.

Actualmente y después de vivir casi una década fuera de México está interesada en cómo se mueve la industria en este país, colaborar, generar y no dejar de lado todo lo que sucede en este lado del atlántico. Nuestra recomendación es seguir muy de cerca su trabajo a través de su website: lilianaovalle.com