FAIRE, TOMÁS DÍAZ HOY EN DÍA GENERA PROYECTOS DE ARQUITECTURA INDEPENDIENTES Y SU ÚLTIMO TRABAJO FUE PUBLICADO PRECISAMENTE POR EDICIONES HUNGRIA.

Arquitecto por la Universidad Nacional Autónoma de MéxicoTOMÁS DÍAZ CEDEÑO es un creador mexicano que ha llamado nuestra atención a partir de generar una labor multidisciplinaria, enfocado a crear todo tipo de piezas en que el valor estético, la funcionalidad y el discurso, son un ejemplo claro de lo que está sucediendo en la área artistico mexicana.

FAIRE, FAIRE, FAIRE -el nombre de su web-, es como él define: “Un saco donde integro proyectos que voy desarrollando. Hasta ahora los principales han sido arquitectura, diseño industrial y también mi producción gráfica. La producción a una escala pequeña te da la facilidad de experimentar libremente con ideas que son complejas o imposibles de materializar en arquitectura”.

 

¿Cómo defines tu quehacer profesional?
– Multidisciplinario y caótico. Como arquitecto nunca sabes qué nueva oferta te puede llegar, así que todo se basa en el azar. En mi obra gráfica plasmo las preocupaciones constantes siguiendo un hilo discursivo más personal. En la arquitectura o interiorismo las ideas personales se mezclan con las necesidades de otros, así que el resultado es más bien el diálogo de varias partes.
¿Cuáles son tus fuentes de referencia e inspiración en tu vida cotidiana?
– Muchas. Cualquier cosa bella y bien hecha siempre será admirable y por lo tanto una fuente de inspiración. 
Internet la mayoría de las veces. No solo desde un punto de vista obvio, como fuente de información. Creo que las propuestas culturales más interesantes de hoy viven ahí, y sin tener que llegar a la vida real necesariamente. Últimamente he estado leyendo sobre teorías relacionadas con el copyleft, la improvisación libre, el opensource y el noise. Espero realmente que estos tiempos de crisis para el conocimiento libre provoque buenas reacciones en la producción artística. Creo que el futuro del consumo de cultural no va a tener que pasar por los mecanismos que conocemos hoy.
Háblanos sobre el stand que diseñaste para Ediciones Hungría.
– Es un soporte horizontal y vertical en el que los zines y libros de artista ganan protagonismo. Al colocarlos de forma perpendicular al soporte los libros forman una textura que atrae al que pasa por enfrente. La intención fue lograr una especie de stand que se acoplara a cualquier espacio expositivo, pero de forma tan discreta como lo hace un mueble.
Creo que el resultado ha tenido muy buena respuesta, por eso estoy terminando una versión doméstica que pronto se comercializará en algunas tiendas.
¿Cuál es tu perspectiva del quehacer profesional del diseño, el arte y la moda en la ciudad de México?
– Creo que en general se da una situación un poco contradictoria, normal en una economía emergente. Por un lado es fácil la creación de proyectos independientes: hay lugares y canales de comunicación para ello. Pero el posicionamiento es otra cosa. Vivimos en una sociedad en la que solo unos pocos afortunados logran entender y apreciar el valor de un trabajo de autor con una propuesta alejada del estándar.
El consumo de cultura va ligado al estado de bienestar. Una economía saludable tiene una producción cultural propositiva y competitiva, así como un mercado que la cobija.
Ahora mismo hay en el país varias propuestas independientes muy padres que van creando nichos nuevos hasta hace poco inexistentes. Parecería que los curadores, promotores, editores, artistas, etc. tienen que mantener una actitud punk . Si quieres hacer algo, lo tienes que diseñar, producir, promover y vender prácticamente solo; un esfuerzo considerable.

 

Tomás hoy en día genera proyectos de arquitectura independientes y su último trabajo fue publicado precisamente por ED. HUNGRÍA. Nuestra recomendación es no perder de vista el trabajo de creadores mexicanos con propuestas basadas en su discurso y hacer que la difusión de su obra tenga no sólo un nicho, sino un espacio en el mercado del diseño mexicano.