10% DE LOS EMPLEOS DEL FUTURO INMEDIATO SERÁN EN SECTORES CREATIVOS. Y EN MUCHOS CASOS, NO REQUERIRÁN UNA OFICINA TRADICIONAL NI JEFATURAS VERTICALES

Durante años, la creatividad fue vista como un lujo, una expresión del alma que orbitaba fuera del sistema económico “serio”. Hoy, ese paradigma ha cambiado radicalmente. Las industrias creativas, también conocidas como economía naranja, son uno de los sectores con mayor crecimiento global. Según la UNESCO, este ecosistema generó más de 48 millones de empleos en 2022, el 50% de ellos ocupados por jóvenes.

La creatividad ya no solo decora el mundo: lo impulsa.

¿Qué son exactamente las industrias creativas?

Se trata de actividades económicas que nacen del talento individual, la innovación y la propiedad intelectual. Son industrias donde las ideas se convierten en productos, servicios o experiencias con valor comercial. En otras palabras: donde crear también es producir.

Algunos ejemplos clave: Música, cine y audiovisual, editoriales y medios, videojuegos, diseño gráfico, industrial y de moda,artes visuales y escénicas, publicidad, gastronomía, arquitectura, etc.

México: un semillero creativo subestimado

En México, las industrias creativas representan 7.4% del PIB nacional, de acuerdo con cifras del INEGI. Esto coloca al país como uno de los principales exportadores de cultura en América Latina, incluso por encima de sectores como la agricultura o la minería.

La CDMX, Guadalajara y Monterrey son hubs de talento. Pero también están creciendo polos creativos en lugares como Oaxaca, Mérida, Tijuana o Querétaro, donde se mezclan tradición, tecnología y visión comunitaria.

Sin embargo, el potencial sigue infrautilizado. La falta de políticas públicas consistentes, la precariedad laboral del sector y la informalidad hacen que miles de talentos vivan al borde del agotamiento o el anonimato digital.

Creatividad = empleabilidad del siglo XXI

¿El dato que debería estar en todos los titulares? Según el Banco Interamericano de Desarrollo, el 10% de los empleos del futuro inmediato serán en sectores creativos. Y en muchos casos, no requerirán una oficina tradicional ni jefaturas verticales.

Las nuevas generaciones están rechazando los esquemas rígidos para crear sus propios caminos a través del arte, el contenido, los festivales, el branding con causa, la gastronomía sensorial o el periodismo independiente.

La creatividad no es un “extra” para embellecer las cosas. Es una herramienta concreta para generar ingresos, construir identidad y proponer nuevas formas de vivir.

Lo que no se mide, no crece

La falta de datos sólidos es otro gran reto. En muchos países —incluido México— no existe una medición unificada ni constante del impacto de las industrias creativas. Esto dificulta el diseño de políticas públicas, el acceso a financiamiento y la formalización del trabajo creativo.

Lo que urge:

  • Plataformas que visibilicen el valor económico de la cultura.
  • Fondos públicos que no criminalicen la informalidad.
  • Espacios seguros de formación, colaboración y autocuidado.
  • Medición constante de impacto económico, social y ambiental.

¿Por qué deberías compartir esta nota?

Porque si no hablamos de esto, las industrias creativas seguirán viéndose como “hobbie remunerado” o como “el plan B” de quien no eligió ingeniería o medicina.

Porque la próxima gran revolución no será industrial ni digital: será emocional, simbólica, comunitaria y creativa. Y tú ya formas parte de ella.



Fecha de Publicación:
Jueves 19/06 2025