CON UN MENÚ DIVIDIDO EN DOS MOMENTOS: PLATOS PEQUEÑOS Y GRANDES; ALEJADO DEL CLÁSICO MENÚ DE TIEMPOS

Después de dos años, Grupo Palmares (Terraza Cha Cha Chá, Palmares Azotea, Suwaii), inauguró hace un par de semanas, Pardela; un pequeño hotspot en la zona de Polanquito en Av. Emilio Castelar 44-local 1, Polanco, en la Ciudad de México. A pesar de que cuenta con influencias muy marcadas del Medio Oriente y cocina mediterránea; en realidad es un lugar en el que encuentras una mezcla de todo, un lugar que puede estar en cualquier ciudad del mundo conviviendo con diferentes culturas.

Pardela, el ave que sobrevuela y migra de territorio a territorio, se debe al juego entre el viejo y el nuevo mundo, cuando las familias de aves pueden encontrarse a veces en el continente Europeo, a veces en el continente Americano; juntando lo clásico con lo nuevo.

El equipo

Emilio Morayta, director de operaciones, también estuvo a cargo de la curaduría musical; mientras que la curaduría de la carta de vinos estuvo a cargo de Rodrigo Vélez, director de bebidas de Grupo Palmares; Jorge Guerra, el chef ejecutivo, presenta una propuesta basada en el producto y la técnica, con un menú dividido en platos pequeños y platos grandes invitando al comensal a disfrutar de una experiencia gastronómica más libre, experiencia diseñada para acompañarse con una buena copa de vino; y Zama Sánchez, chef repostera y de ensaladas.

El lugar

Un gran muro rojo destaca al interior de Pardela, en el que se encuentra integrada la barra cerca de la cocina para poder trabajar en conjunto; siguiendo el camino del muro rodeando el restaurante, llegamos al pasillo que lleva el baño, el cual está decorado con páginas del libro de El Principito, todo esto trabajo de Santos Arquitectos. El branding estuvo a cargo de Contīnua; y el mural que adorna el resto de las paredes interiores, fue creación de la ilustradora Marina Silva, contando la historia de la Pardela.

El menú

Entre los platillos pequeños se encuentran: la ensalada Pardela, mezcla de vegetales frescos y asados con queso ricotta; Babaganush (berenjena tatemada), acompañada de pan pita; atún aleta azul de Baja California, con aderezo de cítricos, habanero y alcaparras. Y entre los platillos grandes se encuentran: los camarones U-6 a las brasas con aderezo sweet chili hecho en casa; arroz frito con kimchi; pulpo a las brasas con miso y chile guajillo con un spread de tapenade; cuello de cordero cocinado lentamente por diez horas, acompañado de arroz salvaje y pan Pita cocinado en horno de piedra.

La oferta de postres dependen de la temporada, por ahora estos incluyen: la tarta de queso azul con compota de clementinas y vinagre de jeréz; y la dona beignet rellena de crema de pistache, compota de frambuesa y glaseado de chocolate blanco.

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Todos los detalles cuentan; y en Pardela podemos detectar algunos interesantes como la firma del chef en todas las cartas; las bebidas basadas en vino y cocteles clásicos, y que estas vayan de acuerdo a la comida que se sirva; la cocina de producción en la parte de atrás del establecimiento para hacer cosas mucho más grandes; y el set de copas “Wings” de Riedel, diseñadas para brindar una mayor oxigenación al vino, liberando aromas y sabores.



  • TEXTO: Erika Malo

  • FOTOS: Cortesía

Fecha de Publicación:
Viernes 24/06 2022