SIX DE SILLAS: Reflexionar sobre un objeto cotidiano

SIX DE SILLAS fue una experiencia inmersiva en la que las personas se sumergieron en una narrativa de diseño donde la funcionalidad y la introspección se cruzaban.

Curada por David Eardley en colaboración con Rretiemble y Pink Essay, esta muestra que buscaba revelar cómo un objeto tan familiar como la silla podía transformarse en un retrato de los procesos y emociones de sus creadorxs.

Desde los primeros momentos, la exposición dejó claro que la silla, más allá de ser un objeto utilitario, se convierte en un espejo de nuestra cultura y esencia humana. Inspirado en las palabras del renombrado diseñador Gaetano Pesce, quien en 2021 habló sobre el diseño como una forma de capturar experiencias, Eardley enmarcó la exposición como un diálogo íntimo entre el creador y el observador. En este contexto, la silla representaba mucho más que una simple superficie para sentarse; era un testimonio de nuestros deseos, aspiraciones y reflexiones sobre el cuerpo y la memoria.

Lxs Artistas de SIX DE SILLAS

La muestra reunió seis propuestas de diferentes creadores, cada una con un trasfondo único y cargada de simbolismo.

Aranxa Delgado presentó Copilco, una pieza de madera de nogal y encino inspirada en el logotipo del metro Copilco de Ciudad de México. Con un trabajo detallado de marquetería, la silla evocaba una serpiente en el agua, uniendo elementos de la naturaleza con la vida urbana que inspira a esta diseñadora de interiores y mobiliario.

Por otro lado, Irán Dimas y Fabián Sajor exploraron la relación entre el cuerpo humano y los materiales industriales en Silla Perrfo. Esta colaboración resultó en una pieza construida con acero y fierro cromado, donde 5,500 argollas formaban una cota de malla que daba estructura y peso a la silla. Su diseño, según los creadores, abordaba la resistencia y adaptabilidad, simbolizando tanto fuerza como vulnerabilidad.

La crítica social estuvo presente en Silla Tortura de Joaquín Fierro. Con varillas recubiertas, Fierro expuso la incomodidad de las sillas que, diseñadas para ser visualmente atractivas, se vuelven insostenibles para el uso cotidiano. La pieza era un recordatorio de cómo el diseño moderno, a menudo influido por las tendencias visuales de redes sociales, puede volverse una metáfora de la superficialidad y la violencia económica.

Un diálogo con el futuro

Con La Silla Perpetua, Kevin Vásquez planteó una pregunta fascinante: ¿qué sucede cuando un objeto pierde su propósito?. Con una estructura de recinto volcánico y cera, Vásquez imaginó una silla de otro mundo, un monumento arcaico en el que el acto de sentarse se convertía en un ritual. Esta propuesta desafió a pensar en un futuro donde el descanso tal como lo conocemos es obsoleto, una reflexión entre la utopía y la distopía.

Parafarnelia apostó por la exploración estructural en Silla A45, una pieza elaborada con PTR de acero inoxidable, la cual destacaba por su angularidad y diseño en voladizo. Su construcción rotaba en un ángulo de 45 grados, creando un efecto visual que fusionaba peso y ligereza, brindando comodidad y una estética minimalista que desafiaba los límites de su propio material.

Finalmente, Valeria Montero presentó Agusto, una silla de madera de ciprés y acero que evocaba una conexión entre el cuerpo y la sensación de alivio físico. Inspirada en herramientas de masaje, esta pieza se apartaba de lo estático para generar un espacio de movimiento y bienestar.

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SIX DE SILLAS concluyó siendo una experiencia que iba más allá de una simple exhibición de objetos. La muestra ofreció una oportunidad para reflexionar sobre la función del diseño en la vida cotidiana, cuestionando la comodidad, el simbolismo y la utilidad de un objeto que, a través de cada silla, se mostraba tan simple como enigmático. David Eardley cerró la exposición con una invitación abierta a los asistentes: observar cada silla no solo como un artefacto, sino como un reflejo de las transformaciones personales y culturales que vivimos.

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