UNA REFLEXIÓN SOBRE LA SITUACIÓN LABORAL DE MUCHAS MUJERES MEXICANAS. NO REPITAMOS LA HISTORIA UNA VEZ MÁS, ESTOS SUCESOS NOS EXIGEN TOMAR CONCIENCIA PARA CREAR UNA INDUSTRIA MÁS HUMANA.

Por años en el país el diseño y la innovación no formaron parte de la industria de la moda y textil, limitándose a producir únicamente maquilas para empresas –en su mayoría– extranjeras.

Hoy en día, una ola de creadores e interesados en moda están luchando por crear una industria competitiva a nivel internacional, siendo uno de sus objetivos lograr una verdadera unión entre la producción industrial y propuestas emergentes.

Este interés nos ha llevado a tener muchos avances como una plataforma que exhibe al mundo el talento de nuestro país, marcas de gran calidad, urbanas y juveniles que entienden de tendencias internacionales; propuestas que apuestan por el lujo dando gran peso en procesos de producción más lentos y de gran calidad, además de medios de comunicación interesados en dar a conocer qué es lo que sucede en el país, en fin: una escena de moda nacional que hace 20 años no existía.

Lamentablemente muchas veces dejamos de lado a las personas que, con sus conocimientos, hacen posible que los diseñadores vean materializados sus diseños, las que hacen posible que haya prendas de gran calidad para las editoriales de las revistas y prendas que exhibir en los shows: las costureras.

El pasado 19S de manera muy estridente la tierra nos hizo recordar su gran valor. Vimos entre los escombros la gran brecha de género que existe en México. La cantidad de mujeres muertas por el sismo es aproximadamente el doble que los hombres, la causa de esto: el doble o hasta triple rol a los que las mujeres nos vemos sometidas socialmente. Podemos salir a trabajar, pero el hogar y la familia aparentemente siempre serán una obligación femenina.

El derrumbe del edificio de Bolivar número 168, casi esquina con Chimalpopoca, en la colonia Obrera fue un golpe duro para todas las mujeres de nuestro país. Este lamentable hecho nos mostró que en 32 años no hemos aprendido nada. La indiferencia, uno de los demonios de la sociedad mexicana, nos llevó a repetir la historia otro 19 de septiembre.

Del terremoto del ’85 se estima que murieron alrededor de 1, 600 trabajadoras textiles por las precarias condiciones en las que laboraban y más de 40, 000 se quedaron sin trabajo y sin derecho a una indemnización. Muchas murieron porque, para evitar robos, eran encerradas bajo llave y no pudieron escapar, aunado a eso, los edificios no eran aptos para cargar el peso de la maquinaria ni los enormes rollos de tela.

Iban al baño y si había más de cinco “prendía el foco e iba la jefa a sacarnos”, sin espejo, ni papel, ni agua, con 3 baños para setenta personas… Diez horas de trabajo, con media hora para comer.

–Guadalupe Conde

Tristemente, ni los sindicatos y asociaciones que nacieron después del 85 pudieron salvar las vidas de las costureras de Bolívar 168. Sus ezfuerzos se ven limitados debido a que las autoridades les dan la espalda, las condiciones de trabajo siguen siendo lamentables y en muchos casos trabajaban mujeres centroamericanas ilegalmente.  En 2015, el periódico La Jornada publicó la situación en la que laboran las muchas costureras en México.

En las fábricas y talleres donde se confecciona ropa en el país, las costureras sobreviven con salarios que van de 650 a 700 pesos semanales, apenas 2 mil 800 pesos al mes. Les pagan entre 2.5 y 3 pesos por prenda. Son obligadas a trabajar entre 11 y 12 horas al día, o las despiden. La mayoría no tienen prestaciones, y casi la totalidad están con sindicatos de protección. Carecen de seguridad social y los inspectores de la Secretaría del Trabajo no acuden a las fábricas.

Los dos sismos que han sacudido el 19 de septiembre nos han demostrado que es necesario mejorar considerablemente las condiciones de trabajo de las costureras en toda la industria de la confección. Estas valiosas mujeres tienen en sus manos, mentes y corazones el poder de materializar sueños, de crear el medio que protege a sus familias del frío. Por ellas, debemos exigir más de las empresas, del gobierno y de nosotros como sociedad. Este tipo de cosas no pueden seguir pasando, ninguna máquina vale más que la vida de una mujer.  

Invitamos a los creadores de moda y a los dueños de las maquiladoras a que sea la empatía y el respeto a estas mujeres las que nos lleve a exigir y crear empresas para las cuales “la vida de una trabajadora valga más que toda la maquinaria del mundo”.

Sumémonos y apoyemos proyectos como Fashion Apparel Builder que buscan reconstruir la industria de la moda en México, utilizando prácticas de producción socialmente responsables. FAB reconoce y respeta la importancia de estas mujeres dentro de la industria textil, se adaptan a sus necesidades, las apoyan y entienden que además de trabajadoras son madres, hermanas o esposas que necesitan que su trabajo realmente las empodere.  Este proyecto se enfoca en vincular a estas mujeres altamente capacitadas con diseñadores emergente que buscan la producción de pequeños lotes para arrancar sus proyectos.

La Corrupción es la gran culpable de las muertes de este 19 de septiembre, el gobierno nos falló a todas las mujeres de México y lo más probable es que lo siga haciendo. Unámonos y creemos más propuestas nacionales dispuestas a que la industria de la moda mexicana sea más humana. Asimismo, invitamos a todos nuestros lectores a compartir con nosotros aquellos proyectos que tienen como objetivo esta misión.



  • FOTOS: Cortesía

  • TEXTO: María Nájera

Fecha de Publicación:
03/09/2019