

DE ACUERDO CON EL BID Y LA UNESCO, EL SECTOR CREATIVO CUENTA CON UNA PARTICIPACIÓN FEMENINA 13% MAYOR QUE OTROS RUBROS Y TIENE GRAN REPRESENTACIÓN DE COMUNIDADES HISTÓRICAMENTE EXCLUIDAS: PUEBLOS ORIGINARIOS, AFRODESCENDIENTES, PERSONAS LGBTQIA+
La creatividad no solo se baila, se canta, se viste o se encuadra: también se mide en millones. Es intangible, sí, pero posee una capacidad muy tangible de mover economías enteras. Así lo demuestra la llamada Economía Naranja, ese conjunto de actividades que convierte el conocimiento, el arte y la identidad cultural en valor económico, social y simbólico.
Este modelo —cuyo nombre surgió para visibilizar lo que durante mucho tiempo se consideró marginal en términos productivos— hoy representa el 3 % del PIB mundial. ¿La traducción práctica? Más de 30 millones de empleos y una generación estimada de 2,250 millones de dólares a nivel global, según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En toda América Latina, la Economía Naranja se abre paso como una alternativa de desarrollo sostenible e inclusivo. El desafío es que sigue siendo una economía sin receta: poderosa, sí, pero muchas veces desprotegida.
Una economía en escena, pero sin camerino
Aunque su impacto es evidente, la economía creativa enfrenta retos estructurales: el 24% de sus trabajadores opera en la informalidad y un 18% tiene empleos intermitentes. Es decir, muchxs creativxs con alta formación profesional deben hacer malabares entre varios trabajos mal pagados para lograr estabilidad.
Y el escenario es más complejo aún: la mayoría carece de acceso a seguridad social, crédito, financiamiento o formación continua. Gobiernos y bancos tradicionales no entienden del todo cómo se mueve este mundo: sus criterios de evaluación excluyen a freelancers, pymes creativas y hasta empresas consolidadas por no ajustarse al molde clásico.
Financiar lo intangible, formalizar lo espontáneo
El desafío no es solo reconocer el valor de la creatividad, sino también entender que requiere inversión a largo plazo, formación constante y políticas públicas a medida. Las fintechs, el crowdfunding o plataformas cooperativas pueden ser vehículos innovadores para facilitar el acceso a crédito en un sector donde el “historial financiero” muchas veces no existe, aunque el talento sí.
La profesionalización del sector también implica una revisión del sistema educativo y laboral: se necesita upskilling y reskilling —es decir, capacitar a creadores para adaptarse a nuevas tecnologías, plataformas y demandas de mercado sin perder su esencia cultural.
Diversidad, inclusión y futuro
La Economía Naranja no solo genera empleo: también democratiza el acceso al desarrollo. De acuerdo con el BID y la UNESCO, el sector creativo cuenta con una participación femenina 13% mayor que otros rubros y tiene gran representación de comunidades históricamente excluidas: pueblos originarios, afrodescendientes, personas LGBTQIA+.
No es casualidad: los espacios creativos favorecen la colaboración horizontal, la expresión de identidades múltiples y la circulación de ideas sin jerarquías cerradas. Son terrenos fértiles para la innovación, pero también para la justicia social.
El mercado digital como próximo lienzo de la Economía Naranja
Los números no mienten. Las exportaciones globales de bienes creativos alcanzaron 524 millones de dólares en 2020, mientras que las de servicios creativos superaron los 1,1 billones. El mercado de contenidos digitales —que incluye desde videojuegos hasta experiencias inmersivas en realidad aumentada— se proyecta en crecimiento sostenido hasta 2027.
¿Y ahora qué?
La Economía Naranja ya no puede considerarse “la prima artística” de las grandes industrias. Es una economía viva, urgente, cargada de sentido y con un potencial transformador que trasciende el PIB.
Lo creativo no es un lujo; es una necesidad. Y si queremos ciudades más humanas, empleos más libres y culturas más robustas, tenemos que dejar de mirar la creatividad como adorno y empezar a verla como motor.
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Invertir en cultura no es un acto simbólico: es una apuesta por el futuro.
Y el futuro, al fin y al cabo, se diseña con ideas.
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Texto: Redacción Coolhuntermx
Fotos: Coolhuntermx
Fecha de Publicación:
Lunes 21/04 2025
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