ESTE COLECTIVO HA TRABAJADO CON TÉCNICAS DE SERIGRAFÍA, ESTÉNCIL Y PINTURA, PROYECTANDO SU MENSAJE EN ESPACIOS PÚBLICOS Y PRIVADOS.
El Museo Universitario del Chopo lanza un nuevo espacio de intervención artística titulado Efímero/Permanente, destinado a revivir y dinamizar áreas transitables en el jardín del museo. Con esta propuesta, buscan generar un ambiente de encuentro y convivencia para visitantes y comunidad, enriquecido por una intervención anual comisionada a distintos artistas. La primera obra de este ciclo estuvo a cargo del colectivo oaxaqueño de arte urbano Lapiztola, quienes presentaron su mural El Camino. En esta pieza, los artistas retratan el tránsito migratorio de personas que buscan nuevas oportunidades, reflejando los desafíos de esta travesía hacia un futuro mejor.
La curadora del museo, Karol Wolley, describe la obra como un viaje que invita a la imaginación, pues los personajes apuntan hacia algo fuera de la composición, incentivando la curiosidad y el descubrimiento como escape a la rutina urbana.
Lapiztola: más que un colectivo, un compromiso social
Nacido en 2006 durante las movilizaciones sociales en Oaxaca, Lapiztola –nombre que fusiona “lápiz” y “pistola”– está integrado por los artistas Rosario Martínez, Roberto Vega y Yankel Balderas. Desde su origen, el colectivo ha trabajado con técnicas de serigrafía, esténcil y pintura, proyectando su mensaje en espacios públicos y privados. Su arte denuncia problemáticas sociales y lanza “balazos” de color que confrontan al espectador con temas como el secuestro de mujeres y niños, una causa recurrente en su trabajo.
Trayectoria internacional y causas colectivas
La obra de Lapiztola ha alcanzado reconocimiento internacional, con participaciones en eventos como la Bienal de La Habana en Cuba (El maíz es nuestra vida), la Universidad de Michigan (Por la sangre derramada), y el Mission Cultural Center en San Francisco (Más de 50,000), entre otros. En cada intervención, llevan consigo la esencia de la cultura mexicana, especialmente la de Oaxaca, combinando iconografía tradicional y modernidad para crear personajes que buscan despertar cuestionamientos éticos y sociopolíticos.
Un mural para desafiar y reflexionar
El Camino culmina con la imagen de una niña que protege una vela encendida, símbolo de esperanza y libertad, mientras un ave se cruza en su trayecto, representando el anhelo de alcanzar ese sueño esquivo. Esta obra de Lapiztola es más que un mural: es un llamado a desafiar la monotonía urbana y abrirse a la empatía y reflexión en torno a las experiencias migratorias.
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Texto: Redacción Coolhuntermx
Fotos: Cortesía
Fecha de Publicación:
Jueves 14/11 2024
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