UN ESPACIO PARA LA REFLEXIÓN Y LA SANACIÓN.

En las orillas de la presa de Valle de Bravo (que fue creada en los años 40’s) se encuentra El Santuario, un hotel icónico de dicho municipio del Estado de México cuyo propósito, desde su creación, es fungir como un espacio de relajación y encuentro con unx mismx.

Un halo de sueños y premoniciones envuelve al hotel que está construido en una montaña de cuarzo (que fue respetada en un 70%, según cuentan) con una de las mejores vistas al también llamado “lago”, además, cabe recalcar que es el único hotel de la zona con acceso a dicha área acuífera. Las instalaciones del han sido creadas para el bienestar integral de cada visitante.

De afuera hacia adentro

El Santuario cuenta con áreas destinadas a encontrar paz y tranquilidad, espacios que invitan a la meditación, zonas al aire libre y facilidades para activar la energía interior. A pesar de contar con muchas escaleras, que son parte de la filosofía de la propuesta, cuentan con accesos de rampas para facilitar el acceso a aquellas personas que requieren ayuda para transportarse.

El primer encuentro con el “aquí y ahora” es el pasaje llamado La Serpiente, el ingreso al mundo espiritual. Un camino que sigue la forma natural de dicho animal y que significa dejar lo malo atrás para entrar a un nuevo momento.

Habitaciones

Cuentan que cada habitación elige a su huésped, así que es una experiencia leer la placa del cuarto al que llamarás “hogar” por alguna(s) noche(s). Las puertas de madera están talladas con siluetas humanas, teniendo la espalda en la entrada y el frente se puede ver desde adentro de la habitación, otro mensaje de “dejar atrás todo, para comenzar una nueva historia”.

Existen 64 llaves. Todas las habitaciones miran hacia el “lago” y cuentan con una piscina privada agua entre los 26 y los 29 °C (sin control de calefacción). Cuentan, también, con los servicios comunes: Wi-Fi, pantalla, secador de pelo, etcétera.

Es un espacio amplio, con las “barreras” necesarias para mantener la privacidad sin dejar de apreciar el paisaje dentro del cual se habita.

Gastronomía

Los ventanales del restaurante dejan pasar la luz natural mientras observas el agua que rodea la montaña. La cocina de Na-ha (nombre del restaurante) está a cargo del chef Alejandro Zuno y se prepara desde el origen, evitando envasados o alimentos procesados. Utiliza productos mexicanos de la más alta calidad e  ingredientes frescos, cultivados en la generosa región de Valle de Bravo y sus alrededores. 

Actividades

En su mayoría, las actividades se centran en mejorar el ser como el Temazcal, que está unido a la montaña y que es una experiencia per se.

Andando por ahí, encontramos áreas de descanso, con sillones, juegos de mesa y servicio del restaurante para disfrutar de la propiedad.

En el camino que lleva al Spa podemos observar los espejos de agua y piscinas infinitas, así como las Escaleras de piano, que no, no están flojas sino que se mueven ligeramente al pisarlas, con la intención de que el movimiento regrese la atención al momento presente a cada pisada. Ahí mismo se encuentra el vitral cuyo ambiente fue diseñado para la meditación, el recogimiento personal y el viaje espiritual.

Lourdes Garcen, es la encargada del spa, este espacio de renovación física y espiritual, donde convergen la filosofía de armonía entre lo externo y lo interno. Ella misma tiene una historia interesante, así como preparación en el tema que la ha llevado a crear terapias propias que se encuentran dentro de la oferta de El Santuario, así como sanaciones del alma, masajes y faciales.

En la presa también puedes practicar actividades acuáticas, desde kayak (para una o dos personas), renta de motos, entre otros.


Fecha de Publicación:
Jueves 14/07 2022