LA RELACIÓN DE CONSUMO ENTRE EL ARTE Y LAS NUEVAS GENERACIONES SE VIVE A TRAVÉS DE DIFERENTES PARÁMETROS

Cada año surgen nuevas galerías y ferias de arte, y es evidente que sus programas están dirigidos a coleccionistas jóvenes. No solo se observa un enfoque en eventos que priorizan la experiencia sensorial, sino también una transición de la galería física a la digital. Al final del día, las diversas generaciones valoran la conveniencia y buscan acceder a las exhibiciones o experiencias desde cualquier lugar.

Sin embargo, cabe preguntarse: ¿en qué medida lxs millennials y centennials adquieren arte? ¿Qué tipo de obras captan más su atención? ¿Y cómo está impactando esto en el mercado del arte?

El enfoque en estos segmentos es principalmente porque nuestra comunidad pertenece a esos grupos . Actualmente, quienes pertenecen a la generación millennial tienen entre 25 (y poco más) y 40 (pocos años), lo que los convierte en un mercado emergente con alto potencial. Por su parte, la Generación Z, en su mayoría menor de 25 años, muestra un gran interés por las tendencias digitales y las experiencias artísticas inmersivas.

En México, los millennials representan una cuarta parte de la población y conforman el 50% de la fuerza laboral a nivel mundial, según estimaciones recientes del INEGI. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México, los millennials representan aproximadamente una cuarta parte de la población total, consolidándose como un motor para la economía y el desarrollo del país. Además, se estima que durante este año, este grupo conformará el 75% de la fuerza laboral a nivel mundial.

En Estados Unidos, uno de los principales mercados de inversión en arte, constituyen la generación más numerosa dentro del ámbito laboral, con 72 millones de personas, de acuerdo con los últimos informes disponibles del Pew Research Center (2021-2022). Lo más relevante es que este grupo demográfico se ha convertido en el segmento de coleccionistas de mayor crecimiento, influenciando significativamente el mercado del arte con sus preferencias y hábitos de consumo.

Se trata de una generación altamente educada, lo que ha retrasado su inserción en el mercado laboral. No obstante, lxs millennials estadounidenses y un sector privilegiado del país, están consolidando su estabilidad económica, aumentando su poder adquisitivo y mostrando un creciente interés por el mundo del arte. No es casualidad que su porcentaje de adquisición de obras haya aumentado año con año (US Trust).

Comunidad

A la generación millennial se le ha etiquetado como “la generación Yo, yo, yo”. Aunque en ocasiones resulte molesta para lxs baby boomers, se distingue por su curiosidad y ambición, pero, sobre todo, por su interés en la identidad. En términos de consumo, esta generación busca marcas con las que pueda establecer un vínculo íntimo, y cuando se trata de arte, ocurre lo mismo. Su objetivo es expresar su individualidad a través de un estilo personal y un entorno que refleje sus preferencias, lo que explica su afinidad natural con el mundo del arte. Aunque no siempre siguen un estilo clásico, buscan una conexión auténtica, y ¿cómo han logrado esto? A través de las redes sociales.

Tanto la Generación Z como lxs millennials, se caracterizan por su uso constante de las plataformas digitales. Además de tener acceso inmediato a información sobre galerías de todo el mundo, pueden estar virtualmente “dentro” de los estudios de los artistas, observando tanto sus nuevas obras como sus posturas político-sociales. La interacción con el arte se ha vuelto más directa y accesible: una persona puede empezar siguiendo una galería a la que asistió, después a lxs artistas relacionados y, en pocos días, ampliar su red de referencia. Como mencionó Forbes:

“Instagram se ha convertido en una plataforma más democrática para el arte, ofreciendo acceso sin igual a aquellos cuyos bolsillos no son tan profundos como su entusiasmo por el arte. También permite que coleccionistas y críticos serios descubran y evalúen el arte sin prejuicios… Instagram proporciona una forma para que los millennials ávidos de arte obtengan una educación artística y establezcan esa conexión emocional con artistas individuales”.

