ISLA URBANA, UNA VISIÓN CON DISEÑO DE NARRATIVAS PARA EL CAMBIO SOCIAL Y AMBIENTAL
Colocar en la agenda pública a la captación de agua de lluvia como una alternativa ante la escasez hídrica, requirió de narrativas que transformaran el paradigma y mostraran la captación pluvial como una posibilidad realizable con un impacto directo en el acceso al agua abundante y de calidad… “a veces la solución si cae del cielo”
Isla Urbana como concepto
¿Qué es una Isla Urbana? Esta pregunta es común entre los reporteros que, se acercan a este proyecto
para intentar entender cómo funciona la ecotecnología de captación pluvial.
El nombre de Isla Urbana fue concebido como una propuesta de visión para el futuro el cual planteaba la posibilidad de transformar las viviendas en la Ciudad de México en pequeñas “islas de
sostenibilidad”, una mega urbe donde, bajo un enfoque utópico, cada hogar pueda cubrir sus
necesidades básicas con un mínimo de recursos externos y generar la menor cantidad de desechos
posibles.
Bajo esta visión, el proyecto enfocó sus esfuerzos inicialmente en la problemática más urgente: el
desabasto de agua en cientos de miles de viviendas. Esta necesidad se identificó mediante un
acercamiento directo, casa por casa, en zonas peri urbanas de alto y medio nivel de marginación
socioeconómica, donde se dio prioridad a entender cuáles eran las carencias y necesidades más
apremiantes en cuanto a servicios básicos.
Así, la primera misión fue convertir esta idea en una realidad: diseñar un sistema que permitiera
aprovechar el agua de lluvia en la Ciudad de México para abastecer todas las necesidades de una
vivienda común. Pero esta propuesta ha despertado la misma pregunta durante mucho tiempo: ¿por qué
nadie lo había hecho antes en nuestra ciudad? Y las respuestas eran variadas: “porque no se puede”,
“porque la lluvia está sucia”, “¡porque nunca se ha hecho!”, o la muy popular “por la lluvia ácida…”.
Estas afirmaciones reflejaban un paradigma incrustado en la mente de la sociedad, incluidas muchas
autoridades académicas y funcionarios de gobiernos dedicados a, precisamente, solucionar el desabasto de agua, una muestra muy clara del cambio fundamental que se necesitaba en la forma de pensar y actuar frente a la crisis hídrica.
Entonces surge una pregunta aún más profunda: ¿cómo se cambia un paradigma? Cambiarlo implica
transformar el conjunto de creencias, valores y prácticas que definen nuestra comprensión del mundo.
Isla Urbana temprano comprendió que, para lograr un cambio radical, no basta con crear un sistema de
captación y potabilización de lluvia técnicamente efectivo; era necesario construir una narrativa que
cuestionara lo establecido, propusiera una alternativa, y demostrara que todas y todos podíamos ser
parte del cambio. “Si cambias tu mente, cambias tu mundo”
La propuesta narrativa de Isla Urbana
Así nació #CaptaLaLluvia, el mantra que ha servido de rúbrica a la propuesta narrativa de Isla Urbana
durante diez años. En la actualidad, un planteamiento narrativo debe ser capaz de sintetizarse en un
hashtag para insertarse en espacios donde pueda ser visto y recordado. “Capta la lluvia” es una
invitación a aprovechar el agua que nos cae del cielo, pero con un tono firme y determinante,
especialmente en un contexto como el de México, donde “captar” tiene connotaciones más fuertes.
Desde esta perspectiva, se busca hablar con franqueza y ser directos, sin condescendencia, para
impulsar a las personas a participar en un cambio real, atractivo y de impacto tangible.
En temas de sostenibilidad, las narrativas positivas no solo deben comunicar los beneficios de un
proyecto o sus acciones, sino que también crear una visión compartida, una aspiración que puede ser
adoptada por la sociedad en su conjunto. Al hablar de captación de lluvia, una narrativa optimista
transforma una solución técnica en un movimiento ciudadano. Informar, por ejemplo, que el agua de
lluvia puede ser una fuente de agua potable de alta calidad, algo que muchos desconocen, abre la puerta a nuevas formas de entender el acceso al agua, no solo como un derecho abstracto, sino como una posibilidad real y tan simple como “De la nube a tu vaso”.
Es importante que las narrativas, además de ser positivas, también sean propositivas y creativas. Isla
Urbana lo ha hecho con esa intención, proponiendo celebrar y agradecer la lluvia que cae sobre la
ciudad y el campo. Ha pintado muros grises con colores y motivos que representan el sentir y el
recuerdo de la comunidad, integrando elementos culturales que reflejan la identidad local y su contexto
actual. Hablado en cientos de foros, medios, y todo espacio que lo permita. Actuando siempre desde el
compromiso y el gozo.
Las narrativas como herramienta de influencia en políticas públicas y el sector privado
Uno de los momentos clave en cualquier cambio social ocurre cuando una propuesta trasciende el
ámbito de la sociedad civil y se convierte en política pública. Las narrativas bien construidas no solo
sensibilizan a la población, sino que también generan presión para que los gobiernos adopten medidas
concretas. En el caso de la captación de agua de lluvia, una socio-tecnología demostrada y una
narrativa convincente, han logrado influir en decisiones de gobiernos de los distintos niveles. Las
autoridades han visto en esta práctica parte de la solución a los problemas de suministro de agua, lo que
ha llevado a la implementación de políticas de apoyo e incentivos para su adopción masiva.
No obstante, la influencia no se limita al ámbito gubernamental. Las empresas también juegan un papel
crucial en el desarrollo de soluciones sostenibles. Un proyecto sólido como el de Isla Urbana ha
motivado a grandes compañías a participar en proyectos de captación de agua, ya sea a través de la
adopción de esta tecnología en sus propias instalaciones o mediante la colaboración con gobiernos y
organizaciones no gubernamentales. Además, las empresas tienen la capacidad de amplificar el
mensaje y ayudar a que la captación de agua de lluvia se convierta en un estándar ampliamente
aceptado y adoptado en todos los niveles.
En el caso de Isla Urbana, la construcción de un discurso coherente y atractivo ha permitido que actores
influyentes adopten, modifiquen y repliquen los mensajes de la iniciativa, incluso trascendiéndola, lo
cual no debe percibirse como una pérdida de ningún tipo, sino como una muestra de su efectividad.
Abastecerse de agua de lluvia, sin importar quién haya financiado el sistema, genera un impacto
positivo en el entorno social y ambiental, y contribuye a una cultura de sostenibilidad de la que todas y
todos nos beneficiamos. “Siembra conciencia, cosecha la lluvia”
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Texto: Isla Urbana
Fotos: Cortesía
Fecha de Publicación:
Martes 19/11 2024
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