Estudio MERO y su “Habitación del agua”

La Habitación del Agua es la propuesta que Estudio Mero realizó dentro del marco de Design Week México para la Design House 2024, la cual busca responder a la pregunta ¿Cómo diseñaremos el futuro? Mediante un invitación a re-conectar con el agua de lluvia, haciendo tangible su ciclo y permitiendo una experiencia que celebre este recurso tanto en lo colectivo como en lo íntimo.

El estudio de diseño, ubicado en CDMX, entiende que el agua es un recurso que define la vida en la ciudad, la urbe que enfrenta, paradójicamente, temporadas de intensas lluvias y problemas crónicos de suministro. La propuesta integra la gestión sostenible del agua como un eje central en la casa de la última edición de Design House.

Conviviendo con la lluvia

El programa arquitectónico convencional de una casa-habitación no contempla un espacio donde las personas puedan relacionarse directamente con el agua de lluvia, un lugar donde verla, sentirla y reconocerla. Estudio Mero plantea cambiar este paradigma, creando un espacio en el que el agua, además de ser un recurso funcional, se convierte en una presencia visible y sentida. 

El diseño en “La habitación del agua”

El diseño de la también llamada Aqua Locus se inspira en antiguas termas romanas, donde el acto de bañarse era un ritual colectivo, un evento social que conectaba a las personas con el agua y entre sí. Su propuesta creativa pone al agua como protagonista de un recorrido sensorial que comienza con su recolección desde la lluvia, equivalente a más de 30,000 litros en 45 días. A través de sistemas de purificación y sedimentación, el agua pluvial se muestra en su estado más puro, invitando a los visitantes a contemplarla y a reflexionar sobre su ciclo natural.

El espacio y composición

La casa ofrecía un espacio íntimo donde el agua se convierte en un elemento de salud y bienestar, el SPA (Salus Per Aquam), cuya traducción del latín es “Salud a partir del agua”, donde el usuario puede experimentar duchas frías, de presión, un sauna y una tina de inmersión fría al aire libre, donde el acto de bañarse se transforma en un ritual. 

La tina, además, era un lienzo poético, donde el muralista Alexis Samano, intervino este espacio con un poema de su autoría, plasmando letras de formas acuosas dentro y fuera de la tina, con trazos sutiles y orgánicos, el poema fluye como el agua misma, invitándonos a la contemplación. Las palabras parecen emerger de la superficie y se funden con el entorno, recordándonos la conexión profunda entre el agua y la expresión humana.

El espacio arquitectónico se definió con muros curvos construidos con bloques de tierra compactada (BTC), elaborados con tierra recuperada de una obra en Valle de Bravo y agua de la subcuenca de Valle de Bravo – Amanalco, perteneciente a la cuenca del río Cutzamala, de donde se extrae el agua para el suministro de la zona poniente de la CDMX a través del sistema Cutzamala. Estos bloques evocan la conexión entre la tierra y el agua, representando el ciclo natural que regresa el agua al subsuelo.

El diseño de este espacio se pensó como un diálogo entre el agua y el habitante. Esta relación simbiótica fue el eje central de su proceso creativo, invitando a repensar la manera en que habitamos nuestros espacios y la relación que establecemos con el agua, haciéndonos más conscientes de su importancia en la vida cotidiana y su papel en la colectividad.