LA IGLESIA DE LA MEDALLA MILAGROSA EN LA COLONIA NARVARTE FUE PLANEADA POR EL ARQUITECTO FÉLIX CANDELA EN 1953, EL ARQUITECTO NO SÓLO PROYECTÓ EL EDIFICIO, SINO QUE DISEÑO INTERESANTES EJEMPLOS DE MOBILIARIO.
Jueves 23/02 2017
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FOTOS: Cortesía
TEXTO: Aldo Solano Rojas
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Dentro de la Iglesia de la Medalla Milagrosa (1953-1955), obra del arquitecto Félix Candela y Pedro Miret existe una serie de luminarias que complementan el diseño del edificio; se trata de trabajo en hojalata y herrería que decoran los espacios dentro del diseño del edificio de una forma muy peculiar.
Al interior del proyecto de Candela, intervino con escultura el español refugiado Antonio Ballester, quien diseñó el Viacrucis y la efigie de la Medalla Milagrosa, José Luis Benlliure estuvo a cargo del diseño de vitrales y de mosaicos en los arcos de entrada. Los murales en los retablos son obra de los hermanos Ritter.
Las lámparas del templo repiten una constante en todas sus variantes, se trata de diseños angulosos y geométricos que a veces recuerdan temas náuticos, así como tener estrellas, cadenas o cruces gamadas colgantes. Todos estos elementos complementan la atmósfera casi neogótica del templo, y llevan al interior los elementos más escultóricos del campanil mediante la repetición de la estrella en herrería, así como el chapitel cónico y los dobleces triangulares.
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Todas están elaboradas de herrería, hojalata y aluminio calado y doblado.
Los candiles abarcan la nave principal, la capilla a la Virgen de Guadalupe, la portería y el baptisterio, existen cuatro modelos distintos, que según su tamaño cuelgan en los espacios centrales o en los secundarios.
Además de los candiles colgantes, existe un modelo de arbotante, adosado a las columnas de la nave principal y que se complementan y dialogan perfectamente con uno de los modelos de candiles, los asignados a los altares menores en el deambulatorio.
Las lámparas de la Iglesia de la Medalla Milagrosa fueron diseñadas por el arquitecto Félix Candela, quién además de llamar a una integración plástica llamando a artistas para su intervención, se involucró directamente en la concepción del mobiliario del edificio, tanto en las lámparas como en las bancas y hasta en las pilas de agua bendita.
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Esto es una buena prueba de la concepción total del arquitecto moderno, y de las experimentaciones libres dentro del terreno del diseño de mobiliario a mediados del siglo XX.
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