“IMPULSAR UN PROYECTO CON TODAS LAS GANAS, PERO TAMBIÉN CON TODA LA INCERTIDUMBRE”. ASÍ DESCRIBE ANDREA ROMERO EL NACIMIENTO DE ESTE ESPACIO DEDICADO A LA GRÁFICA EN CDMX.

A muchos el arte nos ha acompañado en nuestros momentos más oscuros, se trata de un medio de canalización y comprensión de la persona misma. Antes y durante la pandemia surgieron muchos proyectos enfocados en las artes gráficas. Sin embargo, muy pocos lograron sobrevivir a los estragos de la emergencia. Gracias a la constancia y a la correcta administración, Casa Roga salió a flote y se consolidó como un espacio para aprender y crear.

Casa Roga es un lugar independiente que se especializa en diferentes técnicas de impresión. De igual manera se imparten talleres sobre los diferentes procedimientos. Está ubicado en Sultepec 8, Hipódromo, Cuauhtémoc, Ciudad de México.

La historia detrás de Casa Roga

Andrea Romero es la fundadora de este sitio. Cuando era pequeña comenzó a interesarse por este arte. No obstante, desde entonces ya percibía la deficiencia de espacios dedicados a la gráfica. Principalmente se sentía alejada de centros de enseñanza, pues en Metepec (Estado de México), sitio donde creció, no existían talleres que impartieran clases de pintura o grabado. Posteriormente, estudió artes visuales y vivió en Alemania, país en el que su aprendizaje se nutrió.

Andrea Romero, fundadora de Casa Roga.

En 2018 Andrea regresó a México y siguiendo sus viejas inquietudes decidió abrir Casa Roga en 2020. Su visión está enfocada en crear un espacio colaborativo en el que lxs artistas tengan la oportunidad de producir sus ideas, al mismo tiempo que reciben un acompañamiento técnico y artístico. Mediante un constante diálogo, pretende diferenciarse de otras imprentas. Romero asegura que cada proyecto que se ha trabajado en su taller es único, nunca ha participado en producciones iguales o parecidas. Aunado a esto, el equipo de Romero está integrado en su mayoría por mujeres.

Artistas de diversas disciplinas han visitado este taller para producir sus obras. Entre ellxs destacan Ana Barriga, Michelle Sitton, Miguel Ezquerro, Patricio Maldonado, Fabiana Comas, Tobias Molitor, Manuel Gilardi de Casa Gilardi, entre muchxs más. Gracias a su sello particular cada vez más artistas e instituciones se acercan a Casa Roga.

Un diálogo constante con las artes gráficas

Otro de los objetivos de Casa Roga es poder ofrecer diferentes procesos, tipos de tinta y costos, así como tener la posibilidad de manejar cualquier tipo de proyecto sin importar el tiraje o complejidad. Actualmente, se ofrecen técnicas de grabado, serigrafía, offset, técnicas aditivas y experimentales como la litografía en seco.

Las artes gráficas ofrecen muchas posibilidades. Por ello este proyecto busca ser un espacio de experimentación, en el cual se puedan cuestionar las fronteras entre las diferentes técnicas. En este punto se centra el diálogo que Casa Roga busca incentivar para encontrar el lenguaje adecuado según las necesidades de cada producción.

Por supuesto, este espacio no es exclusivo para artistas experimentados. Andrea y su equipo imparten diversos talleres para aquellos que desean adentrarse en este arte. Poseen cursos con una duración de 3 a 4 sesiones. Estos se enfocan en impartir una técnica para personas que no tienen conocimientos sobre el tema; la experiencia es desde cero. 

Casa Roga también ofrece talleres para niñxs en diversas escuelas y en el Museo Anahuacalli. En este formato lxs pequeñxs construyen un libro que se diseña, edita e imprime para que puedan ver el fruto de su creatividad en un formato profesional.

Después de la tempestad viene la calma

Como se mencionaba anteriormente, este proyecto abrió sus puertas en marzo del 2020, por lo que a dos semanas de instalarse, Casa Roga tuvo que alinearse a las indicaciones de las autoridades sanitarias y cerrar. Esto representa el primer reto que tuvieron que superar.

Financiar este periodo fue complicado, pues no tenían clientes. No obstante, sobrevivieron rentando las instalaciones como bodega. Posteriormente, con todas las precauciones necesarias los primeros cursos se impartieron.

Han sido dos años de mucha inversión, tanto de dinero como de trabajo, que al principio no fueron rentables. Pero poco a poco los clientes e instituciones han empezado a confiar en nosotras. Hemos tenido proyectos muy ambiciosos y el año pasado nos dimos cuenta que somos capaces de gestionar cualquier proyecto.

Andrea Romero, fundadora de Casa Roga.

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Colaboraciones con el Museo Anahuacalli, proyectos editoriales tan grandes que aún son confidenciales y trabajo en equipo con diversas imprentas, son parte del  camino que Casa Roga está trazando. En cuanto a su futuro, Andrea vislumbra un trabajo editorial más profundo con “Roga Ediciones”; además de consolidar con más fuerza los pilares del proyecto: Talleres, producción y editorial.


  • TEXTO: María Fernanda Carmona

  • FOTOS: Gisela Terrazas

Fecha de Publicación:
Miércoles 31/ 05 2023