¿LA MODA ES POLÍTICA Y EL POR QUÉ DE UNA CAMPAÑA DESAFORTUNADA?

La naturaleza misma de la moda es política, ya que evoluciona constantemente con los cambios en las necesidades humanas, la tecnología y las demandas de la cultura. Sin embargo, algunas cosas se niegan a cambiar, como el principio básico de los derechos humanos. 

El genocidio en Palestina ha traído reflexiones relevantes sobre el papel de la moda en la política y la geopolítica. Durante meses, se han observado noticias sobre bombardeos y asesinatos e incluso se ha sabido que los sionistas buscan y atacan a mujeres y hombres. También a la niñez palestina por su atuendo y lengua. Al observar estas condiciones, se reitera la pregunta ‘¿qué tiene que ver ésto con la moda?’.

Moda y política

La moda es un medio de comunicación, tanto para cuestiones de género, clase, personas racializadas, sexualidad, cultura, religión y, por obvias razones, lo político. La moda y la política son entes unidos, febriles, que se mueven bajo la conciencia humana. 

Así, la moda o, mejor dicho, la indumentaria y la vestimenta se hacen presentes en distintas esferas políticas y culturales. Ya sea de manera intencional o en el país como el movimiento Zapatista y la identificación de sus miembros con pasamontañas. Por otro lado, los recientes desalojos de la comunidad de Aldama (antes Magdalena) en los Altos de Chiapas por grupos de autodefensa cuyo desplazamiento obligó a mujeres tsotsiles vestir huipiles que no eran de su comunidad para poder sobrevivir. 

En otro ejemplo, el descarado uso de textiles e indumentaria indígena en las campañas políticas de las candidatas Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum. Se trata de un despliegue por demostrar que el nacionalismo sigue estando presente en el imaginario mexicano para demostrar cercanía y una clase social determinada. 

Al usar la moda como un lenguaje universal, los consumidores no solo hacen una declaración de moda, sino una declaración política cada vez que se visten. Las marcas que eligen usar, las empresas de moda rápida que eligen apoyar, son reflejos de sus opiniones sobre estos asuntos. 

La lamentable campaña de Zara Atelier

Cada compra de moda rápida alimenta las prácticas poco éticas y ambientalmente peligrosas de la industria. Dicen que la política es un negocio sucio, pero la moda es aún más sucia porque estos problemas no se transmiten lo suficiente. Esto afecta cómo se percibe la moda, ya que no hay suficientes personas que conozcan el impacto de estas prácticas peligrosas. Y también la diferencia que pueden hacer sus propias decisiones individuales.

Continuando en el ámbito de la moda rápida, donde convergen la desesperada búsqueda de estéticas y consumo, la firma Zara estuvo en medio de una polémica con su reciente campaña: “ZARA ATELIER. Colección 04_The Jacket”. 

Diseñada aparentemente para destacar la versatilidad de una chamarra, ha desatado una tormenta de indignación pública. Esto debido al uso de imágenes profundamente sensibles y cargadas con un transfondo (aunque haya habido una intención, o no en hacerlo). 

Zara afirmó que la campaña era una celebración del trabajo artesanal y la expresión artística, pero la narrativa visual cuenta una historia diferente. Las imágenes promocionales muestran a la modelo Khristen McMenamy entre escombros, maniquíes envueltos en tela blanca que se asemeja a la vestimenta tradicional de entierro musulmán, y un perturbador recorte de cartón que se asemeja al mapa de Palestina.

Reacciona el público

Según el New York Times, una imagen particularmente similar expresa el porqué de la indignación: “En una foto particularmente conmovedora, tomada por Mohammed Salem for Reuters, una mujer palestina llamada Inas Abu Maamar, de 36 años, sostiene el cuerpo de su sobrina de 5 años, Saly, quien murió en un ataque israelí”.

Palestinian woman Inas Abu Maamar, 36, embraces the body of her 5-year-old niece Saly, who was killed in an Israeli strike, at Nasser hospital in Khan Younis in the southern Gaza Strip, October 17, 2023. REUTERS/Mohammed Salem

La respuesta pública fue rápida y severa, con clientes antes leales expresando sorpresa, consternación y enojo. Las plataformas de redes sociales se han convertido en campos de batalla con hashtags como #BoycottZara ganando impulso. La crítica no es solo sobre la insensibilidad, sino una acusación de que Zara está explotando una crisis humanitaria con fines comerciales.

Según Anjuman Rahma para el medio especializado en Medio Oriente, Memo (Middle East Monitor), la comunidad palestina mostró indignación ante esta campaña: “El periodista Ahmed Eldin escribió: ‘Y el premio a la marca de sordos del año va a ZARA. Usando imágenes del genocidio de Israel de los palestinos para vender su marca de moda rápida’”.

Asimismo, el artista palestino Hazem Harb escribió en Instagram: “Usar la muerte y la destrucción como telón de fondo para la moda está más allá de lo siniestro, es complicidad y debería indignarnos como consumidores, boicotear a Zara”.

Zara se disculpa

Ante la creciente presión y críticas, la empresa española emitió una declaración y retiró las imágenes de la campaña de sus plataformas.

La declaración de Zara, publicada en su cuenta de Instagram, ha sido criticada por muchos internautas. La empresa lamenta el “malentendido” y afirma que la campaña fue concebida meses antes de la controversia actual. No obstante, la respuesta de Zara ha sido percibida como insuficiente, desestimando las críticas y sin abordar directamente la insensibilidad de las imágenes.

Según el medio de Marketing especializado y Marketing Interactive, la declaración carece de una disculpa sincera, minimiza la indignación generalizada y se centra más en proteger la imagen de la marca que en mostrar empatía. Además, no ofrece acciones concretas para abordar la situación, lo que ha llevado a dudas sobre la autenticidad de la respuesta de Zara.

En este momento, Zara se enfrenta a la pregunta crucial: ¿es demasiado tarde para una reparación efectiva? La reacción de los consumidores y la manera en que la marca aborde la controversia determinarán su impacto a largo plazo en la industria de la moda.

Este “incidente” no es aislado; refleja una tendencia más amplia donde la moda se cruza con la geopolítica y las marcas son responsables de los mensajes que transmiten. El error de Zara sirve como un recordatorio contundente de que en la era de las redes sociales y la conciencia elevada, la línea entre la moda y la responsabilidad sociopolítica está cada vez más borrosa. El mundo está observando y cómo Zara aborde esta controversia, sin duda, dará forma a su posición en el paisaje de la moda y más allá.


Fecha de Publicación:
Jueves 14/12 2023