

CONTAR CON UN SISTEMA FORMAL DE MONITOREO Y EVALUACIÓN PERMITE TRANSMITIR LOGROS A GOBIERNOS, FINANCIADORES, ORGANISMOS DE INVESTIGACIÓN Y PÚBLICO EN GENERAL, DE MANERA QUE LA INFORMACIÓN SEA CLARA, TRANSPARENTE Y VERIFICABLE
La retroalimentación y el diseño social van de la mano; uno no puede existir sin el otro. En esta breve reflexión sobre el rol del monitoreo y la evaluación —procesos formalizados para obtener y utilizar retroalimentación en el diseño social— se explora la experiencia de Isla Urbana al integrar y formalizar estos mecanismos, usándolos en sus proyectos para alcanzar sus objetivos y mantener un enfoque de diseño regenerativo y frugal. Además, se enumeran una serie de aprendizajes obtenidos a lo largo de 15 años de experiencia, que creemos podrían ser de utilidad para organizaciones o individuos que incursionan, o desean incursionar, en el desarrollo social.
Monitoreo y evaluación dentro de Isla Urbana
En el desarrollo del diseño, conforme se van alcanzando metas y objetivos cada vez más grandes, la importancia de poder contestar si lo que se está diseñando está contribuyendo con su cumplimiento, se vuelve cada vez más relevante. A su vez, la dificultad para responder esta pregunta aumenta, ya que se va transformando, ampliando y complejizando conforme se va teniendo éxito (o no).

En los primeros años de Isla Urbana, los procedimientos de obtención de retroalimentación se llevaban a cabo de manera orgánica e informal, permitiendo una comunicación directa con todas las familias usuarias. Sin embargo, este enfoque dejó de ser suficiente y, en consecuencia, fue necesario transformarlo e integrarlo en un proceso más estructurado y planificado. Durante este proceso, nos hemos enfocado en obtener retroalimentación que nos permita confirmar que lo que hemos diseñado e implementado funciona, y funciona bien. Además, contar con un sistema formal de monitoreo y evaluación nos permite comunicar nuestros logros a gobiernos, financiadores, organismos de investigación y al público en general, de manera clara, transparente y verificable.

El monitoreo permite obtener información de retroalimentación, mientras que la evaluación la procesa e integra en el diseño para mejorarlo. Un ejemplo es el primer separador de primeras lluvias utilizado por Isla Urbana, que fue posteriormente reemplazado por una versión actualizada y mejorada gracias a la retroalimentación obtenida de su uso.
Lograr impulsar estos mecanismos más formales de monitoreo y evaluación ha sido un proceso complicado y complejo, ya que en los primeros años los financiadores rara vez estaban interesados en cubrir los gastos que se generan de las fases de seguimiento post instalación. En esos primeros años, la misma Isla Urbana tuvo que absorber el costo y esfuerzo de cubrir estas actividades de medición, alentando un enfoque frugal, hacer mucho con poco y aprovechando las herramientas a nuestra disposición.
¿Qué ha cambiado?
Afortunadamente, con el pasar de los años, la importancia que los financiadores le han dado al tema de monitoreo y evaluación ha ido en aumento. En realidad, de manera general, la noción que se tiene en el mundo del desarrollo social ante la integración del monitoreo y evaluación desde la planeación de los proyectos ha ido aumentando. Poco a poco las organizaciones y gobiernos en todo el mundo se han dado cuenta de la utilidad del monitoreo de los proyectos de desarrollo, ya que además de la obtención de retroalimentación, contribuyen a la toma de decisiones de manera informada y además pueden contribuir a potenciar los impactos producidos en las comunidades, haciendo más eficiente el uso de recursos.
Partiendo desde el entendimiento compartido de que para poder establecer una política pública o conseguir fondos para implementar un programa de sistemas de captación de agua de lluvia (scall) , – en viviendas y espacios comunitarios como escuelas -, se debe de tener la certeza de que los beneficios que podría traer consigo un programa social de esta naturaleza (abasto de agua, resiliencia hídrica, adaptación a cambio climático, reducción de emisión de gases de efecto invernadero, etc.) compensan
de manera relevante los costos que implicaría su implementación. Esto solo se vuelve posible al poderlo probar con datos.
Es gracias al entendimiento profundo de nuestros programas y sus efectos en la sociedad y el medio ambiente obtenido mediante el monitoreo y evaluación, que hoy en día podemos asegurar que el acompañamiento social en un programa de instalación de scall, es la diferencia entre un programa que “regala tinacos” con alto nivel de abandono, a uno con altos índices de adopción, donde los sistemas son aprovechados por las personas usuarias para captar lluvia.
Aprendizajes y reflexiones
Para una organización o proyecto que apenas comienza, no es prioritario tener procesos sistematizados y complejos de monitoreo, pero sí es importante que la retroalimentación continua esté incluida en el diseño e implementación. Dicho esto, el ir pensando desde el inicio en integrar el monitoreo y evaluación en la mejora de los proyectos ayudará a ahorrar varios dolores de cabeza.

agua de lluvia se ha captado con el sistema de manera remota
A continuación, enlistamos algunos aprendizajes que consideramos podrían ser útiles para individuos u organizaciones que quisieran o están involucradas en el desarrollo social como una forma de sacarle el máximo provecho a los recursos que tienen disponibles:
- Inclusión de los usuarios objetivo desde la concepción del proyecto, su retroalimentación es de las más importantes, ya que permite obtener retroalimentación honesta y enfocada a la mejora.
- Para poder probar los efectos positivos con datos de un proyecto, es necesario establecer un punto de referencia que permita comparar un antes y un después de que entró en efecto tu proyecto (línea base e indicadores).
- El seguimiento debe de ser planeado de acuerdo a los recursos y herramientas disponibles. Muchas de estas herramientas son de uso libre y se encuentran al alcance de todas las personas con conexión a internet (ej. uso de kobo collec para el levantamiento de datos en campo).
- La incorporación de nuevas tecnologías como sensores remotos o la automatización, pueden contribuir a mejorar la calidad de la información obtenida ahorrando mucho tiempo y recursos.
- Colaboración con aliados clave – muchas de las preguntas que queremos responder sobre los efectos de los scall requieren de mucho tiempo, conocimientos y esfuerzo -. Apoyarse en las universidades y centros de investigación es una gran forma de obtener respuestas a esas preguntas más complejas.
Sobre este último punto, muchas de las evidencias que utilizamos para probar los efectos de nuestros sistemas, vienen de la academia; muchas personas y organizaciones han dedicado un tiempo importante a investigar los efectos de los scall (ej. ScienceDirect) , así que no tenemos que hacerlo solos.
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Texto: Martín Liedo Arenas, Director de Manejo de Datos y Evaluación de Proyectos
Fotos: Cortesía
Fecha de Publicación:
Miércoles 9/10 2024
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