A TRAVÉS DE COLMENA 41, ENRIQUE BUSCA GENERAR ALIANZAS QUE FORTALEZCAN DIFERENTES SECTORES DE LA COMUNIDAD LGBT.

Platícanos acerca de Colmena 41. ¿Cómo nació la idea de crear esta plataforma? ¿Qué detectabas que hacía falta?

Colmena 41 es una organización LGBT+ que empecé este año junto a Fede Arellano y es una respuesta a algo que observábamos. Yo por un lado, llevo 13 años trabajando en temas de derechos por la comunidad. He notado que faltan desarrollar puentes entre activistas, industria privada, gobierno, academia y otros sectores. He colaborado con poblaciones LGBT y aliados que trabajan por la igualdad, visibilidad e inclusión. Pero aunque hay comunicación interna entre activistas y ONGs, lo mismo en empresas, en medios de comunicación y dentro del sector cultural, creo que hay una oportunidad de acercarse aún más y desarrollar vínculos multidisciplinarios más sólidos. Todo esto para tener una comunidad LGBT mejor organizada, más fuerte, más visible y más próspera.

Hay que derribar las barreras que imponemos sobre activismo vs. empresas o celebridades en contraposición con asociaciones civiles. Esa brecha es más notoria fuera de la Ciudad de México y Guadalajara. Cuando voy a otras partes del país creo que cada sector está enfocado en sus actividades pero no se comunican entre ellas. Las asociaciones no saben cómo ampliar los mensajes que quieren comunicar, conseguir recursos, o conocer aliados en el gobierno y en la academia.

¿De qué manera buscan generar estas alianzas?

La asociación se enfoca en tres aspectos diferentes. El primero es un evento que se llama “Lunes de Colmena 41”, con este queríamos generar interacciones reales. Estamos acostumbrados a vincularnos de manera digital pero creemos que en la experiencia en vivo. Aquí es dónde en verdad se gesta al menos un primer contacto para incentivar colaboración. No demerito el alcance digital, una campaña o convocatoria en redes puede ser muy poderosa pero aquí queríamos vernos cara a cara. Nos encantaría que desembocara eventualmente en una plataforma digital de contacto de todas las diferentes áreas para poder conocernos.

La segunda esfera de trabajo es la investigación. Queremos desarrollar una vez al año un trabajo cuantitativo específico. Nos parece que algo que falta en el país son datos duros sobre la comunidad. Hay estudios sobre bullying por parte de una ONG o el CONAPRED hace una encuesta sobre discriminación en la comunidad LGBT u otra organización que hace estadística relacionada a crímenes de odio. Pero no hay en verdad cifras oficiales sobre estos y otros temas que nos atañen. En la medida en que podamos obtener esta información podremos desarrollar estrategias que terminen en políticas públicas o modificaciones legislativas.

El primer estudio tiene que ver con emprendimiento LGBT. Las personas de la comunidad que emprenden, en qué rama se especializan, en qué estados sucede más, etc.

El tercer pilar busca ser un canal que genere alianzas. Las primeras dos actividades buscamos contar con el apoyo de empresas , medios, gobierno. Los Lunes de Colmena 41, por ejemplo, queremos que sucedan en diferentes espacios que estén relacionados con lo que se tratará esa sesión. Estar en empresas de tecnología si hablamos de redes sociales o en recintos culturales si hablamos de cine y medios, por ejemplo.

A propósito del mes del orgullo me gustaría preguntarte, este año las festividades parecen más grandes que nunca. Y es una celebración encabezada por distintas empresas, pero, ¿qué responsabilidad crees que tenga la industria privada de mantener este compromiso y ejercer presión a nivel político y social para que no solo se queden en “sumarse a la celebración”?

El sector privado tiene un poder muy fuerte que no tienen la mayoría de las organizaciones civiles, equiparable a lo mejor con algunos medios. Partiendo de eso, es un buen síntoma que cada vez más empresas estén dando este tipo de pasos por incluir a la comunidad lgbt y sumarse. Eso debería significar también un esfuerzo, primero interno.

Las empresas deben de asegurar políticas de cero discriminación, que el ambiente laboral incluyente no dependa de ser pro gay o no, sino que sea un lineamiento institucional.

Y también campañas externas, visibilizar problemáticas de la comunidad, donar recursos a organizaciones civiles o crear campañas de apoyo, participar en marchas del orgullo. En México esta ola de empresas mostrándose abiertamente pro LGBT+ ha sucedido muy rápido. Hace 5 o 6 años, muy pocas empresas, tanto extranjeras como mexicanas querían ser percibidas como incluyentes. Se percibía un miedo generalizado a hacer notar que esa empresa apoyaba abiertamente a la comunidad.

Lo ví de cerca en muchos casos ya que parte de mi trabajo es asesorar a empresas que buscan cambiar sus prácticas y ser más incluyentes. Empresas de tecnología, de comida, bancos, estaban cambiando su cultura laboral pero no querían hacerlo público. Ahora todas parecen desesperadas por hacer saber al mundo que son incluyentes.

