Gato que pinta: Ilustración, identidad LGBTIQ+ y resistencia desde Puebla

Con 24 años, Gato que pinta es una artista visual autodidacta originaria de Tehuacán, Puebla. Su formación en el arte surgió de talleres, amistades, y la intuición, que la han llevado a crear desde dibujos a lápiz, ilustración digital y pintura, hasta murales colectivos.

Su arte refleja el entorno precarizado y violento, marcado por el machismo, donde creció y sus padres encontraron en el arte un espacio seguro. “Desde pequeña dibujaba anime, caricaturas…”, pero fue una película biográfica de Frida Kahlo la que lx llevó a dedicarse de lleno a las artes. Empezó con gestión cultural, luego con murales, después arte digital… y hoy sus creaciones son parte de una conversación más urgente.

Las inspiraciones de Gato que pinta

La obra de Gato se inspira en sus sentires, su infancia, adolescencia, la música, el cine y el anime. Pero, sobre todo, por su vivencia dentro de las comunidades LGBT+ en contextos como Puebla, donde la violencia aún es estructural.

“Por mucho tiempo, personas que no vivían estas identidades nos pintaban desde muchos sesgos. Es momento de que nos pintemos, nos demos voz, y nos plasmemos”

Su arte más allá de embellecer, busca visibilizar y cuestionar la idea del arte como algo inaccesible, y lo convierte en herramienta de representación.

Los retos de representar a la comunidad LGBTIQ+

Aunque cada mural representa un reto, son los proyectos comunitarios los que más le confrontan a nivel personal.

“Trabajar en espacios donde no se cómo va a movilizar mi presencia el contexto me da ansiedad ”

En dos, de muchos, de los murales en los que ha participado, el temor al acoso o la discriminación estuvo presente. Pero también estuvo el deseo de dejar que el arte abra paso a nuevas formas de diálogo: “Cada experiencia me ha hecho más abierta”.

Pero ¿qué pasa cuando llega el temido bloqueo creativo? “Muchxs creen que una idea tiene que nacer de cero. Pero no es así”. Romper el bloqueo creativo implica volver a los referentes: otrxs artistxs, la música, la moda, el cine. Inspirarte no es copiar, es dialogar con lo que te mueve.

La salud mental en la escena creativa

Muchas personas artistas atraviesan momentos donde crear deja de ser disfrute y se convierte en tarea mecánica.

“Cuando lo que te gusta también es tu trabajo, es difícil que funcione como liberación”

Por eso, para Gato, los descansos tanto físicos como mentales son esenciales: salir con amigxs, ver películas, desconectarse. Se trata de evitar la dependencia emocional hacia el arte como única vía de sanación.

“Se romantiza mucho que las artes son un escape, pero hay una falta real de oportunidades laborales que hace todo más complejo”

Inteligencia artificial en el arte

Gato no se opone al uso de IA en general, pero sí cuestiona su uso en el mundo creativo. “Los algoritmos se alimentan de lo que ya hicimos lxs artistas. Y luego las empresas lo comercilizan”, señala.

Para ellx, las imágenes generadas por IA carecen de alma, y muchas veces precarizan aún más el trabajo de ilustradorxs. “Es poco ético y ambientalmente dañino”. Aunque reconoce su utilidad en ciertos sectores, cree que en el arte visual, la IA representa una amenaza más que una oportunidad.

La moda como creatividad

La moda es otro de los lenguajes con los que Gato se expresa. Está comenzando a explorarlo de forma más intencional, pero ya tiene símbolos claros: las uñas largas y la estética chola y chicana.

Entre sus referentes estéticos están artistas queer y chicanxs como Rafael Esparza, Sbeco, Skin Snake Jacket, Kali Uchis, Karlok G, así como amigxs y creativxs.

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Sin duda un perfil que desborda creatividad ¿Ya la conocías? ¡Cuéntanos!