Fabiola Torres-Alzaga presenta “Las desinvitadas” en el MUAC

La artista Fabiola Torres-Alzaga llega al Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) con su más reciente obra, Las desinvitadas. Esta exposición propone una reflexión sobre las opacidades en la representación cinematográfica y cómo estas han moldeado el imaginario social. Desde una perspectiva queer y disidente, Torres-Alzaga invita a pensar en contranarrativas que permitan imaginar espacios más inclusivos. La muestra forma parte del programa del MUAC que busca destacar el trabajo de artistas en etapas clave de su carrera.

Hollywood y las reglas de lo visible

Entre las décadas de 1930 y 1960, Hollywood consolidó su influencia como industria cultural bajo estrictos códigos morales y políticos. El Código Hays fue un mecanismo de censura que restringió representaciones que cuestionaban la heteronormatividad, eliminando de la pantalla a identidades sexuales diversas y frenando discursos emancipatorios. Este marco normativo, sin embargo, generó narrativas que exploraban lo implícito y expandían los límites de lo visible. Así surgieron relatos donde lo no dicho o lo fuera de cuadro abría nuevas posibilidades para el espectador.

La propuesta de Las desinvitadas

Curada por Virginia Roy, la instalación estará en la Sala 3 del MUAC hasta el 23 de febrero de 2025. Inspirada en la estética del cine negro, Torres-Alzaga crea un espacio fantasmagórico que simula el interior de una casa. La obra combina escenografías diseñadas para el encuadre cinematográfico con dos dibujos y un video, evocando lugares inhabitables y figuras espectrales. Esta apuesta artística dialoga con elementos del cine gótico, donde el fantasma se presenta como una figura ambigua que desafía las convenciones visuales.

Referentes literarios y cinematográficos

Para construir Las desinvitadas, Torres-Alzaga investigó filmes inspirados en la literatura gótica de autoras como Daphné du Maurier, Shirley Jackson y Charlotte Perkins Gilman. En estas obras, los fantasmas encarnan tanto amenazas externas como proyecciones internas, generando tensiones entre los personajes y su entorno. A partir de estos referentes, la artista creó un video donde el espacio interior de una casa se convierte en un loop atemporal, limitado por el encuadre de la cámara.

La instalación combina esculturas, dibujos y video, estableciendo un diálogo entre narrativas espaciales. “Me interesa trabajar desde la ambigüedad y defender la opacidad como una forma de resistencia”, señala Torres-Alzaga, citando a Édouard Glissant. La obra busca replantear cómo las imágenes cerradas pueden abrirse a otras lecturas desde un presente más inclusivo y generoso.

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La entrada será libre, aunque con cupo limitado. La muestra permanecerá abierta hasta el 23 de febrero de 2025, invitando a reflexionar sobre las narrativas visuales y las posibilidades que surgen en los márgenes de la representación. ¿Qué te parece esta propuesta?