Diseño regenerativo: la llave para transformar la crisis socioambiental

“El concepto de diseño regenerativo emerge como una nueva forma de pensar el diseño, abriendo la posibilidad de abordar la realidad desde la realización del potencial socioambiental y no desde la solución de los problemas como siempre lo hemos hecho. Lo anterior transforma radicalmente nuestra posición, relación y acercamiento a los sistemas vivientes a los que pertenecemos.” 

La compleja crisis socioambiental a la que nos enfrentamos es francamente desalentadora. Las altas temperaturas nunca antes vistas, inundaciones y sequías dejan patentes los nuevos riesgos y vulnerabilidades a nivel individual, familiar y colectivo. 

Diseño regenerativo, la imaginación de lo que queremos a futuro

Dentro de la búsqueda de soluciones emerge una herramienta perfecta para contribuir a la transformación del mundo y cambiar su tendencia degradativa: nuestra habilidad y práctica de diseñar. Esto no sólo atañe a lxs profesionales del diseño, sino que también concierne a todas las personas, pues todxs somos diseñadorxs.

Partiendo de esto, el concepto de diseño y desarrollo regenerativo plantea una forma de repensar el diseño, abriendo la posibilidad de abordar la realidad desde la realización del potencial socioambiental y no desde la solución de problemas, como siempre lo hemos hecho. Esto transforma radicalmente nuestra posición, calidad de relación y acercamiento a los sistemas vivientes a los que pertenecemos.

Por ejemplo, no es lo mismo observar el problema de la falta de agua en CDMX solo como una ausencia de tubos e infraestructura, que verlo con todo el potencial que tiene para captar los 670 L por m² que caen de agua de lluvia y abastecer las viviendas. O tratar el agua sucia del drenaje para volver a utilizarla, o para verterla en una red de ríos vivos que surcan la ciudad, alimentan los humedales del sur y recargan el acuífero del que dependemos.

El pensamiento de diseño regenerativo y su aplicación implican ir más allá de la sostenibilidad. Mientras que esta busca minimizar el daño que las acciones humanas tienen en el ambiente y la sociedad, la teoría de diseño y desarrollo regenerativo se basa en la hipótesis de que cada diseño humano tiene el potencial de contribuir a regenerar el lugar en que se encuentra. Así, dejamos de ser agentes de degradación para transformarnos en componentes capaces de catalizar estos procesos revitalizadores en los sistemas vivientes. Esta perspectiva nos invita a ver cada proyecto de diseño como una oportunidad para contribuir en algún aspecto a sostener la vida en el planeta y dejar el mundo mejor de lo que lo encontramos.

Uno de los aspectos más potentes del diseño regenerativo es su capacidad para inspirar y motivar. Es decir, tiene el poder de generar la voluntad colectiva necesaria en las personas para responsabilizarse de que las cosas sucedan. Cuando imaginamos la posibilidad de un futuro mejor a partir de lo que tenemos, empezamos a cambiar individual y colectivamente. El diseño regenerativo tiene el poder de materializar esas visiones y hacerlas tangibles, generando símbolos de lo que podemos lograr colectivamente. Esa visualización nos da esperanza y nos impulsa a seguir adelante, sabiendo que toda acción de diseño importa.

Si una comunidad inicia un proceso de diseño generado por y para las personas del lugar, y deciden que un terreno baldío tiene el potencial de convertirse en un centro de reunión, educación, recreación y esparcimiento, podrán, a partir de lo que ya tienen, generar un área más verde, inclusiva, sana y divertida, que será mucho más que un simple parque. La realización del potencial del lugar se vincula con mayor voluntad y motiva al involucramiento y la transformación.

Para que un proceso de diseño cumpla efectivamente su potencial de contribuir a la regeneración del sistema, es crucial generar un entendimiento compartido entre todas las personas implicadas e involucradas en el proyecto. Esto permite alinear nuestra comprensión de la situación actual y desarrollar colectivamente una visión futura de lo que podemos llegar a ser. Este proceso requiere tiempo, paciencia y esfuerzo, pero resulta en estrategias integradas, efectivas y de largo plazo. De esta manera, un diseño que nace de un entendimiento y visión compartidos tiene más probabilidades de ser adoptado y cuidado a posteridad.

El diseño de procesos regenerativos se centra en la realización del potencial tanto de los humanos como del lugar en que habitan. Si lo logramos, cada paso del proceso de diseño debe añadir valor al proceso mismo, contribuyendo al crecimiento y desarrollo de las personas y mejorando la capacidad de los sistemas para regenerarse y prosperar. Este enfoque asegura que no solo estamos creando soluciones temporales, sino que estamos construyendo las bases para un futuro cada vez más resiliente.

Imaginemos y diseñemos el proceso para lograr una CDMX con el potencial de ser una ciudad sensible al agua y a los ecosistemas locales, llena de parques y bosques, espacios de calidad, gestión del agua y una cultura hídrica que nos permita disfrutar de espacios sanos, limpios y de alta calidad urbana. ¿Acaso no nos involucraríamos para que esto suceda?

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El pensamiento y diseño regenerativo nos ofrece una visión y un campo de acción para construir un futuro mejor. Nos invita a imaginar y materializar un mundo donde cada diseño humano contribuye a la vitalidad y al bienestar genuino de los sistemas socioambientales. Constituye un llamado a la acción para diseñar intencional y colaborativamente el camino que seguiremos para realizar en el presente la visión compartida del futuro que queremos. Con el diseño como nuestra llave, podemos abrir la puerta hacia la regeneración y construir un mundo más justo, saludable y próspero para la vida en cada lugar que habitamos.

“Tú, tu crush… dando un paseo dominical en el río vivo a un lado de su casa…. No sé, piénsalo” 

_{Texto por Delfín Montañana, Director de Educación Socioambiental y Sensibilización de Isla Urbana}