UNO DE LOS MOMENTOS MÁS ESPERADOS DE LA NOCHE FUE EL RONQUEO DEL ATÚN, UNA TÉCNICA MILENARIA EN LA QUE EL CHEF DESMONTA EL PESCADO PIEZA POR PIEZA PARA REVELAR SUS CORTES MÁS PRECIADOS

Izakaya Kura, no es simplemente un restaurante de cocina japonesa contemporánea; es una experiencia que rinde homenaje al arte del encuentro, a la precisión del corte y al ritual del compartir. Bajo la dirección del chef Take Matsumoto, este espacio se ha convertido en un punto de referencia para quienes buscan una conexión más profunda con la gastronomía nipona, en un entorno donde cada detalle tiene propósito.

Más que un restaurante

La velada comienza con un gesto: una copa de sake, una sonrisa, un saludo amable. Desde ese momento, Kura te envuelve en una atmósfera que combina el minimalismo japonés con la calidez mexicana. Durante una de sus recientes celebraciones, el espacio se transformó en una auténtica fiesta sensorial. Música en vivo, luces tenues y un aire de camaradería hicieron del lugar una reinterpretación moderna del concepto izakaya, esas tabernas japonesas donde el tiempo se detiene entre trago y trago.

Nos recibieron con cocteles de sake y martinis de lichi, y todo tenía un equilibrio perfecto. Era como una bienvenida al ritmo del Japón contemporáneo. La experiencia fue más cercana a una ceremonia colectiva que a una cena tradicional: todos de pie, compartiendo bocados, observando cómo el chef y su equipo transformaban ingredientes fresquísimos en pequeñas obras comestibles.

El ronqueo: Cuando el mar cobra vida

Uno de los momentos más esperados de la noche fue el ronqueo del atún, una técnica milenaria en la que el chef desmonta el pescado pieza por pieza para revelar sus cortes más preciados. Nos dijeron que pesaba más de 120 kilos. Verlo ahí, frente a todxs, fue impresionante.

Cada corte tenía su historia. Las aletas, consideradas las joyas del atún, fueron el punto de partida de un relato que pasó por el sashimi, el nigiri y el sushi —uno de callo de hacha, otro de anguila, otro más de wagyu y uno de salmón—, todos preparados al momento, con una precisión casi poética.

Tradición que se reinterpreta

En su carta, Kura combina lo clásico con lo contemporáneo: desde ramen y donburi hasta platos preparados a la robata (la tradicional parrilla japonesa), acompañados por una selección de sakes, shōchū y cocteles de autor. El menú también incluye opciones vegetarianas y postres minimalistas, todos pensados para mantener el equilibrio estético y sensorial que define a la cocina japonesa.

El espacio, sobrio y elegante, es un refugio en medio del caos citadino. La madera, las luces cálidas y los detalles arquitectónicos recuerdan que el buen gusto también se saborea con la vista.

La experiencia Kura

Su propuesta se basa en el respeto al ingrediente, la técnica impecable y la hospitalidad como arte. Por eso, no sorprende que tanto locales como visitantes internacionales lo consideren uno de los mejores restaurantes japoneses de la Ciudad de México.


  • Texto: Redacción Coolhuntermx

  • Fotos: Cortesía

Fecha de Publicación:
Viernes 24/10 2025