El diseño gráfico es mi pasión: Salarios y precarización en México

En el Día del Diseño Gráfico, nos preguntamos ¿cuánto debería ganar un diseñador en México?

Ser trabajadora o trabajador independiente —freelance— es una práctica cada vez más común, especialmente entre quienes se han incorporado al ámbito laboral en los últimos años. Según datos del INEGI, el 26.5% de la población ocupada en México trabaja bajo esquemas independientes, una cifra que sigue creciendo en sectores como el creativo y cultural.

Las múltiples crisis económicas a nivel global y la expansión de modelos neoliberales han generado una precarización estructural de nuestras condiciones laborales. Mientras el discurso celebra el trabajo independiente como un espacio de libertad, flexibilidad y crecimiento, la realidad es que enfrentamos pagos tardíos, carencia de seguridad social y ausencia de derechos básicos.

El salario del diseño en México

Uno de los temas más invisibilizados dentro de las industrias creativas es el salario diseño. No existen tablas salariales estandarizadas, y las diferencias entre presupuestos pueden ser abismales, dependiendo de la empresa o institución que contrate. Los pagos, además, pueden demorar entre 30 y 120 días después de entregar un proyecto —cuando bien nos va.

El salario de unx diseñadorx gráfico en México puede variar según la fuente y el tipo de empleo. Según Indeed, el ingreso anual promedio es de $121,540 MXN (LOL), mientras que Glassdoor reporta un sueldo mensual (más cercano a la realidad) de $10,000 MXN, que puede llegar a $11,250 MXN al incluir bonos. Para quienes trabajan como freelance, las tarifas por hora van de $200 a $600 MXN, dependiendo del proyecto y nivel de especialización.

Este problema, sumado a la falta de contratos formales y políticas claras de pago, refleja la precariedad que enfrentamos quienes trabajamos de forma freelance. Es común que lxs diseñadores deban realizar también funciones administrativas, de cobranza, relaciones públicas y marketing sin recibir una compensación justa por ello.

Día del Diseño: un espacio para reflexionar

En el marco del Día del Diseño, que se celebra cada 27 de abril, es indispensable abrir conversaciones sobre el valor y las condiciones laborales de quienes ejercemos esta profesión en México. Si bien se ha incrementado el reconocimiento cultural del diseño en la última década, como indica Guy Julier en La cultura del diseño, su valoración económica sigue siendo desigual y precaria.

La cultura del diseño en México ha crecido al cruzarse con disciplinas como el arte, la arquitectura o la gestión creativa. Sin embargo, aún enfrentamos resistencias empresariales para invertir en diseño estratégico, lo que impacta directamente en nuestros honorarios y estabilidad laboral.

Problemáticas vigentes en el gremio

Entre conversaciones con colegas que trabajan en estudios de diseño gráfico y branding mexicanos, surgen preocupaciones compartidas: la falta de una profesionalización integral, donde se privilegia la estética sobre el contenido y los procesos creativos; una competencia individualista que, al estar sujeta al modelo neoliberal, fragmenta a las comunidades e impide la organización gremial que podría beneficiarnos; así como los concursos y pitchings abusivos, en los que empresas e instituciones convocan a participar sin pago garantizado, precarizando aún más el trabajo freelance.

Hacia una comunidad creativa organizada

Para enfrentar estas problemáticas, urge consolidar una comunidad profesional unida. La organización permitiría no solo exigir condiciones laborales dignas, salarios de diseño justos y pagos puntuales, sino también frenar prácticas abusivas. En este contexto, resulta imprescindible vincular estas demandas con debates laborales actuales, como la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, un movimiento que avanza en México y busca equilibrar la vida profesional y personal, además de garantizar mejores condiciones de trabajo. Aunque para el sector freelance esto parece lejano, es un referente clave para repensar nuestros propios límites, tiempos y derechos, y para visibilizar cómo la falta de regulación y comunidad deja desprotegida a gran parte de la fuerza laboral creativa.

El Día del Diseño debe ser un espacio no solo para celebrar, sino para visibilizar estas luchas y construir nuevas formas de organización profesional.

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