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DENTRO DEL MARCO DEL DÍA MUNDIAL DEL INTERNET, TE PRESENTAMOS ALGUNOS DATOS SOBRE EL IMPACTO QUE PUEDE TENER EL USO EXCESIVO DEL INTERNET EN NUESTRA SALUD MENTAL.

En la década de 1960 se desarrolló la herramienta que, desde de la imprenta de Gutenberg, se convertiría en el desarrollo más importante para la humanidad y que cambiaría el curso del mundo: Internet (Interconected Network), una red lógica única de alcance mundial. El internet nos permite encontrar información útil, ahorrar tiempo y simplificar nuestras tareas. Pero también nos expone a recibir información falsa o tergiversada, al robo de datos e información personal y a afectaciones físicas y emocionales. Entre las afectaciones físicas por el uso excesivo de dispositivos se encuentran la fatiga, cansancio ocular, dolor de cabeza, problemas articulares y de postura, y hasta afectaciones provocadas por las radiaciones de los dispositivos. ¿Qué hay de las afectaciones mentales? Dentro del marco del Día mundial del Internet, te presentamos algunos datos sobre el impacto que puede tener el uso excesivo del internet nocivo en nuestra salud mental. 

Redes sociales y antisociales. 

Al igual que muchas actividades en Internet, las Redes Sociales pueden ser tan útiles como perjudiciales. Son un recurso del que todos dispones, en la vida social como profesional. Las redes sociales destacan en la capacidad de tomar conciencia, de expresarse y encontrar una identidad propia y de crear comunidad y dar apoyo emocional. Sin embargo su uso excesivo puede tener consecuencias graves en la salud mental de las personas.

Estas afectaciones están relacionadas con la ansiedad y la depresión. Uno de cada seis jóvenes experimentará un trastorno de ansiedad en algún momento de su vida, y aumenta en un 70% los casos relacionados con redes sociales. El uso creciente de redes sociales tiene una asociación significativa con la mala calidad del sueño en los jóvenes. Uno de cada cinco jóvenes afirma despertarse durante la noche para consultar mensajes en las redes sociales.

Las redes sociales también influyen en la autoestima de las personas. Hay 10 millones de fotografías nuevas cargadas sólo en Facebook cada hora. Un estudio demuestra que “las chicas expresaban un deseo para cambiar su apariencia como la cara, el pelo y/o la piel después de pasar tiempo en Facebook”. A esto debemos sumar el miedo a perderse de algo como una necesidad compulsiva de estar conectados y el Ciberbullyng. El suicidio se cobra alrededor de 200 mil suicidios al año entre jóvenes de entre 14 y 28 años, un porcentaje considerable de estos está relacionado con hostigamiento en redes sociales.

Pornografía everywhere

Gracias a la red interconectada tenemos acceso a diferentes recursos e información, entre ellos la pornografía. La pornografía puede provocar adicción y en la era de la hipersexualización digital su difusión y acceso es aún mayor. La páginas web de pornografía son las que más datos de usuarios registran. Detrás de Pornhub, la web de pornografía más popular en todo el mundo, se encuentra MindGeek. Esta empresa saca partido a todos los datos de sus usuarios y todo aquello que queda registrado en su página para también producir pornografía más al gusto del consumidor.

Alrededor del 75% de la pornografía disponible en Internet se produce en Estados Unidos, y cerca del 15%, en Europa. Unos setenta millones de personas visitan semanalmente sitios pornográficos de la Red, de los cuales cerca de veinte millones son de Canadá y Estados Unidos. Se calcula que 100.000 sitios de Internet contienen pornografía infantil.

La pornografía tiene graves repercusiones en el comportamiento sexual de la gente, así como en su visión del sexo. Una sola imagen puede quedarse grabada para siempre en la mente del espectador. Una destacada investigadora en el campo de la pornografía dice que “las imágenes visuales pornográficas imprimen y alteran el cerebro, provocando una huella instantánea, involuntaria, pero duradera, en la memoria bioquímica […] y son difíciles o imposibles de suprimir”. Otra doctora añade que la pornografía es “la primera ‘sustancia’ adictiva de la que no es posible desintoxicarse”. La exposición prolongada a la pornografía ha demostrado consecuencias mentales como depresión, ansiedad y estrés.

Pandemedia y el aumento en el uso de dispositivos. 

A raíz de la pandemia por coronavirus, el mundo migró a una segunda ola digital. La cuarentena nos distanció físicamente pero para nada lo hizo de manera social. Pasamos de actividades presenciales a virtuales lo que aumentó la cantidad de horas que pasamos frente al ordenador y a los dispositivos móviles. Tanto creativos como no diseñadorxs tuvimos que adaptarnos a un nuevo orden laboral, académico y social. Acondicionamos espacios no adecuados para trabajar, tomar clases y saludar a lxs amigxs. Aumentó el tiempo que pasábamos en una misma posición frente al ordenador o dispositivo móvil, que ya era demasiado alta (entre 8 y 11 horas en promedio de uso de pantalla en dispositivo movil).

“Es complicado hablar de comodidad en casa pues el mobiliario es ambulatorio y las luces tienden a ser cálidas, difícilmente pasábamos ocho horas sentados en la misma silla y precisamente eso es algo que se ha tenido que improvisar en pandemia, adaptar espacios, muebles o equipos para resolver temas que antes eran resueltos en la oficina o en la escuela”.

Punto Periferia

Esta nueva rutina digital agravó las afectaciones físicas mencionadas al principio del texto. Aumentaron las patologías oculares, los problemas articulares y musculares, los dolores de cabeza por tensión, calambres, sobrepeso, así como patologías derivadas del uso reiterado del móvil con el pulgar. A esto se suman problemas de sueño, falta de energía, menos agilidad motora y mental y mayor irritabilidad. La intoxicación informativa y el tecnoestrés puede incluso modificar la actitud hacia el trabajo. Genera aversión o ansiedad ante la idea de ir a trabajar o de participar en una videoconferencia. Angustia, ataques de pánico, depresión, insomnio y ansiedad son otras de las afectaciones ocasionadas por el uso excesivo de Internet nocivo. Dichas afectaciones mentales a la larga pueden provocar o agravar otras patologías, como problemas en la piel y en casos graves de estrés, fallos al corazón, el cerebro y la muerte.

Por una cultura de salud mental y desapego tecnológico

Sin duda, al igual que con otras herramientas digitales y tecnológicas, los resultados, para bien o para mal, dependerán del usuario. Internet es nuestra vida actual y de nosotros depende el uso que le demos. Sin embargo la salud mental deberá ser parte de la agenda de todos. Las afectaciones mentales se incrementaron considerablemente tras la pandemia. Se debe normalizar atender la salud mental, así como las consultas psiquiátricas y psicológicas para evitar afectaciones patológicas, físicas y mentales, graves.

Mientras esta nueva cultura de salud mental invade los hogares como la pandemedia, podemos llevar a cabo actividades mínimas que nos ayudarán a tener una mejor salud mental. Acciones como establecer horarios de conexión, utilizar adecuadamente el modo silencio y avión, desactivar las notificaciones, tener un dormitorio libre de pantallas y un comedor offline. Otras actividades son el ocio creativo, el ejercicio físico y el contacto con la naturaleza. Hacer un uso moderado de las redes sociales y de lo que consultamos en línea definitivamente nos ayudará a tener una mejor salud mental. Podemos desconectarnos de Internet un buen rato.

  • TEXTO: Bob J. Barraza

Fecha de Publicación:
Lunes 17/05 2021