LA HISTORIA DEL LUGAR SE RESPIRA EN SUS PAREDES: AQUÍ, EN 1992, DON BETO ABRIÓ UN BAZAR DE ANTIGÜEDADES QUE FUE LEYENDA ENTRE COLECCIONISTAS Y CINEASTAS

En una calle de la Roma Norte se encuentra un lugar que parece salido de una película: Beto Beto, un bar que no busca ser tendencia, sino un pedazo honesto de barrio. Un ambiente relajado con sabor, música y una vibra que te abraza sin pedirte nada a cambio.

Un refugio cotidiano

Lo primero que sientes al entrar es la calma. Luces tenues, madera cálida, una barra que invita a quedarte. Todo está pensado para que te sientas en casa, o mejor aún, en tu bar local. La historia del lugar se respira en sus paredes: aquí, en 1992, Don Beto abrió un bazar de antigüedades que fue leyenda entre coleccionistas y cineastas. Hoy, al actor y productor Juan Pablo Castañeda, explora el espacio como homenaje a ese espíritu curioso y genuino.

Comer rico, sin complicaciones

Primero llegó una burrata, seguida de un cremoso de espinacas con pan caliente. Luego, el plato estrella: una hamburguesa de pollo frito con chips de ajo especiadas. Cada bocado tenía ese algo que no se explica fácil, como si la cocina supiera lo que necesitabas. Para cerrar, el sandwich de plátano macho fue un guiño delicioso al comfort food con corazón.

El restaurante cuenta con un servicio que se siente de verdad: atentos, cálidos, sin invadir. Y de fondo, una selección musical impecable: algo de folk, un poco de jazz, sonidos del mundo que hacen que el tiempo se detenga.

Un paraíso para melómanos

Aquí la música no solo se escucha, se vive. En colaboración con Retroactivo Records, este espacio también es tienda de vinilos. Puedes hojear discos, descubrir joyas sonoras y hasta llevarte uno a casa. Y si vas en el momento justo, quizá te toque un show en vivo.

Con su serie The Patio Sessions, el bar se convierte en escenario íntimo para bandas emergentes y músicos locales. Se graban sesiones en vivo que luego circulan como cápsulas de arte independiente. Beto Beto no solo es un bar: es un punto de encuentro para quienes creen que la música, como la comida, también cura.

***

Beto Beto no busca impresionar. Aquí vienes por un café en la mañana, por un almuerzo al mediodía, por unas botanas al atardecer y por la música cuando el día se suelta. Es ese tipo de lugar al que regresas sin darte cuenta.

¿Se te antojo? Puedes visitarles en Guanajuato 133, Roma Norte, CDMX.


  • Texto: Redacción Coolhuntermx

  • Fotos: Cortesía

Fecha de Publicación:
Viernes 13/06 2025