UN ESPACIO QUE NOS INVITA A RECONECTAR CON LA NATURALEZA DESDE LA CONCIENCIA ECOLÓGICA

En una ciudad como la CDMX, con más de 20 millones de habitantes y una crisis ambiental latente,
pensar en sostenibilidad desde la arquitectura y la gastronomía es también una postura política
. Es
entonces donde surge Baldío como una respuesta a la necesidad de reconectar con lo esencial: la
tierra, el alimento, los materiales y el tiempo.
En un entorno marcado por el exceso y lo efímero, este espacio propone una pausa y una forma
distinta de mirar lo cotidiano. Es así como este lugar se convierte en el primer restaurante zero
waste en el país y el único en la capital, reconocido con una Estrella Michelin Verde.


Diseño y sostenibilidad como acto creativo

Desde la perspectiva de Baldío, hablar de sostenibilidad no es equivalente a limitaciones, sino todo
lo contrario. Tomando la sostenibilidad como uno de sus principales pilares lograron demostrar
que esta causa es una fuente inagotable de creatividad y de la mano con Locus diseñaron el
espacio ideal que mezcla naturaleza y urbanismo.

Locus, el estudio encargado del diseño interior, apostó por trabajar con materiales como madera
reciclada, concreto reutilizado, fibras naturales y textiles elaborados localmente
. Cada elemento
fue pensado no solo desde la estética, sino desde el impacto ambiental de su origen.

Cada rincón del restaurante refleja una filosofía de segundas oportunidades, donde lo reciclado
adquiere una nueva vida sin renunciar a la belleza ni a la funcionalidad. Esta decisión no solo
reduce la huella ecológica, sino que propone una estética basada en la honestidad material y la
conciencia ambiental.

De las chinampas a la mesa

La conciencia ambiental en Baldío no se limita al diseño y la arquitectura: también está
profundamente arraigada en su propuesta gastronómica. En colaboración con Arca Tierra, el
restaurante retoma sistemas agroecológicos que nuestros ancestros practicaron durante siglos en
los lagos de Xochimilco y sus alrededores: las chinampas.

Las chinampas siguen vivas en Xochimilco y Tláhuac, siendo las últimas de su tipo en el mundo. Por su relevancia ecológica, cultural y alimentaria, han sido reconocidas por la UNESCO como Patrimonio de la
Humanidad.

Este sistema agrícola flotante permite cultivar sin erosionar el suelo y promueve la biodiversidad.
Según datos del INAH, una chinampa puede producir hasta siete veces más que un sistema
convencional
.

¿Qué nos enseña Baldío sobre el diseño y el futuro?

Baldío y Locus nos invitan a repensar la permanencia de los espacios, apostando por un diseño que
trascienda modas y perdure entre lo moderno y lo natural. Es una experiencia especial que inspira
reflexión, creatividad y una nueva forma de habitar el entorno.

En un mundo que avanza con prisa y consume sin pausa, Baldío se presenta como una pausa
consciente. Un espacio donde el diseño no solo es bello, sino significativo; donde comer es un acto
político y donde el pasado, en forma de chinampas, materiales reciclados y prácticas colaborativas,
se convierte en el futuro.

Baldío busca ser un recordatorio que aún podemos construir entornos que cuiden, conecten e inspiren. Su existencia plantea una pregunta urgente y necesaria: ¿Qué pasaría si todos nuestros espacios fueran una extensión de nuestra responsabilidad con la tierra?

En un país como México, donde el crecimiento urbano y la explotación de recursos como el agua y
el subsuelo avanzan sin pausa, propuestas como esta siembran la semilla de que podemos aspirar
a una estética más responsable y que volver a nuestras raíces desde lo que comemos hasta cómo
habitamos es una forma de sanar, resistir y crear belleza con propósito.


  • Texto: Paloma Lerma

  • Fotos: Cortesía

  • Fotos: Alejandro Ramírez Orozco

Fecha de Publicación:
Martes 22/07 2025