¿INCLUSIÓN O TOKENISMO EN EL MODELAJE EN MÉXICO?

Sobre el modelaje en México y cuando la representación sólo sirve para exotizar.

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Como muchas otras personas de mi generación, mi acercamiento a la industria de la moda se dio a través de las estanterías de revistas y libros de cualquier tienda departamental. También en puestos de periódicos a la orilla de las avenidas más transitadas de la capital. En una época en la que los medios impresos tenían mucha relevancia. La portada de una revista de moda y sus coloridas páginas llenas de producciones editoriales significaban la completa inmersión a una realidad alterna: glamourosa… y cómo entendería después, bastante blanca y elitista.

La industria de la moda mexicana, históricamente dominada por un grupo reducido de personas con alto poder adquisitivo y en algunos casos de origen extranjero; en años recientes se ha visto criticada y cuestionada por nuevas generaciones de creadorxs y consumidorxs que buscan ser representados. Buscan ser incluidos en un sector de la cultura y el arte que, hemos entendido, debería ser para todxs. 

Uno de los elementos más cuestionados y criticados ha sido la falta de inclusión de personas racializadas en producciones editoriales. Esto implica portadas y editoriales de revistas impresas y digitales, y campañas publicitarias; a pesar de que alrededor del 67% de la población en México es morena de acuerdo al MMSI 2016 del INEGI

En la industria de la moda internacional, donde modelos morenxs y de color comenzaron a acaparar pasarelas, campañas y producciones editoriales; fue que la industria de la moda mexicana comenzó a hacer lo mismo. Primero de forma muy sutil a través de editoriales pequeñas, aunque de la mano de modelos extranjerxs, especialmente estadounidenses o dominicanxs. 

No fue hasta que talentos mexicanos como Yalitza Aparicio o Dorian Ulises Macias se convirtieron en la sensación internacional en el mundo de la actuación, la fotografía y el modelaje. Fue cuando las revistas de moda líderes en nuestro país comenzaron a dar mayor protagonismo a personas racializadas o de los pueblos originarios, especialmente a modelos. 

Fotografía Dorian Ulises López en Pabellón de Moda curado por Coolhuntermx

Tapar el sol con un dedo (Morenx): ¿Inclusión o tokenismo en el modelaje?

Sin embargo, esta inclusión se ha tornado problemática al tratarse de un ejercicio superficial y más preocupado por tratar de conquistar a una nueva generación de consumidores; que por dar una representación sincera. Y, sobre todo, digna para los talentos que colocan bajo estos reflectores. 

Al no llevar la inclusión a puestos importantes como editorxs de las revistas, lxs directorxs creativxs de marcas, y todas aquellas personas relacionadas con las producciones de moda; desde fotógrafxs hasta estilistas y maquillistas, la industria de la moda mexicana ha caído en ejercicios tokenistas y exotizadores que involucran a modelos morenxs. Así lo comparten Afrochingonas en su pódcast.

Lo que comenzó como una oportunidad para que personas racializadas pudieran introducirse a una industria que parecía despreciarles desde su concepción; y que solo podía verles como inspiración. Tal es el caso de muchos diseñadores que han encontrado carreras en exaltar el pasado prehispánico y las raíces indígenas de nuestro país bajo el mito del mestizaje; terminó convirtiéndose en una vía de explotación más. 

Así lo demuestran las producciones donde parece cubrirse una cuota racial con una sola modelo morena entre un puñado de caucásicas; donde solo son parte de la escenografía, usualmente, para puntualizar que las fotografías se tomaron en lugares comunes y corrientes; o para exaltar lo “mexicano” en tal o cual destino. Y qué decir de las producciones donde solo se recurre a modelos morenxs cuando se habla del barrio, del “street style” o del campo; como si las personas morenas solo pudiéramos existir en contextos rurales o callejeros. 

Lxs morenxs: ¿instrumentos de la hegemonía?

Ver a un/x modelo morenx en la portada de una revista o saber que consiguió una importante campaña no deja de regocijarnos luego de años de racismo en los medios de moda. 

Muchas veces, detrás de una imagen de un/x modelo morenx o de color, existen historias de terror: actos discriminatorios durante la producción, jornadas exhaustivas, salarios injustos o más bajos que los de sus colegas caucásicos; un equipo creativo y una dirección o un conglomerado que no acepta personas racializadas en ninguna posición de poder. 

Malcolm X lo entendió y externó muy bien durante la década de los sesentas cuando dijo como el hombre blanco trataría de satisfacer a las personas de color con victorias simbólicas en lugar de equidad económica y justicia real. En pleno 2022, la industria de la moda hace lo mismo con las personas morenas. Las personas morenas son vistas como un instrumento más de una hegemonía que no cesa de crecer y acumular poder y riqueza a costa de aquellos que siempre va a ver como lxs otrxs; quienes no pertenecen al cánon.

Así lo demuestra la campaña con una modelo morena para promocionar un evento que va a contribuir a la gentrificación de un estado al sur de la República Mexicana.  La portada de una revista con una modelo extremadamente delgada, cuyo rostro y cuerpo servirá para promocionar tallas doble cero; o la editorial con un modelo moreno que usa ropa “de marca” que el grueso de la población mexicana jamás va a poder comprar porque solo 4 de cada 100 trabajadores en este país ganan más de quince mil pesos al mes

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Así que la próxima vez que veas a una persona morena en una producción de moda, pregúntate a quién le beneficia y qué significa en la lucha por la igualdad racial.


  • TEXTO: Nayma Flores de Melodrama

  • PORTADA: Cortesía

Fecha de Publicación:
Martes 11/10 2022