Además, lxs principales impulsores de las tendencias en el mercado del arte son lxs millennials y la Generación Z. Ante el riesgo del mercado inmobiliario, muchos de ellxs han optado por invertir en arte y participar activamente en plataformas digitales especializadas. Para lxs jóvenes coleccionistas, los beneficios emocionales son prioritarios: más que el renombre del artista, buscan obras que resuenen con su identidad y valores personales. También priorizan experiencias y causas sociales, valorando la transparencia, la flexibilidad y la diversidad en el arte. Por ello, se sienten particularmente atraídos por instalaciones inmersivas, arte participativo y obras que abordan temas como el cambio climático, la identidad y la justicia social.

Gracias a su perspectiva global y diversa, las generaciones más jóvenes apoyan el trabajo de artistas y comunidades subrepresentadas, incluidas las poblaciones BIPOC y LGBTQ+. Para ellxs, el arte va más allá de la decoración: Representa una forma auténtica de expresión y un medio para conectar con la cultura.

El informe anual de Hiscox Online Art Trade Report revela que casi el 80% de los jóvenes coleccionistas de arte utilizan Instagram para descubrir nuevas obras y artistas emergentes. Sin embargo, su exploración no se limita a esta plataforma, sino que abarca todo el ecosistema digital, desde ArtNet hasta galerías y ferias de arte en línea disponibles las 24 horas del día. Este cambio en la forma de acceder al arte es una de las principales transformaciones impulsadas por lxs millennials en el mercado: La evolución del comercio de arte tradicional.

Ante esta transformación, surge la pregunta: ¿qué tipo de obras adquieren con mayor frecuencia? La respuesta más inmediata podría ser las ediciones limitadas o prints. El atractivo de los prints radica en su accesibilidad: precio asequible, facilidad de envío y disponibilidad por tiempo limitado, lo que los convierte en piezas ideales para lxs jóvenes compradores de arte. Sin embargo, aunque esta suposición es acertada, los datos revelan un panorama más amplio. Según Hiscox, lxs millennials adquieren prints y pinturas con la misma frecuencia (78%), seguidas de fotografías (57%), dibujos (51%) y esculturas (42%).

A pesar de la fuerte presencia digital en el proceso de compra, esta generación también valora la experiencia en el mundo físico. Más allá de los escenarios llamativos, buscan la oportunidad de ver en persona aquellas obras que les impactan y, cuando es posible, establecer un diálogo directo con lxs artistas. Si bien las redes sociales permiten recopilar y consolidar información sobre diversas obras, la conexión humana sigue siendo esencial. Cuanto más puedan sumergirse en el universo artístico, mayor será su sentido de pertenencia.

No obstante, aunque el interés por el arte es significativo, la mayoría de lxs millennials y centennials aún no forman parte de la “clase alta” del mercado. A diferencia de generaciones anteriores, este grupo ha alcanzado un alto nivel educativo, pero sus ingresos apenas están llegando a un punto de estabilidad financiera.

Para la mayoría, la compra de arte no responde a la lógica de inversión tradicional, sino a un deseo de enriquecer su vida personal. Coleccionar arte requiere una combinación de ingenio, recursos y sensibilidad estética. Su mentalidad prioriza la conveniencia: asistir a una subasta desde un dispositivo móvil y adquirir obras que reflejen su identidad, intereses y valores éticos. Esta tendencia también se ha reflejado en lxs propios artistas, quienes, independientemente de su generación, han desarrollado su carrera en una era influenciada por el pensamiento millennial, abordando temáticas político-sociales que resuenan con estxs nuevxs coleccionistas.

El mercado del arte enfrenta el reto de adaptarse a estos cambios. Si no lo hace, surgirán nuevas plataformas que respondan a la necesidad de elevar a lxs íconos contemporáneos y facilitar el acceso a colecciones más representativas de la época. No obstante, si esta generación busca asegurarse piezas clave del arte actual, deberá ser aún más ambiciosa en sus adquisiciones.

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Nota originalmente publicada en julio del 2020 por Fernanda Carrillo.


Fecha de Publicación:
Miércoles 26/02 2025