NACIDA EN GUADALAJARA EN EL AÑO DE 1957, DEMOSTRÓ DESDE NIÑA UNA FACILIDAD NATA PARA EL DIBUJO, QUE ABSORBÍA TODAS SUS HORAS, LLEVÁNDOLA DESPUÉS DE ALGÚN TIEMPO A ESTUDIAR ARTES PLÁSTICAS
Martha Pacheco fue una artista plástica tapatía, cuya obra y narrativa son de tal calidad que la volvieron una de las mujeres artistas más reconocidas de las últimas décadas.
Más que de su técnica (impecable, por cierto) me gustaría hablar de las emociones que retrataba en sus piezas. Con una trayectoria de más de 40 años, es imposible hablar a detalle de toda su producción, pero para aquellos que no conocen su obra, puede ser una gran oportunidad para acercarse y conocer una de las historias de comprensión más grandes jamás contadas.
Una carrera artística sólida
Nacida en Guadalajara en el año de 1957, demostró desde niña una facilidad nata para el dibujo, que absorbía todas sus horas, llevándola después de algún tiempo a estudiar artes plásticas en la Universidad de Guadalajara. Ahí conoció a un grupo de artistas, y juntos conformaron un colectivo revolucionario en el medio del arte local: el Taller de Investigación Visual (TIV) con Javier Campos Cabello, Miguel Ángel López, Salvador Rodríguez, Irma Naranjo, Jesús Rodríguez, y Gabriel Mendoza. Cambiaron a principios de los 80´s el arte tapatío para siempre.
Posterior al TIV, su carrera en solitario continuó con numerosos premios y menciones como el Encuentro Nacional de Arte Joven, la Bienal Nacional José Clemente Orozco, entre otros, así como decenas de exposiciones colectivas e individuales. Su obra llegó a colecciones muy importantes como la del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (MARCO), el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM y el Museo de Arte Moderno (MAM) en la CDMX, por mencionar solo algunas.
Sentimientos y fantasmas
Pero hablar de su trabajo va mucho más allá de sus logros y éxitos; para entender un poco del porqué logró impactar tanto es necesario ver en la obra sus sentimientos, sus miedos e incluso sus fantasmas. Esas emociones tan potentes que casi se pueden palpar en su pintura, que con solo una mirada se puede sentir la pérdida, la soledad y la melancolía, pero que están vistas a través de la mirada tan dulce y empática de Martha.
7 voces para una autopsia
Se trata de una serie de obras realizadas a partir de 1992, donde retrata los cuerpos de personas fallecidas sin identificar en la morgue. Sobre planchas, en medio de cirugías, con sus órganos al exterior y mostrando múltiples heridas, vemos los restos de estas personas que, desgraciadamente, por distintas circunstancias desconocidas, no fueron reclamadas por nadie. Son los otrxs, lxs olvidadxs, cuerpos dejados de lado cuyos rostros se perderán para siempre en la memoria de lxs trabajadorxs del SEMEFO. ¿Te imaginas no hacerle falta a alguien? ¿O que no supieran dónde estás? Preguntas tan actuales y aterradoras, más ahora que nunca. Sin embargo, Martha no permitió que fueran olvidadxs; esos rostros persistirán en el tiempo, en sus obras, catálogos y exposiciones, han pasado a la historia del arte para no permitir que sus voces sean completamente acalladas.
Exiliados del Imperio de la Razón
Con su siguiente gran serie, Exiliados del Imperio de la Razón, que inició en 1998, Martha nos muestra una faceta sumamente personal con el tema de las enfermedades mentales. Por medio de rostros con expresiones dolientes o apariencias agitadas vemos diferentes apariencias de los trastornos o padecimientos, con los que nos sentimos identificados y repelidos a la vez. Son lxs otrxs, lxs olvidadxs, lxs que la sociedad quiere ocultar, lxs que no sabe cómo tratar y decide excluir, hasta que puedan entrar en la normalidad o mantenerse aisladxs para no alterar el status quo. Martha nos obliga a voltear a ver, con suavidad en su pincelada, las caras de las personas que han sido marcadas, no por enfermedad, sino por un mundo que no puede o quiere incluirlos.
Ecos de la Calle
Y finalmente, con su serie Ecos de la Calle, ya en la década de los 2010, vemos representadas escenas de las avenidas y espacios públicos de Guadalajara, donde destacan personas que trabajan e incluso viven en las calles: limpiavidrixs, artistas callejerxs, o personajes conocidxs por frecuentar ciertas zonas, volviéndose iconos para la urbe tapatía. Son los otrxs, lxs olvidadxs, lxs invisibles, lxs que no queremos ver, lxs “ahorita no traigo,” lxs “a la vuelta.” Son aquellas personas que no siguen las reglas de la sociedad o, visto desde otra perspectiva, a los que la sociedad nunca quiso incluir. Con esta serie, Martha nos invita a reflexionar que, mientras nosotros usamos los bulevares para transitar en dirección a un sitio seguro, existen muchas personas que lo consideran su medio de vida y su hogar; de donde nosotrxs huimos, ellxs se refugian.
Los otros, los olvidados
Aquellxs a los que la sociedad nunca quiso incluir es lo que Martha logró mostrar en muchas de sus obras. Cabe aclarar que no es su única faceta, pero es la que más emoción me provoca. El pensar que existen tantas formas de ser relegadx, excluidx, expulsadx y finalmente borradx, no solo de la tierra sino de la memoria, nos provoca una opresión en el pecho y un ligero picor en la garganta al confrontarnos con estas imágenes que, tal vez, si no estuvieran en los museos y galerías, no hubiéramos visto.
Esas caras no serán olvidadas nunca, gracias al trabajo de Martha Pacheco, gracias a que ella alguna vez se sintió de esa manera. Porque todxs en algún momento de nuestras vidas nos hemos sentido así, donde no tenemos un lugar, donde pasamos por situaciones difíciles y no encontramos una salida, donde no tenemos un hombro para llorar, donde nosotrxs somos lxs otrxs.
Pero al igual que Martha lo hizo hasta el 01 de noviembre del 2021, seamos parte de lxs otrxs, porque si todxs fuéramos lxs otrxs no existiría el “ellxs y nosotrxs.”
Exposición en Galería Bruna
Galería Bruna actualmente presenta su exposición TIV (Taller de Investigación Visual), muestra que presenta la obra de Martha Pacheco y de los otros 6 miembros de uno de los colectivos más importantes de arte reciente jalisciense (Lerdo de Tejada #2418, Col. Lafayette, Guadalajara, Jalisco). El acceso es libre de 2:00 a 10:00 pm, de lunes a domingo.
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