UTOPÍAS ANTIPATRIARCALES: HACÍA UNA PRÁCTICA DEL DISEÑO AFECTIVA.

Sobre utopías antipatriarcales ¿es posible?

Este texto nace de varios momentos: primero, de la invitación de Adriana Palencia de Sapiens, una amiga y diseñadora guatemalteca, que hace más de un año me invitó a co-crear un espacio para mujeres y disidencias dentro de los Pentadecágonos que hacemos en Materia Oscura, un colectivo de diseños del Sur. 

Los Pentadecágonos son algo parecido a un círculo de lectura de diseño pero reconociendo nuestros ángulos y abrazando lo que sentimos. A partir de esta invitación de Adriana, surgieron dos Pentadecágonos; una ponencia en el ICDHS 13 diseños otros: practices and peripheries, en Colombia; un artículo académico; y, lo más importante muchos abrazos presenciales con Adriana. 

Para el patriarcado hay dos cosas imposibles: crear amistades mientras se “trabaja”, incluyendo en el diseño, y tener amistades con mujeres. Quiero hablarles de esto porque Adriana y yo hemos hecho ambas cosas. Mientras construimos un espacio que lleva el nombre de este artículo. Mientras pensamos, escribimos, conversamos y creamos juntas, construimos un nido de creación que es en sí mismo es una utopía antipatriarcal. 

Lo que nos contaron que era posible: el patriarcado

Histórica y socialmente las mujeres hemos sido denominadas constantemente como enemigas. Para mi fue común durante muchos años entablar mejores relaciones con hombres que con mujeres. Esta historia la he escuchado constantemente, una y otra vez, se repite incluso en mi sobrina de 16 años. La razón es porque entre más alejadas estamos las unas de las otras, el patriarcado -como el monstruo sanguinario que es- se hace más fuerte. 

También en la historia del diseño podemos ver cómo ha sido invisibilizado no solo el trabajo de las mujeres y las disidencias, sino también, la historia de mujeres que unidas y en juntanza han creado. ¿Cuántos movimientos artistíticos, arquitectónicos o de diseño recordamos en donde las mujeres hayan sido las creadoras? 

Por otro lado el patriarcado, como hermano mayor del sistema capitalista y colonial en el que estamos insertas, nos dice una y otra vez que “aquí no vinimos a hacer amigos, vinimos a trabajar”. O como digo yo: acá no vinimos a hacer amigos, vinimos a diseñar. Es constante el hilo del ego que se acompaña con la envidia y la competencia en las áreas de creación. Es incómodo e incoherente que en un movimiento que se sostiene en realidad de afectos, querencias y emociones, como es la creación, lo sigamos haciendo desde la individualidad. 

¿Hasta cuándo los creadorxs vamos a seguir pensando que lo podemos hacer solxs? ¿Cuándo vamos a seguir alimentando la individualidad? ¿hasta cuándo vamos a pensar en sí mismxs como propiedad privada? ¿ustudes no están hartos de estar solxs? Porque yo sí. 

La utopía: construir en juntanza 

Quisiera darles la receta para hacerlo. Pero no lo hay, así como las recetas metodológicas no sirven para diseñar (perdón Bruno Munari, sí, hablo de ti, Bruno. Tu “receta” de diseño es inútil). Les comparto algunos aprendizajes que he ido acuerpando a través de la relación con Adriana y cómo esto nos ha llevado a sentipensar y a construir, desde nuestras realidades, utopías antipatriarcales: 

  1. Respetarnos ante todo. Es común que cuando trabajamos con amigxs pasamos por encima los horarios de reuniones, los días de entregas y las tareas. Es escencial respetar al otrx (no como respetarías a tu gefx), sino, como respetarías a una amiga. 
  2. Vulnerabilidad. En esta amistad hemos aprendido a llorar virtual y presencialmente. Podemos pasar de llorar a escribir, de contarnos los desamores a trabajar en el artículo para el congreso. OJO, abrirse requiere compasión y confianza. 
  3. Simbiosiar. Adriana dice que yo la leo. A veces digo cosas que ella está pensando y creo que esto solo sucede porque entramos en simbiosis. Para entender esto les recomiendo: primero, Lynn Margulis, una mujer que creó con amigas, y, segundo, bailar juntxs. 
  4. Honestidad. Ninguna relación, laboral ni de amistad se puede construir bajo las mentiras o verdades a medias. Creo que la verdad del corazón es vital para crear juntxs. 
  5. Admiración. Para construir juntas necesitamos de la horizontalidad, y la verdad, es que si no queremos roles y juegos de poder (hola, patriarcado), la contemplación y placer por el otrx es imprescindible. 
  6. Corazonar. Conversar para crearnos y crear para conversar nos ha permitido conectar la mente con el corazón y la razón con el corazón, de esta manera diluimos las dicotomías y categorías en las que nos ha insertado la colonialidad del poder. 
  7. Afectos. En mi tesis de maestría nombré algo como las comunidades afectivas. Estas son esos entramados que sostienen los vínculos y las creaciones. Es sentir genuina y sinceramente con el otrx. 

Este listado se puede resumir en lo que Adriana me contestó cuando le pregunté por whatsapp qué ha aprendido creando juntas: Cuando el cariño y la admiración se encuentran, la potencia de la creación es fuertemente germinadora sin importar la distancia. 

Para nosotras, la utopía es ese plan ideal de futuros “inalcanzanbles”. Tienen que ser aparentemente inalcanzables para poder ser espacios transformadores de vida. Solo creando lo imposible podemos vivir utopías antipatriarcales. Por ello, mi llamado es entonces a recordar que podemos amar a las amigxs y que podemos amistar en las creaciones, proyectos y trabajos, como queramos llamarlo. 

El patriarcado no se va a caer, se está cayendo y somos nosotrxs quienes lo estamos tumbando. 


  • FOTOS: Cortesía

  • TEXTO: Valentina Alcalde

Fecha de Publicación:
Martes 28, 03/2023