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LA DIVERSIDAD DE VOCES E HISTORIAS EN LA LITERATURA INFANTIL NOS HACE VER UN PANORAMA MÁS AMPLIO

Recuerdo que cuando era muy chica, tendría tal vez seis o siete años, lo que más deseaba era ser rubia y lacia. En los libros y películas que veía, las narraciones resaltaba la cabellera larga de la princesa, diciendo que resplandecía como hebras de oro. Rapunzel, la bella durmiente y cenicienta eran algunas de estas princesas; mujeres ilustradas como delgadas, blancas, con el cabello previamente mencionado y a la espera de su príncipe azul.

Con aquellas historias me di cuenta qué era la belleza, qué era ser una mujer “agraciada” y algunas ideas de cómo me gustaría ser cuando fuera grande. Las muñecas barbie con las que jugaba también eran blancas, aunque algunas tenían el cabello negro, o de colores “fantasía”. En retrospectiva, puedo entender cómo mi mente pequeña llegó rápidamente a la definición exacta de lo deseable en una mujer, en una “persona grande”.

Recuerdo haber pensado también que no me gustaba mi nombre, porque era “muy raro”, y pedirle a mi mamá que me llamara Jazmín, como la princesa de película que sentía más parecida a mí. Ella, sabiendo cómo lidiar con la situación ni chistó; “órale, ahora te llamas Jazmín. Hooooola Jazmín, ¿cómo estás Jazmín?”. En lugar de sentirme feliz por este nuevo nombre “normal”, estaba muy incómoda. Algo que no sabía cómo nombrar se perdía, mi nombre era parte de mí y aunque fuera “raro” era mío, era único y nadie más a mi alrededor lo tenía. 

“No, mejor sigo siendo Jumko”.

Creciendo en Estados Unidos, tuve la fortuna de acceder a libros muy diversos gracias a las bibliotecas públicas de la ciudad en la que vivíamos y lo barata que podía ser la literatura infantil en pequeñas librerías. Algún tiempo después de ser “Jazmín”, mi mamá me compró un libro llamado “La asesina de la serpiente y otras historias de mujeres fuertes” de Katrin Tchana y Trina Shart Hyman. Cada cuento hablaba de una mujer de una parte diferente del mundo que gracias a su fuerza, valentía e inteligencia lograba salvarse a sí misma, su familia o comunidad de cualquier peligro.

Veía a mujeres asiáticas, negras, indígenas y blancas en sus respectivos contextos geográficos y culturales enfrentarse a cualquier obstáculo, las diferencias entre ellas no significaban que una era mejor o peor, pues cada una era inteligente y bella en su propia forma.

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En un artículo anterior mencioné que en el mundo de la creación y crítica de literatura infantil estadounidense se utilizan los espejos y ventanas como metáforas para hablar de la importancia de que las infancias tengan libros diversos a su disposición. La pedagoga afroestadounidense Rudine Bishop Sims, reconocida como una de las mayores expositoras e investigadoras sobre literatura infantil estadounidense diversa, extiende esta metáfora; la belleza de la ventana es su habilidad de convertirse en puerta corrediza y permitir a la persona lectora acceder a otra realidad a través de su imaginación.

O si existe una luz adecuada, la ventana puede también volverse un espejo. Con esto, la autora nos invita a reflexionar sobre lo que significa para las infancias leer historias sobre sí mismas, sobre quienes se parecen, quienes tienen historias similares; pero también conocer otras realidades, otras tradiciones, lenguas y formas de ver el mundo. Los espejos importan porque nos muestran que las historias de nuestras comunidades, lenguas e identidades valen la pena ser contadas.

Son representaciones positiva de lo que nos hace ser nosotres y nos ayudan a valorar aquello que nos distingue de otras personas. Por otro lado, las ventanas nos enseñan cómo viven les demás, qué palabras utilizan, cómo imaginan el mundo. Esta combinación de contrastes y similitudes permite a las niñas y niños crear una concepción del mundo compleja, que respeta y aprecia las diferencias, que celebra sus identidades y les anima a expresarlas con seguridad.

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Yo tuve la fortuna de encontrarme reflejada en algunos libros, de poder acceder a historias diversas y contar con la infraestructura de las bibliotecas públicas para desarrollar un amor por la literatura. Desafortunadamente, no basta la voluntad individual para poder fomentar en las infancias un interés por la lectura o proveerles con libros de temática diversa — para ello les pido imaginen su librería más cercana (si es que tienen alguna) ¿Tienen literatura infantil? ¿Es reciente? ¿Quiénes aparecen en esos libros? ¿Cuánto cuestan? 

La industria editorial de gran escala no suele publicar a escritores e ilustradores diversos, aunque haya algún grado de diversidad en el contenido de los libros. Es tan importante que exista una variedad de contenido como que quienes escriban e ilustren estos libros narren sobre las propias comunidades; pues como he mencionado en ocasiones anteriores, el hecho que nos hayan arrebatado la voz y ni siquiera tengamos el poder de contar nuestras propias historias también es parte de la violencia sistémica dentro de la literatura (y en cualquier otro espacio que implica la narración y contar historias o Historia). 

No obstante, con el internet y las herramientas digitales que se han vuelto de uso extensivo, ahora es cada vez más accesible crear literatura infantil sin pertenecer a una casa editorial grande. En el caso mexicano, además de las convocatorias emitidas por el Fondo de Cultura económica, un buen número de editoriales independientes se ha preocupado por publicar libros infantiles bilingües o trilingües; en castellano y en una lengua indígena y/o en inglés. Asimismo, circulan libros que contienen narraciones de la tradición oral de diferentes etnias mexicanas, constituyendo los espejos, ventanas y puertas corredizas tan necesarias para nutrir a las infancias en México.

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Aún falta apoyo a estas iniciativas, pues no es suficiente con que existan, sino que es fundamental que cuenten con circulación a lo largo del país, que sean accesibles para el público y que sean utilizados en las escuelas como parte del material didáctico a disposición de les estudiantes. 

Esto no significa que se terminarán en automático el racismo y otra formas de violencia sistémica que nos afectan desde la infancia, no obstante, tomando inspiración en el género de la ficción especulativa; el primer paso para poder resistir y construir nuevas realidades es imaginar que pueden ser posibles e imaginar cómo las podemos crear.


  • TEXTO: Jumko Ogata

Fecha de Publicación:
Martes 27/04 2021