Yo atribuyo esa nueva dirección a varios factores: el fallo al matrimonio igualitario por la Suprema Corte a nivel nacional. La ola estadounidense tras esta misma resolución que vino apoyada de parte del sector privada. El verano que salieron los hashtags #loveislove y #lovewins, una campaña diseñada por activistas y organizaciones LGBT+, cambió la percepción del orgullo a niveles corporativos. Los medios se sumaron con mayor representación de personajes diversos en series y películas. Y creo que finalmente, la gente que está llegando a puestos de toma de decisiones en las grandes empresas vienen de generaciones que están convencidas de la igualdad a las poblaciones LGBT+.

Pasamos de un par de marcas en el contingente de la Marcha en la Ciudad de México al ejemplo del año pasado que parece que está patrocinada por cientos de marcas diferentes. Las firmas de moda hacen sus colecciones especiales del pride y ves este afán de quererse sumar aunque el propio objeto que comercializan no tenga relación con un aspecto de género o sexualidad. El esfuerzo es positivo, pero ahora lo que sigue, para las empresas y para nosotros, es volvernos mucho más críticos. Cuestionemos a las marcas que se suman a la celebración sobre lo que están haciendo.

¿Qué más estás haciendo? ¿Esos fondos se donan a una organización? ¿Estás asegurando tranquilidad y no discriminación al cajero de la tienda dónde esa playera se vende? ¿Qué no haya desigualdad de prestaciones basados en orientación sexual? ¿Te estas asegurando que los procesos para contratación no discriminen a la comunidad trans?

Hay que decir que la fecha representa una ganancia importante para todas las empresas que se suman. Esa es una de las razones principales por la que lo hacen.

Platicando con Bartolina sobre el orgullo, me decía que desde su contexto no se siente representada. Creo que muchas veces a las empresas y activistas se les olvida que hay otras poblaciones LGBT. Y que al sistema capitalista no les conviene también representar.

Sí, totalmente. Nosotros somos muy conscientes de la equidad de representación en los paneles que hacemos cada mes. Nos aseguramos de traer la mayor diversidad posible en cada conversatorio que hacemos. Buscamos incluir invitados de la comunidad trans e incluir siempre el punto de vista de las mujeres. Se vuelve muy fácil armar una mesa de debate del tema que sea solo con hombres gay. Se me ocurren más nombres porque son cercanos a mi contexto y tienen mayor visibilidad, pero no es lo que queremos lograr.

Procuramos también promover diversidad en los asistentes desde diferentes aspectos. Somos un evento gratuito, puede ser que lo generemos a través de un patrocinio, pero a la gente no le cuesta. Buscamos hacerlo en distintos puntos de la ciudad y la difusión se hace a través de un directorio de asistentes que se va nutriendo y de medios focalizados para distintas poblaciones a las que les puede interesar. Desde grupos en facebook para chicas lesbianas o poblaciones trans, hasta nuestros propios canales, para asegurar variedad en la asistencia.

Y, ¿crees que las empresas estén buscando lograr este mismo tipo de inclusión dentro de sus propias filas?

Ahí si me parece que la situación es variada. Hay empresas super comprometidas e informadas, pero también hay quienes asumen que la comunidad LGBT es únicamente hombres gays. En Brazil tienen una manera de burlarse de este fenómeno diciendo que las iniciativas son GGG, o sea poco incluyentes.

Es responsabilidad de todos integrar distintas voces y no excusarnos. Es fácil decir que se invitó a todos y no llegaron, pero hay que indagar más.

Si pudieras hacer un forecast de cómo ves el futuro de la comunidad LGBT+ en México, ¿qué dirías?

La tendencia de la visibilización y de las nuevas generaciones siendo mucho más abiertas va a seguir. El poder salir del clóset a edades tempranas y el apoyo de los aliados también, al igual que el compromiso de las empresas. Pero también creo que los movimientos ultra conservadores que se oponen a la equidad de derechos, no solo de la comunidad sino de todas las minorías no van a tirar la toalla.

Estamos viendo el resurgimiento de grupos que se oponen agresivamente a los derechos LGBT o de igualdad de la mujer, están bien organizados y bien financiados. Además de que recurren a estrategias viles de difusión de noticias falsas y de mentir abiertamente y de manipular a través del lenguaje que manejan.

Sería muy ingenuo de nuestra parte confiarse. Si algo hemos comprobado en los últimos años es que no podemos creer que las batallas están ganadas, porque la veleta puede cambiar en cualquier momento. Los avances del movimiento se han ganado muy recientemente. Muchas empresas hace no más de diez años podían despedirte por tu orientación sexual. Así de frágiles son los goces de derechos que hoy tenemos.

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  • TEXTO: Rodrigo De Noriega

  • FOTOGRAFÍA: Paola Félix

Fecha de Publicación:
Jueves 20/06 2019