EL TELAR COMO UNA DE LAS HERRAMIENTAS TECNOLÓGICAS MÁS IMPORTANTES PARA LA PRODUCCIÓN TEXTIL ARTESANAL.

La palabra y el uso de la tecnología está presente en nuestra vida diaria, aunque no la tengamos tan asociada con la producción textil artesanal. A la tecnología la encontramos en todo, y la familiaridad con que la reproducimos es casi mecánica.

La tecnología de la producción textil artesanal

Una de las definiciones más estandarizada sobre la tecnología es la siguiente: Proveniente del término griego τέχνη (“téchnē”) quiere decir arte, oficio o destreza; la tecnología es en sí el proceso que transforma y genera “algo”. Podemos aproximarnos de manera didáctica e intuitiva o hacerlo con una construcción formal desde la ciencia. Es por esta razón que a la tecnología no podemos reducirla solamente a soluciones modernas; ya que ha estado con nosotros desde las primeras organizaciones sociales y como un elemento recreativo individual y comunitario.

Ejercicios como el desarrollo de la lítica, el manejo de maderas y huesos (como se cree que nació la aguja, por ejemplo); el uso de pieles y el descubrimiento de fibras que inicialmente se utilizaron en la cestería y redes de pesca; o la transformación de la tierra en cerámica, fueron tecnologías aplicadas que reconfiguraron las dinámicas y permitieron una mejora en la protección de alimentos, agua, etc.

Los tintes naturales, por ejemplo, no solo sirvieron como adorno en piezas de cerámica, murales, o en el teñido de algunas fibras, también ocuparon un lugar importante en el registro de la cosmovisión, los avances tecnológicos y sus mejoras. 

El telar como herramienta

No pretendo hacer un recorrido formal y ampliado sobre los avances tecnológicos que se han registrado a lo largo de los años, pero sí una especie de acercamiento y reflexión sobre el uso de uno de los elementos más distintivos de los procesos textiles artesanales y tecnología de tejido: el telar.

El telar de cintura se amarra al extremo de un árbol y el otro extremo se sostiene en la cintura con un mecapal. Tiene varios componentes: una serie de varas de madera empleadas para lograr el ancho de la tela y para tramar los hilos. Las varas de lizo sirven para levantar los hilos pares y crear un “calado” o espacio entre ambos juegos de hilos al que se inserta la trama. Para el regreso del hilo se usa la vara de paso, cuya función es subir los hilos impares. Además, con un aditamento llamado “machete” o tzotzopaztli se aprietan los hilos. (1)

El telar de cintura es un ejemplo claro de la aplicación tecnológica; si bien es un proceso mecanizado, no pierde su trabajo, valía artesanal y cultural en las piezas textiles que se realizan. Es una máquina de escritura que durante mucho tiempo ha sido muestra de resistencia y salvaguarda, un espacio en donde se tejen cosmovisiones y emociones. De los telares salen lienzos rectangulares que van uniéndose según la necesidad.

El telar de cintura tiene variante según las piezas que se vayan elaborar: cintas, fajas, morrales, quechquémitl, huipiles, enredos, zapupe, rebozos, servilletas, sarapes, gabanes, cotones, etc. (2)

La estructura con la que funciona es sencilla, pero alcanza grados de complejidad magistrales según las combinaciones de color, los hilos, el entrelazamiento, las texturas, las técnicas de tejido, los brocados, o las tramas envolventes. Algunas prendas están tejidas en tela doble y unas más tienen magníficos tejidos de gasa. El uso de la tecnología del telar de cintura, no se reduce al ejercicio mismo del tejido, si no que involucra diferentes niveles de destreza, agilidad, concentración, espiritualidad y un arduo trabajo de preparación para la montura del telar. 

Procesos textiles artesanales

Los procesos comienzan desde la cosecha de materia prima si se usan fibras blandas como el algodón o fibras de origen animal como la lana. También se usan fibras vegetales o extraídas de tallos y en muchos casos, la utilización de hilos industriales –que requieren sus propios procedimientos–.

Las materias primas recolectadas atraviesan por pasos diferentes según sea el tipo, aunque generalmente son lavadas y todas hiladas. Es decir, pasan por otro proceso técnico que requiere diferentes herramientas para ejecutarlo; algunas veces se usa la jícara, el huso y el malacate cuya función es girar en sí mismo.

Esto brinda movilidad a las fibras para recubrir el huso y puedan formar bollos que serán llevados al urdido. Esta especie de medición consiste en estacas enterradas en el piso o sobre un soporte fijo en el que se entrelaza el hilo para definir el largo, el patrón del diseño y los colores que definirán cada pieza textil. Una vez hecho, los hilos serán pasado a la urdimbre del telar.

Generalmente todas las mujeres tienen su propio telar de cintura. Incluso existen algunos telares pequeños de aprendizaje utilizados por niñas para hacer sus primeros tejidos y aproximarse a la técnica del telar. Además del telar de cintura en los procesos textiles artesanales, encontramos otras técnicas como el telar de pedal, vertical o el bordado, teñido o deshilado. Todas con una complejidad y maestría únicas.

El bordado es también una de las técnicas artesanales que ha experimentado cambios en los materiales y con el uso de nuevas tecnologías como la máquina de coser y las maquinas bordadoras. Dos de los lugares que más utilizan las máquinas bordadoras son Zinacantán, Chiapas o en Itsmo de Tehuantepec. Cada una con una historia diferente de introducción y uso. 

El telar frente a las producciones industriales textiles

Por otro lado, la introducción de materiales sintéticos como los hilos, listones, encajes y telas han transformado la indumentaria y provee a la cadena de producción, tecnologías en cada uno de los insumos que son utilizados. Esta mezcla de técnicas e insumos se mezcla para la producción textil artesanal contemporánea.

Actualmente el abuso de los elementos culturales de los pueblos originarios y la sobreproducción en algunos de los casos, han llevado a otros temas que tocan de manera directa la apropiación indebida. Se trata de las producciones industriales de los textiles, que utilizan maquinas industriales para su elaboración. La mayoría de veces estas prácticas se utilizan por personas externas a las comunidades; pero en algunos casos, son las mismas comunidades que utilizan estos procedimientos tecnológicos para la reducción de costos, tiempos y desgaste físico. 

Repensar nuestros modelos de consumo y los modelos en las cadenas de valor que se gestan sobre los procesos artesanales es de suma importancia para la valorización y salvaguarda de técnicas, materiales, procesos y acabados de cada pieza textil que forma la identidad de la indumentaria.

Y con esto no queremos decir que el uso de nuevas tecnologías debería de estar limitado, pues la tecnología, sus avances y usos debe de ser igualitario, pero sí podemos cuestionarnos las prácticas a las que apostamos y sostenemos. 

(1)(2) “Telar de cintura”, Arqueología Mexicana, edición especial núm. 55, pp. 80-81. 


  • TEXTO E IMÁGENES: Helena Rojas

     

  • PORTADA: Cortesía

Fecha de Publicación:
Miércoles 13/07 2022