EL DÍA DE AYER SE PRESENTÓ EL [CUADRO DE SEDA] HERMÉS EN COLABORACIÓN CON EL PUEBLO ARTESANO OTOMÍ DE LA SIERRA DE HIDALGO Y TUVIMOS LA OPORTUNIDAD DE ASISTIR AL MUSEO DE ARTE POPULAR PARA SER TESTIGOS DE ESTA COLABORACIÓN QUE REÚNE DOS MUNDOS

Los vibrantes colores, las variaciones de estos, los contrastes entre ellos y su combinación se hacían notar desde la entrada. Se dice que hablar de armonía es juzgar la acción simultánea de los colores y que las experiencias muestran que las personas pueden tener diferente opinión acerca de esta, pero lo que ese muro compuesto de pañuelos lograba era una perfecta sinfonía visual.

El día de ayer se presentó el <carré> [cuadrado de seda] Hermès en colaboración con el pueblo artesano Otomí de la Sierra de Hidalgo y tuvimos la oportunidad de asistir al Museo de Arte Popular para ser testigos de esta colaboración que reúne dos mundos.

En un ambiente un tanto intimo en el que se encontraba el mural compuesto por los pañuelos, algunas partes del proceso creativo, una muestra de la elaboración, algunas bordadoras de Hidalgo y diseñadores parisinos que platicaban sobre su experiencia; Iveth Lagos, directora de comunicación de Hermès en México, habló sobre este proyecto por el que tanto lucho.

“El encuentro del hombre con la naturaleza”, como se titula el pañuelo [Din tini yä zuë en otomí] ha tenido tres años de arduo trabajo entre la casa francesa y el pueblo otomí y fue creado por diseñadores parisinos y el dibujante José Vicente Ezequiel, quien es el único artesano que aun domina la técnica para los bordados otomíes.

El diseño del <carré> cuenta con las características de todos los pañuelos Hermés, entre una de ellas que cada esquina de este debe ser distinto y el objetivo de este en especial era que contase una historia, una historia en la que se incluyeran motivos florales, de fauna y de celebración ante el hombre encontrándose con su medio, con sus orígenes, con la naturaleza.

El color, como mencionaba al inicio, fue de suma importancia para la elaboración de estas piezas que rebasan el titulo de –accesorios de moda-, pues después de tener el bordado original, como explicó uno de los diseñadores parisinos encargados, tuvieron que obtener copias de este para comenzar con la intervención y mezcla de colores. Cada <carré> cuenta con alrededor de 22 colores, es decir, para cada uno de estos una artista realizo a mano [esto para dar efectos del bordado] los 22 negativos correspondientes a cada uno de los colores, pues la técnica con la que se elaboraron fue serigrafía: una técnica tradicional, en la que se imprime color por color hasta obtener la composición final, incluso en el museo se encuentra un lienzo en el que se muestra el proceso creativo de uno de los modelos. El diseñador también habló sobre la seda utilizada en la casa Hermès y concluyó diciendo que estaba feliz de tener esos 5 minutos para poder hablar después de su trabajo por 5 años en este proyecto.

Iveth Lagos concluyó agradeciendo la presencia de los medios y el apoyo internacional ante este proyecto. Menciono finalmente que el 100% de las ganancias del <carré> serán destinas para esta comunidad y que la compra del diseño sirvió para instalar una escuela en la comunidad de San Pedro el Grande.

No cabe duda que este tipo de colaboraciones rebasan las fronteras y no sólo hablo de las divisiones políticas o los mares que se interponen, sino de las fronteras de la creatividad. Y debe ser de orgullo que el trabajo de mexicanos refleje nuestra cultura a nivel mundial.