LA ARQUITECTURA Y EL DISEÑO SON UN ENTE VIVO QUE INVOLUCRA A TODAS LAS RELACIONES QUE SE GENERAN EN UN LUGAR ESPECÍFICO. EN ESE SENTIDO, PODEMOS DISEÑAR Y HACER ARQUITECTURA DE DIVERSAS MANERAS

Durante este mes sucede en el Museo Experimental El Eco un encuentro titulado «Hagamos E(CO)», un espacio donde estudiantes y profesionales trabajan en equipo con el objetivo de generar un diálogo sobre los retos, límites y posibilidades de la arquitectura y el diseño en el contexto actual.

 Nuestrxs colaboradorxs, el colectivo Colateral, nos compartirá los puntos clave de las diferentes Mesas de diálogo en las que estarán participando. En este link puedes conocer más de esta iniciativa.

Durante la primer sesión de «Hagamos E(CO)», estudiantes y profesionales abrieron el debate sobre las expectativas y responsabilidades que conlleva el ejercicio de la arquitectura y el diseño.

Lxs participantes coincidieron en que la figura delx arquitectx ha sido representada históricamente como un agente con capacidad para transformar y resolver los problemas de nuestra sociedad a través de la creatividad. Bajo esta perspectiva, elx arquitectx se presenta ante el mundo como un ojo solar capaz de interpretar los conflictos de la ciudad, de manera que todo lo vasto e interdisciplinario del problema se filtra a través de él para dar solución a las demandas a través de la creación y materialización de una obra.

Sin embargo, quiénes se dieron cita a esta sesión, señalaron que esta visión de la arquitectura y el diseño, coloca a ambas figuras en una posición de protagonismo, que a su vez, encuentra validación a través de los medios de comunicación. Situación que contribuye a la construcción de una imagen endiosada que los aleja de algunos sectores de la población, pero al mismo tiempo, los acerca al sector capitalista; es decir, a los grupos de poder.

La arquitectura como herramienta de acción, no una solución

Esta visión limita el impacto de la arquitectura y el diseño, debido a que transmite la idea que ambas disciplinas son un privilegio que no está al alcance de todxs. En ese sentido, reflexionamos sobre la importancia de replantear la manera en la que comunicamos y enseñamos nuestra labor.

Tomando en cuenta este punto, algunos participantes enfatizaron la necesidad de redefinir el papel de la arquitectura y el diseño, más enfocado a ser una herramienta de acción en lugar de presentarse ante el mundo como una solución completa. Asumir esta postura nos lleva a meditar en nuestras decisiones y sus repercusiones,  y a su vez , da paso a una pregunta importante: ¿Qué hay detrás de estas decisiones que, con el tiempo, se traducen en obra?

Diseñar: Un gran poder con una gran responsabilidad

Desde luego, no podíamos dejar pasar este tema. Durante la segunda sesión, la discusión giró en torno a la influencia de los discursos de poder en la producción del espacio y los objetos que diseñamos. Sobre este punto, estudiantes y profesionales reconocieron la influencia de estos grupos; sin embargo, llegaron a la conclusión de que sus intereses no deben ser el único eje de nuestras propuestas. 

No se trata de sobreponerse a estas estructuras, sino de asumir responsabilidad. La arquitectura y el diseño tienen la obligación de tomar la iniciativa para abrir nuevos caminos. Diseñadorxs y arquitectxs no son meros agentes dentro de un sistema preestablecido: su capacidad de acción es real y poderosa. Nuestra labor no puede reducirse a replicar modelos, sino propiciar interacciones que generen nuevas formas de habitar y experimentar la ciudad.

Desde nuestra posición debemos aceptar que tenemos un poder que conlleva una gran responsabilidad de la cual no podemos escapar. Debemos asumir dicha responsabilidad con la conciencia de que nuestras decisiones son significativas, no como un acto de resistencia sino como un compromiso con toda la población. Los procesos orgánicos de la ciudad, aquellos que se manifiestan y emergen fuera de las dinámicas preconcebidas y aceptadas pero que también forman parte fundamental del tejido urbano, nos demuestran que el consenso no es la única vía legítima para la producción del espacio. De esta manera, llegamos a la conclusión de que indudablemente, diseñar es un acto político. En ese sentido, ¿Qué decisiones debemos tomar, y sobre todo, qué acciones podemos implementar para construir espacios alternativos a los dictaminados por un consenso?

Más allá del objeto: el diseño como acto político

Tomando en cuenta esta perspectiva, lxs asistentes a ambas sesiones de trabajo, estuvieron de acuerdo en que ambas disciplinas van más allá del objeto y del acto de edificar. Afirmar esto, nos abre la puerta a pensar en diversas maneras de hacer arquitectura y diseño. Ninguna debería limitarse a diseñar estructuras u objetos; por el contrario, actualmente deben empeñarse en construir dinámicas que generen conocimiento.

Ser arquitectx y diseñadorx no recae únicamente en una cuestión técnica, sino en una responsabilidad política y ética que trasciende cualquier producto tangible. De esta manera, la arquitectura también encuentra su lugar en lo etéreo;  en todo aquello que tenga que ver con el pensamiento, la teoría, las ideas, y desde luego, las relaciones que se generan en un lugar y tiempo determinados. Esto implica un cambio de enfoque en la enseñanza de ambas disciplinas: generar dinámicas de diálogo e intercambio se vuelven parte del quehacer arquitectónico, y a su vez, se convierten en un acto de diseño que contribuye a construir espacios más accesibles y conectados con nuestra realidad actual.

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Espera las actualizaciones de las próximas sesiones y súmate a la conversación.


Fecha de Publicación:
Jueves 27/02 2025